miércoles, 13 de marzo de 2013

Esas cosas tan diferentes que tenemos las madres de hoy

Ayer por fin me armé de valor y me puse a coser el roto del anorak de Lucía. Me espanta coser. Desde bien chiquitica. Mi asignatura odiosa del cole era pretecnología. Ahora que caigo, PRE-TECNOLOGÍA, jajaja, no lo había pensado nunca. Era eso que estudiábamos antes de la era de la tecnología ;-)

Pues eso, anoche sufrí mucho. Primero enhebrando la aguja. Diez minutos empeñada en meter ese hilo por ese ¿agujero? del demonio, empeñada en no cortar el extremo con las tijeras para que fuera más fácil. Tengo alma de sufridora. Luego estuve unos quince minutos intentando arreglar el descosido de una forma elegante, que es como mi madre decía que se tenía que hacer: "coser sin dedal es de marranas". Nunca entendí esta frase. El resultado fue que me pinché 200 veces, con dedal incluido, y me salió un churro de costura. Menos mal que todo es de color azul marino y casi no se aprecia.

A pesar de todo me sentí orgullosa y satisfecha por el deber cumplido. Y por ser fiel a una de las máximas de la república independiente de mi casa desde que empezó la crisis:  "intenta arreglar lo que esté roto antes de tirarlo y comprar uno nuevo".

Y en estas estaba que se me ocurrió hacer otra de mis listas. Esta vez con las diferencias entre las madres de antes y las madres de hoy día. Cuánto me acuerdo de mi madre cuando me decido a coger el costurero de lo alto de la estantería:

> Las madres de antes (M.A) cosían dobladillos y descosidos de forma perfecta y hasta "aseguraban" los botones cuando comprabas la ropa antes de estrenarla. Las madres de hoy (M:H) o vamos a la "retucherí", o se lo damos a nuestras propias madres o nos aguantamos sin botones durante meses. Siempre hay excepciones de madres de hoy que cosen, que son mis ídolas, como M.

> Las MA cocinaban todos los días y (casi) todas las noches platos maravillosos con productos frescos que sabían a gloria. Las MH vamos a la compra como locas. A horas intempestivas a veces, entre la salida del trabajo y la del cole. Es tener media hora libre y aprovechamos para pasar por el Ahorramás. Sabemos que esas bandejas de platos preparados no son sanas y hasta pueden llevar carne de caballo o cosas peores. Aun así a veces las metemos al carro cerrando los ojos. ¿Y quién no va de vez en cuando a la hamburguesería más cercana a llevarse unos menús que solucionen una aburrida cena de lunes? Las MA no lo hicieron jamás.

> Las MA no iban al gimnasio. Ya tenían bastante con hacer todas sus labores del hogar, ir andando a la compra y a por los niños al cole. Y si trabajaban fuera de casa como unas pocas que me sé, acababan exhaustas, porque entonces no existía eso del reparto de tareas. La mayoría no tenían coche ni carné. Por eso tampoco decían tacos. Las MH afortunadamente vamos motorizadas y asustamos a nuestros hijos cuando despotricamos al volante. Pagamos el gimnasio religiosamente. Y a veces, vamos.

> Las MH (y algún PH que otro) sacamos fuerzas de debajo de las piedras para, una vez hechas papilla tras la larga doble jornada en la oficina y en casa, leer un cuento a nuestros retoños. En la época de las MA apenas se editaban cuentos infantiles, la mayoría eran de princesas y lobos y se lo leían los niños a sí mismos cuando aprendían a leer a los cinco años.

> Alguna vez he escuchado esto de una MA: "si estás aburrido, date con una piedra en la espinilla". Las MH no permiten que sus hijos se aburran. Las hay muy creativas que inventan mil y un juegos para entretener a sus polluelos. Otras buscamos ideas en internet. Y si no tenemos internet a mano, ni fuerzas para hacernos cosquillas (juego socorrido donde los haya), el bendito Bob Esponja viene en nuestra ayuda.

> Las MA iban a la pelu todas las semanas. Volvían con la cabeza el triple de grande y con un olor a laca Nelly que tiraba de espaldas. Las MH vamos cuando ya no nos queda otra, cuando las raíces se ven a kilómetros o las puntas quebradas nos llegan a la mitad de la melena. Y salimos de allí muy cabreadas porque nos han cortado de más y nos han dejado la cuenta en menos algo.

> Las MA llevaban vestidos pre-mamá horrorosos, parían con dolor o, si no podían, adoptaban con vergüenza. Las MH presumen de tripón con vestiditos ajustados (yo no me atreví), parimos con mucho menos dolor o mínimo, y si decidimos adoptar lo hacemos con orgullo y alegría (y sufrimiento, porque adoptar es un proceso que duele tanto o más que un embarazo). Aprovecho para animar a todas esa mamás y papás que están pasando por la angustiosa espera de la adopción y que están perdiendo las fuerzas por la enorme dilatación de los procesos en la actualidad.

> Las MA no se sentaban a hacer los deberes con sus hijos ni de broma. Tampoco los PA. Muchas veces porque no sabían más que las cuatro reglas los pobres. Las MH les hacen hasta los trabajos de Science sobre los volcanes y los ecosistemas. Los profes deberían plantearse ponerles notas a los padres o abuelos aparte de a sus hijos.

> Las MA querían mucho a sus hijos aunque les tirarán la zapatilla de vez en cuando. Las MH queremos mucho a nuestros hijos, a pesar de que a veces les mimamos mucho más de lo que deberíamos y les pasamos por alto cosas que las MA nunca hubieran dejado sin un cachete "bien dao".

Como siempre, estoy generalizando y exagerando, y no tengo ni poca ni mucha razón en ninguna de mis afirmaciones.

8 comentarios:

  1. ¡Tremendas verdades! Y eso que no soy madre, pero lo de coser y cocinar... ains, cuánta razón! Quiero pensar que nosotras tenemos otras virtudes. No sé cuáles, pero seguro que las tenemos! :-)

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    1. Tenemos muchas virtudes!! Lo que pasa es que este post trataba de ensalzar a madres de antes, por eso deja a las de ahora a la altura del betún, jejeje. Otro día le dedicaré un post chulo a las madres de hoy día ;-)

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    2. Bueno, no creo que salgan tan mal paradas las madres de hoy... mi impresión ha sido que cosemos y cocinamos menos, pero jugamos y hacemos los deberes con nuestros hijos... eso.. no es tan malo, no? ;-)

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    3. Es cierto, no quedamos a la altura del betún, en realidad para mi gusto hemos mejorado bastante como madres sobre todo en la relación con nuestros hijos, aunque creo que nos exigimos tanto a veces o nos exige tanto la sociedad que acabamos exhaustas. No podemos ser perfectas y hasta que nos damos cuenta de eso, lo pasamos mal.

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  2. Me ha encantado tu referencia a los PH, y es que la igualdad de sexos ha traído la misma dosis de estrés para todos. Sabias palabras sí señor.

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    1. Los PH son la bomba. A ellos también les dedicaré un post un día de estos...

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    2. Ya te digo.... en estos ha habido una transformación total... o eso creo.... han mejorado mucho, muchísimo y aunque trabajan más, por qué no decirlo, disfrutan más siendo papás.

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    3. Yess ;-)
      Muchas gracias Belén por pasarte por aquí y comentar, me hace mucha ilusión.

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