Me encantan las berenjenas. Un día leí que tenían nicotina y entonces entendí uno de los motivos por los que me gustaban tanto. Soy ex-fumadora, no te digo más.
Además de las berenjenas, me gustan los berenjenales, también conocidos como follones, o retos si nos ponemos finos. A mí me gusta más la primera palabra porque suena más de pueblo y una nunca olvida sus raíces. Aparte de que me viene bien para el carnaval de Trimadre, que es el motivo que inspira este post. El caso es que mi gusto berenjenil lo fui descubriendo y acrecentando con la maternidad y ahora te cuento por qué.
Me casé un mes de julio y en lugar de disfrutar de la estupenda vida de honeymooners unos añitos, después del verano me empezó a entrar el instinto maternal que nunca había tenido y la necesidad imperiosa traer al mundo un bebé, si podía ser para Reyes mejor. Soy así de impaciente. Mi decepción mensual iba in crescendo a medida que se acercaba el invierno. Finalmente el test dijo que sí a los cuatro meses de que despertara en mí la madre que llevaba dentro, y que andaba muy escondida la jodía. Este fue el inicio de mi primer BERENJENAL. En menudo lío me metía. Un lío maravilloso y divino de la muerte, pero un cacho de lío tremebundo.
Y a los pocos días me llamaron para una entrevista de trabajo en una gran empresa donde buscaban un mando intermedio para el que yo era la candidata ideal. Por supuesto entonces no dije nada de mi incipiente estado.
Yo ya pensaba que me habían descartado cuando a los tres meses me vuelven a llamar. Y me hacen otra entrevista y otra. La tripa se disimula bien y nadie nota nada. Hasta que finalmente me hacen una oferta y entonces les digo que voy a ser mamá en cinco meses. Ya estaba yo deseándole suerte en la vida al distinguido director de la empresa de recruiting cuando me dice que no importa, siempre y cuando no tenga pensado reducir mi jornada al volver de la baja maternal. Esto no lo dice así con estas palabras, pero yo lo deduzco de otras que SÍ dice como compromiso, responsabilidad y dedicación.
Así que, después de darle vueltas a mi cabecita unas horas que se hicieron días, decidí meterme de lleno en el segundo BERENJENAL de mi vida A.D (after daughters o después de hijas). No sabía dónde me metía, por el amor de Dios. Aquello era la jungla y si al principio pensé en presentar a mi jefe a un premio de conciliación y venerarle hasta el final de mis días, después todo dio un giro inesperado y la empresa super moderna y socialmente responsable se convirtió en ... Me estoy desviando, esto lo cuento otro día.
No contenta con esto, a mi bombo y a mi nuevo curro le añadí un cambio de casa. ¿Serían las hormonas? Compramos una nueva y pusimos en venta la que teníamos entonces, con el consiguiente quebradero de cabeza hasta que año y medio después conseguimos venderla a otra pareja. Qué sufrimiento. Nunca mais. Jamás vuelvo a meterme en un berenjenal de este calibre.
Unos años después, cuando las cosas parecían ir relajadas y nuestra vida era pura felicidad, se nos metió en la cabeza la idea de volver a ser padres. Y en lugar de ponernos al lío cerrando la puerta del cuarto con pestillo, empezamos a valorar la posibilidad de adoptar. Poco a poco nos fuimos metiendo en ese increíble y complejo mundo de la adopción y tras mucho leer, mirar y preguntar, decidimos ir hacia delante. Cuarto BERENJENAL.
Una vez que, tras dos años y medio, llegó nuestra segunda hija, estando yo en plena baja maternal disfrutando como una enana del amor infinito y el verano, no se me ocurre otra cosa que mirar las ofertas de empleo de una página web. Ya me había ido de la empresa que comentaba antes, y llevaba más de cuatro años en un puesto estable en otro sitio. La crisis ya había comenzado aunque Zapatero no lo reconocía todavía. Mi madre me decía de pequeña que soy un culo inquieto y algo de eso hay, aunque también había entonces la necesidad de hacer algo diferente, de intentar por una vez en la vida dedicarme al periodismo. Tampoco era periodismo de verdad, pero consistía en escribir, y eso me apetecía un montón.
Y resulta que me llamaron y me entrevistaron y me hicieron una prueba y les gusté. Me dieron el puesto y tuve que renunciar al mío en plena baja y llamando a mi jefe por teléfono. Eso sí, no empecé a currar hasta agotar el descanso maternal.
Y este fue el quinto de mis berenjenales. Desde que empecé con ellos ha sido un no parar. ¿Será el síndrome ese del nido pero a lo bestia? Intrigado tengo a marío. Y temeroso. Por si vienen más.
"La maternidad de la A a la Z" es un carnaval de blog iniciado por Trimadre a los Treinta que consiste en que cada madre participante describa un sentimiento al que ha descubierto un nuevo sentido con la maternidad, o una faceta de su personalidad que desconocía antes de ser madre. El objetivo es crear en red, colaborando unas con otras, un "Diccionario de madres" con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más.
Síguelo en Twitter #azdelamaternidad
Eso es valentia y arrojo y lo demas tonterias :) Genial, porque creo que la felicidad, como dice la cita conocida, esta en manos de quienes tienen la libertad de soñar y el valor de vivir sus sueños. Gracias por compartir tus berenjenales :) Me parece una historia de lo mas inspiradora. Un beso
ResponderEliminarQué bonito comentario, muchísimas gracias. Me encanta ser capaz de inspirar.
EliminarUn beso para ti también
Y lo aburrida que es la vida sin esos berenjenales. Sino sería como un encefalograma plano.
ResponderEliminarSe te olvida otro berenjenal: el blog!! Como si tuvieras pocas cosas que hacer...
Espero que como te gustan las berenjenas, te comas esos berenjenales y te sienten estupendamente.
Salu2
El blog no se me ha olvidado qué va, es que si sigo contando berenjenales de los míos Trimadre me saca del carnaval, jajaja.
EliminarSí, yo necesito movimiento en la vida si no me amuermo.
Y de momento me están sentando muy bien ;-)
Voy a leer el tuyo ahora.
¡Gracias por venir!
Jajajajajaja. Qué buenoooo. Mientras leía el post, todo el rato se me estaba viniendo a la mente "síndrome del nido a lo bestia" y vas y lo terminas así, jajajaja. Cómo te entiendo... yo también soy berenjenera. Y ya te digo que no tiene cura, máximo si añades a los hijos en la ecuación. Porque lo que no se le ocurra a una madre... ;)
ResponderEliminarEntre tú y yo... no se me va de la cabeza ir a por la niña. La culpa de todo la tiene mi incursión en la blogosfera materna, y el coraje que da pensar que una no ha lucido un mei tai de esos porque no los conocía xD
Un beso, preciosura!
Ya se te ve que a ti también te va la marcha, jejeje. Y lo de ir a por la niña...si lo tienes claro ¡adelante! Lo único que nadie te asegura que no llegue otro nene :) Eso sí, el mei tai podrás lucirlo.
EliminarUn besazo
madre mía, tu vida es un no parar, cuántas cosas y todo bueno (a pesar de algún estresillo que otro como lo de la casa que cuentas)
ResponderEliminar:)
Sí Bego, mi vida es un no parar, esto es sólo un resumen, jejeje. Y lo de que todo es bueno, ya sabes, todo es relativo ;-) Gracias por pasarte.
EliminarMe encanta el tono en el ue escribes. Me he divertido mucho y además espero que sigas el relato de lo del trabajo en otra ocasión. Me gustan también las berenjenas y también soy ex-fumadora. Cuando tenga ganas de meterme en lío te pido la receta, ¿va?
ResponderEliminarSaludos desde Budpaest
Tengo pendiente escribir alguna receta aquí, mira me has dado una idea, lo mismo lo hago hoy mismo.
EliminarMuchas gracias por tu mensaje, me alegra que te haya gustado. El relato del trabajo lo seguiré, seguro que sí.
Saludos madrileños
Sólo te puedo decir que olé! Que a eso se le llama sacar partido a la vida, arriesgar, exprimir el zumo, luchar por lo que deseas y, por lo que te leo, ha debido merecer la pena cada uno de los pasos que has dado.
ResponderEliminarAsí pues la B de Berenjenas te va que ni pintada.
Ya nos contarás tu experiencia en ese primer curro de empresa moderna que finalmente resultó ser...
Qué bien suena todo eso que dices, ¿de verdad que lo ves así? qué subidón, jejeje. Sí, todos los pasos que he dado, por malas cosas que me hayan traído, han merecido la pena por todo lo bueno que me he llevado.
EliminarLo del curro en la empresa moderna lo termino otro día ;-)
Me he reído mucho con tu post!!!! Yo soy también de meterme en berenjenales, uno tras otro (de hecho, la última, la de crear este carnaval, ya ves), y es que no sé medir muy bien mis fuerzas... Todo me apetece, y siempre creo que me va a dar tiempo.
ResponderEliminarMe he sentido muy identificada con tus palabras:tres hijos con treinta años, en medio un cambio de casa (venta y compra), una boda con su luna de miel, 2 cambios de trabajo, oposiciones... Pfff.
Y como siempre, tu pluma, que cincela tus posts dándoles un toque personal que me encanta!!!
Un beso guapa !!!
Eso mismo me pasa a mí, todo me apetece y no sé medir bien mis fuerzas. A veces tengo que parar, respirar, pensar y vaciar un poco el disco duro ;-) Creo que me superas, ¿oposiciones? yo lo intenté y lo dejé.
EliminarMuchas gracias por lo del toque personal de mi pluma, me encanta "oir" eso.
Un beso y gracias por este carnaval, me está gustando mucho.
¿Y si tu próximo berenjenal fuese acompañarme donde tú y yo sabemos? ;-)))
ResponderEliminarMerce
Uy, sabes que me ENCANTARÍA :-)) Ojalá
Eliminarjajajajaj me gustan tus berenjenales!!!! madre mia!!! Eso es pura vitalidad y valentía!!!! Oleeeee ...
ResponderEliminaryo también soy un culo inquieto y muy dada a meterme en berenjenales!!! (aunque no de ese tamaño)... qué sería la vida sin ellos????
Un abrazo!!!!
La vida sin berenjenales no tendría sentido y tampoco sin berenjenas ;-)
EliminarUn abrazo y gracias por la visita
No soy muy amante de las berenjenas pero si me he metido de vez en cuando en uno que otro Berenjenal, pero tu te llevaste el premio, lo bueno es que siempre has salido airosa. Me encantó esta historia berenjenuda.
ResponderEliminar;-))
Eliminar¡Y me faltan muchos más por contar! Muchas gracias por pasar por aquí y decirme que te ha gustado.
¡Qué mérito, chica! Por si el berenjenal intrínseco de la maternidad fuera poco, va y te buscas más! Qué bueno! :-)
ResponderEliminarjajaaj, pues sí que te has metido en berenjenales tu!!! Claro que si lo piensas, en muchos de ellos nos hemos metido los demás también, sin tanto cambio de trabajo, claro.
ResponderEliminarMe encanta como lo has contado!!
madre mía... berenjenal es tu palabra con mayúsculas... no has parado... feliz día
ResponderEliminar¿Berenjenal? Berenjenales diría yo, jajajaja... chica, está claro que te gusta un desafío... He de reconocerte que comparto más de uno ;-)
ResponderEliminar¿En serio las berenjenas tienen nicotina? Jajaja...
¡Besotes!
Tiene razón tu madre y eres un culo inquieto, pero que divertidos son los berenjenales!!!
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