martes, 13 de agosto de 2013

Especímenes playeros (I)

Paso gran parte del invierno añorando la playa, el ruido del mar, el viento en la cara, el agua salada en la piel, andar descalza por la orilla... Sin embargo, una vez que llevo más de veinticuatro horas aquí empiezo a verlo todo con otros ojos y me asalta la duda de por qué mi mente se empeña en dulcificar el recuerdo de mis días en la costa ¿Por qué?

Llevo aquí tres días y sólo he bajado hasta el mar dos mañanas. La primera estaba aún con el subidón del inicio de los días de asueto. Miraba extasiada el horizonte, los barquitos, las nenas haciendo castillos. Todo instante me parecía ideal para una foto. La frase que más repetía era "qué gusto, esto es vida". Tan obnubilada me encontraba que mis ojos estaban ciegos y sordos a los especímenes playeros de toda casta y condición que pueblan nuestro litoral mediterráneo. Hasta hoy.

Hoy lo he recordado todo de golpe. Eso que mi alma se empeña en olvidar cada septiembre por puro afán de superviviencia. Sabe que si no lo hace, el año siguiente lo pasaremos al calorcito de Madrid y ¿quién aguanta eso pudiendo disfrutar de la calidez murciana?

Así que he pensado que voy a utilizar este rinconcito mío para dibujar los diferentes tipos y tipas con los que me encuentro, a ver si alguien es capaz de decirme si es que yo tengo muy mala suerte o realmente se trata de modelos de personas preestablecidos que van incluidos con el pack de vacaciones playeras:

- El matrimonio con hijos que sólo se hablan si tienen algo que insultarse. El niño llama a la madre gilipollas y ella ni se inmuta. Le echa arena sin parar y ella ni le mira. Luego prueba con el padre, y lo deja tras su frase en la que dice que va a defecar sobre el rey o algo parecido. A cierta hora se marchan dejando tras de sí el enorme vacío de sus vidas.

- La familia completa y extensa (padres, madres, tíos, abuelo, sobrinos, hijos) que hablan con tus hijas a escondidas (las mujeres) y como no pueden evitar su ansia de cotilleo al no ver varón cerca se permiten hacerles preguntas a mi hija mayor del tipo: ¿tú también eres adoptada? y luego lo van contando a voz en grito como si tú no estuvieras ahí: "me ha dicho que ella es de Etiopía y la otra que ella no es adoptada, que ella es de su mamá". Como lo dudo señora, como dudo que mi hija haya dicho semejante cosa. Las dos son de su mamá y ellas lo saben perfectamente. Si quiere saber algo, pregúnteme a mí que ya veré yo si le respondo. Todos los años y casi me atrevo a decir que todos los días me encuentro a alguna variante de este espécimen en la playa. ¿Será su hábitat natural? Hace un par de años una petarda nada más conocerme me preguntó que cuánto me había costado mi hija.

- La parejita despreocupada, que bajan casi sin toalla a la playa, en bikini y bañador, sin un pareo ni camisetas ni nada, como diría mi madre, a cuerpo. Sólo llevan un paquete de tabaco con un billetito de 20 euros dentro para tomar el aperitivo en el chiringuito. Y sus hormonas revolucionadas. Envidiaca.

- La boda rociera, perdón, la familia gitana moderna. No son los que gritan en el mercadillo que quien no lleva bragas es porque quiere. Son un poco más sofisticados. Hablan empleando todas las palabras y sílabas y los niños no llevan mocos colgando (sé de lo que hablo, viví junto a una calle de gitanos hasta los 15 años). Lo único es que son muchos, muchísimos, y que se pasan el rato comiendo y bebiendo sin parar y tú mientras que te has olvidado la botella de agua para las niñas. Ays.

- La madre perfecta. Lleva la manicura y pedicura recientes. El pelo cuidado, sin el color pajizo que adquieren las mechas en verano. Viste uno de esos conjuntos a juego con el trikini de marca y calza unas estilosas sandalias de plástico. Sus gafas de sol y su sombrero le dan un aire distinguido y chic. Porta una de esas cestas de paja ibicencas, ideales para las mañanas de playa. Ni un gramo de celulitis, ni un granito en la cara, talla 38. Tiene dos hijos pequeños entre tres y cinco años, rubísimos y monísimos. Que se portan fenomenal mientras ella lee un libro. Después los tres se bañan un rato y juegan sin parar de reír en el agua. Llega el papá. Alto y atlético, morenazo. Les trae unos aperitivos a base de frutas y cereales. Los cuatro juntos hacen el castillo de arena más espectacular de toda la playa. 

¿Adivinas cual de los cinco especímenes es de ficción?

A ver mañana con qué me encuentro. Vivan las playas desiertas si es que existen.






14 comentarios:

  1. El último ne ha recordado al posado veraniego de la Obregón!!! Jajajajajaja Bueno, creo que estos seres se encuentran mutados por todas las playas de este nuestro país...

    Te has olvidado de la familia alemana/inglesa blanco transparente... Pero que va adquiriendo ese color rojo fosforito a medida qué avanza el día, hasta que con todo su empeño y trabajo consiguen sus perfectas quemaduras de tercer grado en el 93% de su cuerpo... ¿Alguien da más?

    Juas juas juas!!!

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    1. Jejeje, como te dije por Twitter, en la playa que yo frecuento no suele haber guiris gamba. Como no hay aeropuerto, vienen pocos. Aunque sí los he visto y mucho por Salou, que es otro de mis destinos vacacionales familiares.

      Un besote

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  2. nosotros somos los que te faltan: la madre sentada en la silla, charlando con sus amigas al tiempo que sus dos mil ojos barren a todos los niños de la playa para que ninguno desaparezca(y se mueren de envidia cuando pasa la mamá cañón) mientras el padre está en la orilla, con los pies metidos en el agua, hablando con otros padres en la misma postura de "vigilo el mar" mientras echa un vistazo para que ninguno de sus descendientes desaparezca (aunque se le van los ojos cuando pasa la mamá cañón).

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    1. :-))) Muy bueno Paula, es cierto, también llegué a ver este grupo.

      Gracias por tu comentario guapa!

      Un besote

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  3. Jajajaja,¡muy bueno!,¡lo has clavado!

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  4. ¿Estas segura que la madre perfecta es real?, yo creo que son modelos para el especial verano del Hola.
    Me gusta mucho el post, un abrazo.

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    1. Qué va, es de ficción, solo sale en el Elle y similares ;-)

      Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado.

      Un abrazo

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  5. siempre he odiado la playa! pero, mira, al menos ahora me ha hecho reír XD

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    1. XD hay que sacarle el punto a todo, jeje, me alegro de haberte hecho reír.

      Un besote

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  6. Calla calla... Que yo odio la playa y por eso mismo cuando voy de ese tipo de vacacioneo intento buscar playas perdidas, secretas, calas escondidas... Meeeeeeeec. Error. Ahí hay especímenes peores: los desnudistas. Sí. Desnudistas. Porque piensan que una playa que no está masificada sirve de playa nudista, pero NO. Hay niños y hay madres a las que les incomoda bastante que una veinteañera rasuradita se acerque al marido y le pregunte comoDioslatrajoalmundo: ¿TE molesta el perroooo?? Verídico. Y también da para un post. En mi caso, para un Excusado... Grrrrrrrr.

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    1. Ya te digo, a mí nunca me ha pasado pero entiendo que te pusieras MORADA oscuro en esa situación.

      Cómo es la gente!

      Un besote

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  7. ¡Jajaja! Tienes toda la razón, ¡vaya ganado que pulula por las playas de España!

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Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!