martes, 21 de mayo de 2013

Manal Al Dowayan: el arte como grito



El arte como voz de las saudíes, de la periodista Catherine Milner, me sorprendió ayer mientras ojeaba el Yo Dona, de El Mundo, del sábado pasado. Habla de cómo las mujeres de Arabia Saudí encuentran en el arte la libertad que no tienen en su vida diaria. El arte como voz. Esa voz silenciada por la opresión de un régimen que no permite a las mujeres ni conducir. Como ya dejé ver en mi post del Día de la Mujer, además de que soy feminista (lo cual no significa que sea fundamentalista de lo femenino ni ninguna de esas estupideces que se asocian al feminismo), es que queda mucho por reinvindicar en cuanto a derechos de la mujer se refiere. Que exista un día que nos lo recuerde está bien. Que existan publicaciones que nos lo recuerden cada semana está aún mejor.

El reportaje es una traducción del original publicado en The Telegraph en septiembre del año pasado. Cuando veo estas cosas pienso en la cantidad de información que me pierdo por no leer prensa en inglés. Esto tengo que solucionarlo, me lo haré mirar.

Entre todas las artistas que aparecen en la revista, hoy quiero hablar de Manal Al Dowayan. Todas merecen la pena. Si traigo ésta aquí es porque me llamó más la atención que las demás. ¿Será porque compartimos edad? ¿Será porque es humilde, es decir, que no va de nada a pesar de la calidad de su trabajo? ¿Será por su arte inspirador? No lo sé. Espero que te guste conocerla como me ha gustado a mí.

Manal Al Dowayan tiene 39 años. Se educó en diferentes instituciones de arte en su país natal, Arabia Saudí, y en Dubai, Barhein y Londres. Fue artista residente en la Fundación Delfina de Londres y asistió al programa Clore Leadership. También fue artista residente en la Cuadro Fine Arte Gallery de Dubai y fue becada por la Galería Townhouse de Egipto. Forma parte del programa del British Council para líderes culturales internacionales. 

Ella ha participado en numerosas exposiciones colectivas incluidas las Bienales de Venecia y Berlín. Como dicen en el reportaje, puede que no sea una celebridad en Occidente pero sí lo es en su país y empieza a serlo fuera sobre todo ahora que recientemente el Museo Victoria & Albert y el British Museum han comprado obra suya.

La obra de Manal Al Dowayan está principalmente compuesta de fotografías e instalaciones, con títulos tan sugerentes como I AM (Yo soy...) o Looking beyond the veil (mirando más allá del velo).



 
For Them (Looking beyond the veil)
En la primera de ellas Manal reflexiona acerca de la dicotomía mujer y trabajo (sólo el 10% de las mujeres saudíes trabajan debido a las restricciones legales al respecto) y sobre qué clase de trabajos son apropiados para la mujer. Se plantea si esta idea de que existan trabajos "de mujeres" es una limitación más de su condición de mujer en Arabia Saudí: "¿es mi naturaleza como mujer otra limitación en mi potencial que tengo que superar o aceptar?", se pregunta.
   
Desde una doctora a una madre (su inclusión me parece muy acertada aquí, una mujer puede ser profesional y madre a la vez), pasando por una funcionaria de la ONU, una escritora, una ingeniera... a mí me ha parecido un proyecto precioso por el concepto. A lo que hay que sumar la belleza de las fotografías, la cual me parece incuestionable.

En la segunda, Manal pone el foco en la vida de las mujeres saudíes más allá de las limitaciones del velo. Tradición e identidad no tienen por qué ser cosas contrapuestas e irreconciliables y las tradiciones no deben ser utilizadas como una herramienta de opresión y control para las mujeres. De nuevo, concepto y belleza estética van de la mano.

Si su fotografía es alucinante, sus instalaciones son igual o más grandiosas. A mí personalmente me gustan más. Una de las más famosas es Suspended together, Suspendidas Juntas, una bandada de palomas hechas de las fichas de papel que las mujeres saudíes necesitan que sus maridos o tutores les firmen para viajar o someterse a ciertas operaciones. Pura poesía.

Suspended Together
Y como colofón, me gustaría enseñar otra instalación suya que me parece muy valiente y de nuevo lírica. Se trata de My name, un grito contra la tendencia existente en Arabia Saudía que prohíbe a los hombres utilizar el nombre de una mujer en público. Algo realmente alucinante para nuestro punto de vista occidental. No sólo las despojan de su identidad física, es que ya ni siquiera tienen un nombre.

Para su realización, Al Dowayan convocó talleres en escuelas y aldeas en los que las mujeres pintaron sus nombres en esferas de madera que cuelgan del techo como enormes rosarios. "En este país se dijo a las mujeres que no hablaran en voz alta, después que tenían que usar un velo sobre su rostro, y ahora incluso les quieren borrar el nombre" comentó la artista en la entrevista. 


Esmi-My Name

Dice Al Dowayan que en su primera exposición no se permitía a las mujeres permanecer en la sala junto a los hombre. Triste realidad.

No obstante, en el artículo hablan de ciertos gestos de apertura que está demostrando el Gobierno saudí en los últimos tiempos. Uno de ellos fue el permitir la participación de la mujer en las pasadas Olimpiadas de Londres. O el lanzamiento de la primera campaña contra la violencia de género. O la autorización a seis mujeres para ser cajeras de un centro comercial por primera vez. Siempre y cuando no se relacionen con hombres.

Some things can't be covered 








































































Te invito a conocer más de esta ARTISTA Y MUJER en su web. Y a descubrir al resto de artistas saudíes del artículo y a otras que no aparecen en los focos.

¡Enjoy!







8 comentarios:

  1. Mi madre me inculcó mucho feminismo desde pequeño... bueno, debo corregirme, me inculcó mucho sentido común. Eso implicaba muchísimas cosas, entre otras, entender que toda la familia se debe implicar en la tareas domésticas, no se trata de ayudar, sino de compartir.

    Hoy en día es mi chica la que se "beneficia" de ello y mi madre... dice que me ha educado demasiado bien (jajaja, es que las madres son así, en el momento de la verdad quieren que sus hijos vivan lo mejor posible).

    Como papá de una niña y tipo corriente, post como éste deben ser elevados al lugar que merecen. Muy chulas las obras, aunque un poco trágicas y deprimentes, no te puedo engañar.

    Gracias por compartir todo esto con nosotros (tanto este post como el de la asociación de Etiopía)!

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    1. Comentarios como éste me quitan la pena de que apenas tengo comentarios :-) sólo uno de estos y ya me merece la pena seguir escribiendo, muchísimas gracias por tener el detalle de hacerlo y decir cosas tan gratificantes.

      Olé por tu madre, muchas de la época de la mía hicieron lo contrario y hoy se arrepienten, por eso quizá la tuya diga que te educó demasiado bien, porque le choca ver que participas en todas las tareas del hogar y la paternidad/maternidad, por mucho que ella te lo haya inculcado.

      Te parecen trágicas y deprimentes las obras, yo diría que más bien lo son los hechos, la obra en sí a mí me parece positiva. Es mi opinión y por supuesto me parece bien lo que sientas tú. Cada uno entiende el arte a su manera y eso es lo bonito.

      Muchas gracias de nuevo por estar ahí

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  2. Me ha encantado, no sólo por la belleza de la obra y el mensaje, sino también por la dificultad de ser artista y mujer donde no es sencillo expresarse como tal.

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    1. ¿Verdad? A mí me ha gustado muchísimo, me alegro que te haya gustado.

      Muchas gracias por comentar

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  3. Ya sabes que soy feminista al mismo estilo que tú. Falta mucho por hacer, como siempre es la educación la base para todo cambio. Sin educación no hay posibilidad de que nos demos cuenta de que la igualdad de género aún es está lejos de ser una realidad. Me gusta que hayas escogido una historia positiva para llamar la atención acerca de un tema que en general sólo nos interesan a las y los activistas por la igualdad de género.
    Las cosas están cambiando para mejor, incluso en el Medio Oriente, pero quedan muchos años de mártires por aparecer para que las mujeres de allá tengan por lo menos que tenemos las que vivimos aquí.

    Enhorabuena por este tema, estoy segura de que muchos han leído aunque no comenten. Estas lecturas dejan huella, es una gran manera de contribuir.

    Un abrazo desde Budapest

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    1. Llevo tiempo queriendo dedicar un día a la semana a escribir sobre temas relacionados con igualdad de género y espero que éste sea el inicio de ello. Además, si añadimos el ingrediente del arte, es un tema que me apasiona.

      Me alegro de que a ti te haya gustado también.

      Las cosas empiezan a cambiar tímidamente aunque como bien dices queda un largo camino por recorrer. Me gusta aportar granitos de arena para un mundo mejor. Muchos pocos hacen un mucho.

      Un abrazo y muchas gracias por leerme y apoyarme.

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  4. Me encanta el post y la artista que recomiendas, la voy a seguir de cerca.

    Y ánimo con tu iniciativa de escribir un post cada semana dedicado a ese tema. Me parece una genial idea.

    Un besazo y gracias por compatirlo.

    Me chlifan los post donde terminas aprendiendo algo y no sólo cotilleas

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    1. Muchas gracias Ana a ti por venir a leerlo y hacer un comentario tan generoso. Creo que sí, que voy a seguir. Me está costando elegir esta semana ;-)

      Un besazo

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