Pasar la noche de jarana significa algo muy distinto antes de ser madre y después, a no ser que seas una de esas mujeres afortunadas, o quizá no tanto, que pueden permitirse vivir de jarana per secula seculorum. Esas divinas de la realeza, la farándula, la nobleza o la socialité. Esas féminas recién paridas que salen del hospital con los vaqueros ceñidos y el taconazo de doce centímetros y que al mes siguiente ya están en Ibiza o el Caribe luciendo bikini de tiras y si se puede con un maromo distinto al papá de la criatura. Viviendo la vida loca.
Confieso que a veces las envidié, sobre todo cuando el primer mes de mi maternidad me pasaba las horas con una beba que lloraba cada dos por tres, en un tercero sin ascensor, intentando sin éxito la lactancia, con un Marío que llegaba pasadas las ocho a casa y sin poder despegarme de ella ni para ir al excusado. Las envidiaba sí, sólo un poquito vamos, tampoco te creas. Ah, y se me olvidaba, con una tripa rara, como de piel destensada y blandiblú, que no me quité en años. Como para no pecar deseando la vida de las muy.
Pasar la noche de jarana tras dar a luz consistía en pasar la noche en blanco porque la nena berreaba y no eras capaz de calmarla o, simplemente, porque tenías que darle de comer cada poco y cambiarle el pañal (y el body y pijama y sábanas si tenías un pelín de mala suerte). Después, la jarana se debía a los terrores nocturnos y pesadillas varias que nos cortaron el sueño durante años. Cuando decidíamos colechar por puro cansancio, las patadas convertían nuestras noches en auténticos festivales llenos energía y buenrollismo fraternal. Asisto ojiplática al descubrimiento de personas que colechan por y con placer. No sabes cómo me hubiera gustado sentir ese estado de bienestar que dicen profesar. Otro motivo para sentir envidia, no sé ya si sana.
Tampoco es que yo estuviera todo el día de juerga en mi vida previa a la maternidad, vamos a ser sinceros. Cierto que en mi época universitaria cerré muchos locales y fui a trabajar de empalmada varias veces, vale. Sin embargo, en la mayoría de los casos lo hacía porque no me molaba irme sola a casa y esperaba a que alguna de mis amigas me acompañara. Vamos, que a mí dormir me gusta mucho muchísimo y las noches de jarana no tanto.
Ahora, no te miento, donde se ponga un gin tonic en una terracita madrileña a la luz de la luna que se quiten las noches amenizadas con el llanto de un bebé. Lo siento, esto es así. No lo puedo evitar, por mucho que adore a mis hijas...me quedo con el concepto de jarana tal y como mi mente lo conocía en mi ya lejana, vida sin niñas.
Aaaaay cómo te entiendo!
ResponderEliminarYo adoro a mis hijos, los quiero con toda mi alma, doy la vida por ellos, pero... La jarana de antes era la buena, la de verdad, la que mola!! La jarana materna-nocturna ¡¡no mola un pimiento!! Ni con amor, ni sin él, por Dios, que mi aspecto es más el de una walking dead que el de una madre...
Muy buena entrada, sí señor, la apoyo 100%
Un besote!
Hola preciosa!!
ResponderEliminarAmen a todo lo que dices... Pero yo envido más...
Que un día después de que te lo has merecido con creces... salgas de JARANA... te líes... te echispes cual hoguera de San juan... llegues de día a casa...osea, temprano... y a las 10 de la mañana todavía con el pedo puesto, tengas que ejercer de madre??? Joder, que no son horas!!!
Yo también adoro a mi pequeño saltamontes, pero de vez en cuando recordar que tienes vida social y correrte una jarana...
De las jaranas lloronas nocturnas no hablo... caca.
Un besote!! Genial!!
Bego!!! Siiiii!!! Jarana era la de antes y tal vez la de después, la de más adelante pero ya con otras pilas porque los años pesan...
ResponderEliminarLa jarana de la maternidad es un trabajo casi "esclavo" y aunque sarna con gusto no pica... nada como apoyar la cabecita en la almohada y dormir plácidamente. Aunque me temo que con la maternidad empecemos a olvidar lo que era dormir bien... del colecho siento lo mismo, me encanta dormir abrazada a Muriel pero cuando empieza a boxear y a repartir patadas karatecas te la regalo!!!
Yo también me uno a la jarana en una terracita con GT :D
Besotes gordos!!!
Conozco el sentimiento. Yo también añoro salir un día sin estar repitiendo sus nombres constantemente. Se les ama, pero respirar también es bueno.
ResponderEliminarJajajaja estoy contigo, yo este nuevo concepto de Jarana no lo acabo de ver... Así me pasa que luego me voy de boda y lo doy todo yn un poco más (sobre todo porque la nena se queda con los abuelos..jeje)
ResponderEliminarYo en mi proxima Jarana maternal voy a poner un poco de musiquita para amenizarla un poco.. Jeje
Muy bueno el post!!
Bssa
jajajaja. Me pido ir contigo de gin tonics. Jarana para mí es salir a MI terracita a tomármelo....pero no terracita....snif snif.
ResponderEliminarYo he tenido jarana esta noche, con patadas en la cara incluidas, así que no sabes cuanto te entiendo y las pocas neuronas activas que tengo en este momento.
Estupendo el post, como no podía ser menos....
besos
¡Me encanta que hayas usado esta palabra! En casa la empleamos mucho y me trae recuerdos de mi madre.
ResponderEliminarYo como tú: me apunto a ese gin tonic en una noche madrileña de verano. Si necesitas compañera de jarana, ya sabes... ;)
Cuando las famosas dan a luz y casi acto seguido lucen esos cuerpos espectaculares, yo creo que es como en la peli de Los Sustitutos o tienen un clon o ve tú a saber...
ResponderEliminarLuego, te ves a ti y te deprimes todavía más.
Nuestra jarana es a partir de las 10 de la noche o así, cuando los dos duermen. Eso sí, estamos tan agotadas que en vez de jarana parecemos unos zombies, antes, no después de la fiesta.
Salu2
Cuanta certeza estoy encontrando hoy al leeros...!! bueno, yo solo puedo hablar del primer mes y medio de vida de Nenúfar porque el resto mi jarana ha sido roncar y roncar...pero la jarana antigua aaaaaaaains, a veces si la echo de menos si!! y conste que yo también adoro a mi hija, pero no por ello dejamos de ser individuas unipersonales.
ResponderEliminarMe ha encantado!!
Besos
Las mamás famosérrimas son las más "Muy" del mundo maternal.
ResponderEliminarHace no mucho vi a una de esas que has definido entrar a urgencias en el Hospital.
En la sala de espera había 7 u 8 pacientes a la espera de ser atendidos y nosotros ya nos marchábamos a casa... de repente entro ella con su asistenta (o personal training) y su niña tosiendo.
Desde la recepción de urgencias la hicieron pasar directamente a un box privado sin necesidad de esperar como el resto de mortales. Tuvo suerte de que ya me iba, sino no iba a haber Carlos Moyá que la salvase de mi mirada asesina.
Great post Bego!
Joder que te entiendo...... De jarana por las niñas, de jarana por el curro y que poca jarana por salir a tomar copas.....
ResponderEliminarA ese GT me apunto pero ya!!!!! Lo necesito, yo y mis neuronas....que cada vez las tengo más muertectllas pobres....
J de jarana, de jodidasnoches, de jopetaquesueño.......
Ais..... Esto de la maternidad......
Jajajaja, yo también me uno a esa jarana, la de antes! Era y es lo peor que llevo, el no dormir por la noche. Aguanto una o dos, pero no más, al tercer día, cual muerte viviente me desplazo, mi cara no la reconozco...uffff, jajaja. Y ellas, es verdad, siempre divinas, siempre espectaculares, pero ahí tiene que haber algo, pero sino yo tampoco lo entiendo..jejeje.
ResponderEliminarNosotros con la peque, que tiene dos añitos y poco, estamos con los terrores nocturnos y nos tiene agotados tal cual, no hay forma de dormir una noche del tirón y al final lo que tú dices, por puro cansancio, a la cama con nosotros que nos la traemos...ahora ella y el papá duermen, pero yo ufff, se me pega a mí cual lapa y no veas si suelta calor...
A la terracita yo también me apuntooooooooo. Besitos!!!
Poniendo fecha ya a esa cita de GT!!! Eso si, esperad que se me arregle el pie!!!
ResponderEliminarYo hay veces que también echo de menos las noches de jarana, pero como bien dices al día siguiente no compensa!!!
Un besazo Bego!!
A mí sí que me gustaba la jaracana, pero le saqué el jugo a mis años de universidad y a los que siguieron después también. Para mi dormir es sólo una necesidad, no un placer, ya sé que suena raro... así que a mí el no dormir no me pesa, nunca he sido de mucho dormir, lo que me pesa es la responsabilidad y los terrores nocturnos por lo que veo los voy a sufrir yo cuando esta niña se quede a dormir con los abuelos algún día o la inviten a un pijama party o cuando se eche novio/a y se quedé a pernoctar. Que soy una control freak, que no quiero jarana pero sí extraño la tranquilidad que tenía antes de ser responsable de la vida de otro ser humano.
ResponderEliminarVaya por dios... ni yo misma sabía que llevaba todo esto encima. Lo siento por la descarga.
Un gran beso y un abrazo!
Yo no soy mucho de jarana... si me dormía en todas partes!! qué horror!! me he llegado a quedar dormida de pié! y sin niños... ya te digo yo, mi mejor plan siempre dulces sueños y sábanas blancas!! ;)
ResponderEliminarBesos
Jajaja nunca había pensado de esa manera acerca de las noches en vela, mi propia jarana maternal... menos mal que no tenemos que ponernos tacones para eso.
ResponderEliminarTe entiendo, porque, aunque no me gustaba la trasnochada antes de tener a la bebé, cómo se me antoja ahora! jaja
A mi tambien me gustaba la jarana de antes esas noches en una terracita o en un pub ais que tiempos aquellos...
ResponderEliminarUn beso!
Como futura madre primeriza, estas noches de jarana que comentas son de mis peores temores ante mi próxima maternidad. Con lo que me gusta a mí un buen sueñecito...
ResponderEliminarAaaaaameeeeén!!!!!! Ya lo sabes... yo hago socialité contigo, n'importe où, ajajajajaja. Coincidimos, plenamente... excepto en esas jaranas universitarias!!!!!! Ainssss ¿cómo es que no nos conocimos entonces???? Pena, penita, penaaaaa.
ResponderEliminarUn besazo y ya sabes... jarana forever, aunque sea virtual, o de simple guasá. :P
ejjejeje te doy la razón.... aquellas noches en vela con lloros y más lloros no los añoro en absoluto (y si todo va bien, en unos meses lo volveré a sufrir!!), así que también prefiero quedarme con el significado de jarana de antes de la maternidad... Eso si.... no volvería a aquello... por suerte las noches en vela pasan algún día y entonces viene lo bueno!!!!
ResponderEliminarBesos!
Yo que me considero la reina de la jarana no la echo casi de menos, lo que habría que intentar que luego no lo hacemos es concedernos de tanto en cuanto lapsos de vida social, una cerve, un cine, un teatro, un poco de lectura... Los niños ocupan todo el espacio físico y psíquico, esto es así hasta los primeros 40 años de vida jajajaja.
ResponderEliminarJajaja.. bien, ahora si que me he enterado del contexto de la tripa "blandibup", jejeje.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Echo muchísimo de menos salir a cenar con amigos y estar de copazos en las terracitas a la luz de la luna. Es algo que me supera. No echo de menos la discoteca ni los bailoteos hasta las 7a.m.... Son esas tertulias relajadas que se han visto sustituidas por noches de pesadillas, toses, despertares, mamá aguaaaaaa...
Pero como decís, sé que pasará y podremos volver a disfrutar de una buena JARANA!!!! y Mejor si es juntassssssssssss
Muaksss
Hay que ver lo que nos cambia la vida tener un hijo, o dos. Me encantan todas las fases que se tienen con ellos. Y aunque la jarana previa de nuestra adolescencia ya no será la misma, es bonito tener una nueva visión, y cambiar la discoteca por una peli en el sofá de casa.
ResponderEliminarTienes toda la razón! Lo del blandibú cuenta mucho llevarlo con un mínimo de dignidad...
ResponderEliminarJarana? Eso que es lo que es? Ains, años ha que olvidé esa palabra de mi mente. Ahora en conformo con la jarana que me da la peque por las noches, que tiene para ella dos tercios de cama de 1,50 y la cuna y a mi me deja una esquinita. Pero es que me gusta tanto abrir los ojos y mirarla....
ResponderEliminarBesitoa