Ella con mamá el día de su quinto cumpleaños |
Hoy no se gradúa en infantil o en primaria. Tampoco ha ganado ningún concurso ni le han dado un premio por las notas. No es el día del baile de fin de curso ni participa en ninguna exhibición.
Hoy no es lo que llamaríamos un día especial.
Sin embargo, hoy me apetece hablar de ella.
Porque cada día que pasa siento que se hace más grande. En el sentido literal y en el figurado. Cada vez me cuesta más ayudarla a hacerse la coleta. Al mismo tiempo, la veo crecer como persona en cada gesto o palabra que dice.
Hay días que siento ganas de abrazarla y quedarme junto a ella todo el día y, a la vez, sé que hacer eso es cada día menos posible. A cada rato está más cerca el momento en que vuele sola. Y eso me produce un tremendo desasosiego y un no sé qué en el estómago que me aturde.
Si no supiera que la perfección no existe, diría que ella es perfecta. Porque sus imperfecciones, sus pequeñas debilidades, la hacen todavía mejor.
Ella es, sobre todo, una buena persona. Con un corazón gigante que da sin esperar a cambio.Da sin asegurarse de si el otro lo merece o no. Le sale de dentro. Siempre pensando en todos y cada uno, sufriendo porque los demás no sufran. A veces me da lecciones de generosidad que me dejan clavada. “Mamá, tenemos que llevarle un disfraz a A. para el baile porque se le había olvidado que era mañana”. “Mamá, quiero tener una foto con L. porque no va a ir al campamento y así me acuerdo de ella esos días”. “No importa mamá, yo le doy mi globo a L.E. no lo necesito”. “Vamos a llevar estos juguetes a los niños que no tienen”. “Mamá, no te preocupes, yo te dejo dinero para pagar la hipoteca”.
Ella es inteligente y curiosa hasta la médula. Desde que empezó a hablar con poco más de un año, no ha dejado de preguntarse cosas. Una pena no haber hecho acopio de sus pensamientos en voz alta. Esa caja para guardar las frases de tu hijo que Contras y pros proponía hace poco en su blog me hubiera venido genial. Un día me sorprende diciendo que no entiende la infinitud del universo y al siguiente me dice que se está retando a sí misma al ajedrez jugando entre sus dos manos, por probar a ver qué pasa.
Siempre ha tenido unas notas excelentes y lo mejor es que tiene un alto afán de superación. No soporta sacar notas más bajas de 8, como yo cuando era como ella. Es perfeccionista hasta decir basta. Lo cual no me gusta, porque significa que lo va a pasar mal de forma innecesaria. Ahí tenemos un agreste camino que recorrer juntas.
Ella es creativa. Le encanta dibujar y hacer cosas con las manos. Está siempre imaginando nuevas manualidades para agasajar a sus amigos o familia. En un cumpleaños conjunto de cinco o seis niños de su clase, creo que cumplían 7 años, les hizo a cada uno de los homenajeados un regalo personalizado. Cuando va a la biblioteca, le gusta ir a la sección de mayores, a coger libros para aprender a dibujar o hacer papiroflexia.
Ella adora leer y mira que nos costó que le gustara. Al principio, acostumbrada a su cuento diario de boca de su padre o mía, no quería oír hablar del tema. Hasta que con paciencia y los sabios consejos de otras mamás amigas, conseguimos que se enganchara a las historias. Acaba de terminar El principito y dice que su libro favorito es La historia interminable. Y yo feliz.
Ella quiere a su hermana con locura. “Mamá, la semana que me voy de campamento sé que L.E. me va a echar mucho de menos, así que no me importa que os vayáis sin mí al Parque de Atracciones o a otro sitio divertido para que ella lo pase mejor”. Le cuenta cuentos que se inventa antes de dormir mientras que la otra locatis, que no puede parar quieta, le interrumpe cada segundo para llamar su atención. Juega a los juegos de pequeños y ve pelis de pequeños por ella. Le regala muñecas y juguetes porque ve que tiene más, como toda primogénita que se precie. Es capaz de renunciar a un dulce o un helado que le apetece porque sólo queda uno. O de dejarle su única goma de borrar aunque tenga que levantarse cada dos por tres a cogerla mientras hace los deberes.
A veces se siente un poco madre de la peque, como buena
hermana mayor. Intentamos que no se sienta con tamaña responsabilidad sin embargo, no lo puede evitar. ¿Por qué será que
los hermanos mayores solemos ser tan “asquerosamente” responsables? Como madre
suya que soy, me encanta que sea así porque me evita muchos quebraderos de
cabeza. Como persona, sé lo que se sufre al ser como es. Siempre queriendo
cumplir con todo y con todos. A riesgo de olvidarse de uno mismo.
Ella es alegre y
optimista. Con el tiempo ha perdido parte de esa felicidad innata que tenía
con menos edad. Es inevitable que al descubrir cosas feas de la vida uno deje
el estado de regocijo perenne. No está todo el día y a todas horas
con la sonrisa puesta, entre otras cosas porque tiene un poco de mal genio que
intenta corregir a toda costa. No obstante, se esfuerza por poner a mal tiempo
buena cara y por tomarse la vida con humor.
Ella es nostálgica y
sensible. De vez en cuando tiene días tontos, en los que está triste sin
saber por qué y me plantea cuestiones que rayan en lo místico como qué hacen
los muertos en el cielo todo el día y cosas así. Cuando tiene uno de esos
días, lo mejor es dejarla hablar y llorar en libertad. Escuchar y comprender. Y
decir lo que haya que decir, sin pretender que oculte sus sentimientos o los
disfrace de falsa alegría.
Ella es una chica a la que le gustan las cosas de chica.
También las de chico. Se queja de que sus amigos no la dejan jugar al fútbol.
Prefiere llevar pantalones y zapatillas a vestidos. A la vez que le chifla
disfrazarse con mi ropa y mis tacones. Y se pintarrajea en el baño con su hermana como una puerta. Cuando cumplió cinco años me dijo: "mamá, he decidido que ya no quiero ser princesa, ahora quiero ser exploradora". Ahora dice que de mayor quiere ser ilustradora, arqueóloga o astrónoma. Ahí es nada.
Ella es muchas cosas que no sé. Ella será muchas otras que
nunca sabré. Un misterio, con sus secretos, sus vivencias que no viviré y sus
pensamientos que no escucharé. Al fin y al cabo las madres no lo sabemos todo,
aunque lo disimulemos muy bien.
No hace falta que diga que la quiero tropecientos millones, ¿ o sí?
Bego, me ha encantado. Pero sobre todo me encanta tu hija(hijas). Pero como hoy toca hablar de ella, realmente es una personita muya "linda". Enhorabuena porque seguro que tienes parte de culpa. Besos. Elena
ResponderEliminarP.D. qué ganitas de veros..
¿Nos vemos el domingo, no? Qué ganas también! Qué ilusión me hace cuando os pasáis mis amigas a comentarme ;-) muchísimas gracias por el piropo a ella y a mí. No sé tengo que ver, me gusta pensar que un poquito.
EliminarUn besazo
Bego, me has emocionado mucho :) Un lindo post, escrito con mesura y mucho amor. Siempre te leo hasta el final, dan ganas, no puedo leerte con la "tijera" en la mano -y mira que lo hago seguido, no se lo cuenten a nadie jajaja-. Por cierto, te leo siempre pero no siempre me apetece comentar.
ResponderEliminarP.D ¡eres igualita a la caricatura de tu blog jejeje, guapísima!
Un honor que me leas los posts enteros, la verdad es que a veces me enrollo que no veas, jajaja.
EliminarPara mí es genial que me comentes pero, si no lo haces, y sólo lees, sigue siendo genial. Me parece increíble cada vez que leo un comentario.
Ah, y gracias por el piropo (es cosa de la foto y de que la he retocado un poco para que se vea menos, al natural pierdo, jejeje)
Preciosa entrada... amor puro y verdadero por una hija que es un sol... un sol grandote en tu vida y la de tu familia...
ResponderEliminarCuando leía cómo es ella, me hacía acordar un poco a mí de pequeña. Fui la mayor de tres mujeres. Me sentía la mamá y, hoy que somos grandes, estoy orgullosa de ellas. Era y soy demasiado exigente conmigo misma (ojalá pueda trabajarlo antes de llegar a adulta, porque en mi caso lo sufrí y lo sufro).
En fin... felicitarl@s por la hermosa familia que son... a mí me queda mucho por recorrer todavía con Muriel... uds son un ejemplo de que sí se puede cuando hay amor de por medio.
No pude evitar emocionarme con tus palabras... tenés ese don de gente que me atrapa y me cala hondo, muy hondo.
Un besote enorme de corazón
Los primeros hijos nos parecemos un poco en eso (yo también soy la primera de tres, dos chicos) y se sufre un poquito ;-)
EliminarMuchísimas gracias por las felicitaciones, la verdad es que me siento muy orgullosa de ella, bueno de las dos.
Y estoy muy contenta de que te guste lo que escribo. Ayer tú me emocionaste a mí también con Chichita y Carmelo.
Un besazo
en la infinitud del universo tienes dos soles, gracias por compartir su luz con los demás :)
ResponderEliminarp.d. y me decían a mi q era igual a mi avatar? pq no viniste tú! XD un gusto! :*
Qué bonito!!!! muchas gracias ;-)
EliminarAsí que me parezco a mi avatar, jejeje, se lo diré al artista que me lo hizo.
Por cierto, ayer dejé un comentario en tu blog y creo que no apareció, deseándote mucha suerte en tu búsqueda de empleo. Te iré siguiendo a ver qué tal.
Un beso
Pues dile que a día de hoy mi libro favorito sigue siendo "La Historia Interminable", creo que no se puede escribir libro más bonito ni más perfecto, me lo he leído 11 veces, me lo sé prácticamente de memoria y sé que me lo volveré a leer. Y dile que yo también estoy muy orgulloso de ella por ser como es, y que no me paro a describirla porque estoy de acuerdo en todos y cada uno de los puntos de este post que me ha parecido precioso.
ResponderEliminarUn besazo para mi ahijada y mi sobrina favoritas, y otro pa ti no te me pongas celosa, jeje, ciao.
Se lo diré todo. ¿11 veces? Eres como uno que yo me sé con El señor de los anillos ;-)
EliminarMe alegra saber que te ha gustado, muchas cenquius.
Un besazo para ti y tus chicas.
No, no hace falta, pero tal y como la describes, hasta yo la quiero, una inmensidad! Muchas cosas tiene en común con mi hija mayor, salvando las distancias de la edad, pero se la ve una niña muy responsable, divertida y amable. Qué buena familia habéis creado!
ResponderEliminarSin palabras. Hoy tengo uno de esos días que tú conoces muy bien porque en alguna ocasión me ayudaste a superarlo, en los que necesito el insufle necesario para querer continuar por aquí. Por esa razón me he pasado por tu casa... y aquí está, una BELLEZA de entrada, si me permites decirlo, de las más emocionantes que he leído hasta ahora, si no la que más.
ResponderEliminarEres madre, pero también sabes ser la mejor compañera de tus hijas. Y eso se nota en la forma en la que describes a L, porque SABES ACOMPAÑARLA en todo momento, sabes guiar sus pasos, animarla, dejarla ser, permitirle estar. Me ha encantado leer cómo es, y creo notar mucho, muchísimo, de ti en ella.
Voy a intentar escribir algo hoy... Gracias por todo.
Precioso. Me emociona leer cosas así, ¿porque me estoy volviendo un poco pantoja con estas cosas? no, porque palabras como estas me hacen tomar un poco de distancia del día a día, de la ironía con la que suelo tratar todos los temas relacionados con la maternidad para darles un poco de chiste y no caer en la desesperación que me ataca en algunos momentos.
ResponderEliminarGracias, de verdad, por obligarme a hacer ese análisis de mis hijos y las satisfacciones que me dan, y que tengo pendiente de revisión desde hace algún tiempo (es que últimamente se portan fatal!!!)
Guauuuuuu. Impresionante entrada, cuánto amor desprende... y cuánto respeto. Qué importante es el respeto a nuestros hijos. De ahí que salga un amor de niña, un amor de adulta cuando toque.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena... a las dos!