martes, 16 de abril de 2013

Si este día fuera el último




Todos nos hemos preguntado alguna vez qué haríamos si supiéramos que un determinado día es el último de nuestra vida, ¿tú no? Me agobio muchísimo pensando en ello porque soy muy concienzuda y perfeccionista por lo tanto:

A/ Me lo tomo en serio y creo que va a pasar de verdad.
B/ Nada de lo que imagino me parece lo mejor para pasar mi último día perfecto.

Unas veces me imagino en alguna de mis ciudades favoritas o en medio de las montañas alpinas o con un paisaje tipo El señor de los anillos, en la lejana Nueva Zelanda. Enseguida lo descarto porque es un lío la repatriación de cuerpos y no quiero incordiar a mi familia. Así que pienso en quedarme en Madrid. y entonces me viene a la cabeza mi Murcia del alma y me dibujo en mi mente paseando por la Platería un día soleado cualquiera. El sol es lo que más echo de menos de mi tierra. Y no me gustaría nada que mi último día fuera uno lluvioso y frío. Lo mismo tendría que llevar huevos a Santa Clara.

En cuanto a la compañía, así de entrada me gustaría estar con mi familia, cómo no, primero la que he construido yo tras una boda, un embarazo de los de náuseas hasta el último momento y un proceso adoptivo que viví con intensidad. Claro que, bien mirado, ¿qué podríamos hacer que a mí me encantase sin que mis hijas se aburrieran? Me gustan los planes con niños pero la verdad es que nunca pediría un día en el zoo o el parque de atracciones como última voluntad.

También me gustaría despedirme de mi otra familia, la extensa, que por circunstancias varias podríamos reducir a mis padres, hermanos, cuñadas y sobris. Sin olvidar a mi abuela, por supuesto. Y a mi suegra, que es como una segunda madre para mí. Bueno, quizá metería a alguien más, le doy una vuelta. Y cómo no, de mis amigos. Ya la hemos liado parda. Eso es mucha gente y a mi las multitudes me estresan y no quiero pasarme nerviosa este día tan señalado. Estaría bien celebrar una fiestuqui tipo bodorrio con actividades para niños y mayores. No bodorrio como el mío, sino un poco más íntimo. Me pido una piscina de bolas para adultos, que no es lo mismo que una piscina para estar en bolas, jejeje. Siempre me dan mucha envidia estos juegos de ahora que en mi infancia de los 70-80 no existían.

Desayunaría un brunch en El Café Oliver o el Hotel Intercontinental previo paseo en solitario por el barrio de Los Austrias o el Paseo del Prado. El brunch lo tomaría con mi pequeña familia. Después nos iríamos a la sierra de Madrid, a una casita rural muy mona donde se celebraría la fiesta, en Miraflores por ejemplo. Allí estaría todo preparado para la ocasión, con camareros y animadores infantiles. Con una banda que tocaría un poco de todo, música agradable de tarde. Por supuesto la muerte no podría llegar ese mismo día de forma inesperada, sería al día siguiente porque si no, se nos fastidia el invento. Irían llegando amigos y familiares poco a poco, desconociendo por supuesto que ése iba a ser mi último día. Al más puro estilo de Los amigos de Peter (quien no haya visto esta peli que vaya ahora mismo a solucionarlo).

Comeríamos y beberíamos en plan cocktail que es una forma de comer que me encanta. Me vuelve loca esa comida diminuta como de juguete que te permite probar muchas cosas diferentes a la vez y que normalmente saben deliciosas. Eso sí, habría sitios para sentarse, nada de estar de pie con la copa en una mano, la servilleta en la otra y haciendo equilibrismos para conseguir los volovanes rellenos. Sería tipo chillout y además habría mesas con sillas y sillones cómodos, en color blanco. Total, si se manchan, yo no los voy a tener que limpiar al día siguiente.

Mucha cerveza y vino del bueno. También ginebra y demás ingredientes del gin tonic. A mí con eso me vale. Venga va, que sean una botellitas de ron y whisky para los demás.

Y muchas risas, mucho bailes y mucho amor. Dejaría mensajitos grabados a mis hijas como en
Mi vida sin mí de Isabel Coixet (otra peli imprescindible) y regalaría poemas a mis invitados.

Entrada la noche sonaría música de DJ con los grandes éxitos de mi vida entera. Bueno, esto no lo tengo claro, lo mismo me entra la llorera y descubro el pastel. Tengo que meditarlo.

Finalmente, todos los invitados se marcharían y nos quedaríamos sólo mimarío y mis dos Ls. Todos juntitos y abrazados toda la noche.

No hay nada como que te vayan a operar y poner anestesia general para que se desaten en mentes en ebullición como la mía este tipo de pensamientos catastróficos. Aunque bien mirado, he logrado por fin definir un día perfecto para antes de morir. Me ha quedado muy romántico y amoroso. Demasiado azucarado. Tengo que imaginarme uno más cañero. Pero ese me da que no lo voy a publicar aquí.

Este post empecé a escribirlo el día 16 de abril, día previo a la intervención de nariz que me hicieron ayer. Todo ha salido bien. Ahora me espera un post-operatorio un tanto molesto. No es una operación de estética, sino para quitar unos quistes que me impedían respirar con normalidad.

Como todo ha salido bien, ahora tengo tiempo de preparar un día perfecto sin necesidad de desaparecer al día siguiente. Porque pocas veces la amiga de negro con guadaña nos va a avisar con tiempo y encima nos va a dar margen para preparar fiestas.


6 comentarios:

  1. Yo me planteo muchas veces un día como ese... Y créeme que se parece muchísimo al tuyo. Espero que te recuperes prontito! Un mega abrazo.

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    1. Muchas gracias! Hoy ya empiezo a ser más persona ;-) gracias por comentar!

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  2. Me alegro por la operacion. Echale un vistazo a "las invasiones barbaras" te gustara
    Juanjo

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    1. Muchas gracias Juanjo, me apunto la peli porque le he echado un vistazo a la sinopsis y tiene buena pinta!

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  3. Pues yo me reuniría solo con la gente más feliz que tuviera alrededor, y haría una fiesta de la risa con música celta para bailar como se bailaba entonces... si me he de llevar algo en esa maleta que sea la felicidad por si me reencarno no olvidar lo feliz que fui alguna vez!
    Me alegro que todo saliera bien en la operación! Los pensamientos previos a un acontecimiento siempre son más duros que la realidad física, verdad?

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    1. Me gusta tu fiesta de la risa, y la gente feliz alrededor, me lo apunto! Muchas gracias por tu mensaje. Es cierto que magnificamos los eventos en nuestra mente antes de que sucedan y yo que soy de tendencia al drama más aún ;-)

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Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!