domingo, 5 de mayo de 2013

Madres mías

El reloj marca las 00:42 de la madrugada del domingo 5 de mayo, día de la madre en España. Tras un día de intensas emociones, apuro los últimos minutos de consciencia leyendo el periódico del día y los suplementos. Leo una entrevista a Eva Casanueva, madre de Marta del Castillo. Dice que a su hija le encantaba celebrar este día y que cuando era niña le hacía siempre un dibujo para esta fecha. como mis niñas ahora. Una enorme desazón me invade, nublando el precioso día de hoy en el que ha hecho la comunión uno de mis niños favoritos, el hijo mayor de mis mejores amigos. Ha sido un día perfecto, feliz, de risas, buenas conversaciones y emociones a tutiplén.

De repente, toda la ilusión que tengo por el día que se ha ido y por el que acaba de empezar, aunque en realidad comenzará mañana, se desvanece. Noto un peso enorme en el estómago. Es la angustia por imaginar, sólo desde fuera, cómo pueden sentirse esas madres como ella que han perdido a un hijo o hija y máxime cuando ha sido en circunstancias terribles como la suya, con el agravante de no saber dónde está.

Me vienen a la mente todas esas madres para las que mañana será un día horroroso, como cualquier otro, y me pongo a escribir sobre ello, sin saber muy bien qué decir ni para qué, sintiendo la necesidad de hacerlo, urgiéndome decir que me acuerdo de ellas y que las acompaño en su dolor, que más que dolor debe ser algo para lo que no existe un nombre todavía, algo más allá de cualquier sufrimiento imaginado. Algo indescriptible y de lo que ninguna madre o padre quiere siquiera oír hablar. Siento aguar la fiesta. A mis dedos les ha dado por ponerse a escribir estas cosas y no los puedo parar.

La madre de los pequeños de Córdoba, la madre de la pequeña Madeleine, la madre de Yeremi Vargas, la madre de Mari Luz, y otras muchas madres de casos similares que han salido a la luz y otras que no. Lo siento, no he podido seguir escribiendo más nombres ni pensar en más situaciones de este tipo. Se me parte el alma.

También me da por pensar en todos aquellos que han perdido a sus madres, para los que el día de hoy puede ser también jodido. Y puestos a ponerse tristes y ya no ser capaces de dormir, pienso en esas madres que no pueden serlo o que están en la espera de la adopción durante años con expedientes paralizados o procesos cerrados incluso con un niño asignado. También pienso en las madres que se ven obligadas por el motivo que sea a dar a sus hijos en adopción. O en las madres con hijos que tienen enfermedades raras o alguna discapacidad. O que por alguna circunstancia no pueden comunicarse con sus hijos en contra de su voluntad.

Dar ánimos en estos casos suena a palabras huecas, así que no lo haré. Sólo quería dejar constancia de que pienso en ellas, de que las tengo en mi mente y me gustaría darles un abrazo que pudiera al menos aliviarles un poquito, si es que un abrazo de una desconocida pudiera servir de algo.

En unas horas mi familia me despertará para celebrar un día especial. Voy a disfrutar cada minuto y a agradecer cada segundo de mi día porque tengo la gran suerte de poder hacerlo. Y eso es el premio más gordo que te puede dar la vida.

7 comentarios:

  1. ¡Joder! Primera lectura del día y ya he soltado lagrimita.
    Pero así son las cosas, es la realidad...
    Y en el fondo, también para nosotras el día de hoy tiene un sabor agridulce, tú lo sabes...
    Merce

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  2. ¡Qué post más bonito!
    Es verdad que en esta vida se pierden cosas, unas más dolorosas que otras, y por eso nuestro deber es disfrutar del presente con los cinco sentidos.
    Espero tu día de la madre fuese genial
    Un beso,

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    1. Sí, mi día de la madre fue genial, muchas gracias.

      Y muchas gracias por decirme que te ha gustado el post. Es triste, lo sé, me salió así.

      Creo que tú lo vivirás el año que viene...;-)

      Un beso

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  3. Es triste pero tremendamente generoso por dedicar un pensamiento y enviar un abrazo (aunque haya sido cósmico) para los que no tienen nuestra ENORME suerte.

    Creo que eres una buena persona que además sabe valorar lo que tiene. Enhorabuena, preciosa.

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    1. Me gusta que me digas que crees que soy buena persona y generosa y eso, gracias, ojalá que sea así ;-)

      A veces una siente que no se merece tener tanta suerte y se siente culpable y en realidad no hay motivo para ello.

      Feliz tarde (hoy no te quedes sin comer, ¿eh?)

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  4. Muchas felicidades, me han parecido muy interesantes tus repsuestas :=)

    Un abrazo desde Budapest

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    1. Muchas gracias, creo que te has confundido de entrada al dejar el comentario ;-) no pasa nada, yo hago lo mismo de vez en cuando.

      Un abrazo para ti también desde Madrid

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