miércoles, 7 de agosto de 2013

La ladrona de secretos


La primera vez que robó un secreto sintió un cosquilleo en el estómago que interpretó como algo bueno. Una sensación de felicidad inmediata, como cuando compras esos zapatos que tienen tu nombre en el escaparate desde el inicio de temporada. O das cuenta de un bocadillo con pan caliente y nocilla. O tomas el primer sorbo de coca cola bien fría en una tarde calurosa de verano.

Así que pensó que sería buena idea seguir haciéndolo y decidió convertirse oficialmente en ladrona. Para poder llevar a cabo su plan de forma efectiva, tuvo que aprender a transmutarse. Robar sus tesoros sin levantar sospechas requería de la adopción de formas diversas. Unos días aparecía vestida de sinceridad, otros de amiga del alma, las más de las veces de botella de ginebra y hasta hubo una vez que tuvo que vestirse de sacerdote, disimulando su feminidad para no ser descubierta.

Pronto su casa se llenó de secretos que pesaban toneladas.

Como el de la niña que prefería ser niño.

Como el del chaval que había empezado a drogarse.

Como el de la amiga que odiaba profundamente a su mejor amigo.

Como el del hombre casado que fantaseaba con otras mujeres.

Como el de la niña que no se atrevía a contar lo que le hacía su tío en aquel cuarto.

Como el de la madre que añoraba ser no madre.

Como el de la adolescente que quedó embarazada.



Lo prohibido, lo vergonzoso, lo temible, lo inconfesable. Cosas que la gente guardaba muy escondidas. A salvo de los juicios. A salvo de los otros. Pero no a salvo de sí mismos.

Cuando la ladrona robaba un secreto, su dueño sentía como si flotara por el espacio como una astronauta o buceara desnudo en el mar.

Qué paz.

Qué libertad.





6 comentarios:

  1. ¿Me la mandas? Yo le puedo dónde están algunos escondidos a ver si le hacen tilín y se los lleva... jejeje

    Me ha gustado mucho :)

    Un abrazo desde Budapest

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  2. Bego!!! Me encantó... me encantó... leerte me da cosquillas en la panza, esas cosquillas que me dicen que vuelva a escribir... creo que si empiezo va a ser gracias a vos!!!

    Sos grandiosa. Love U

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  3. Genial guapa!!

    Aunque a veces ser portadora de tales secretos robados sea una responsabilidad enorme... Regalar esa paz y poder brindar serenidad es un regalo que no todos pueden dar. Hay mucho ladrón con agujeros que va perdiendo secretos ajenos... Y eso no mola,

    Me encanta como escribes guapa!!

    Un besazo!

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  4. Genial, secretos que pesan y que al ser "confesados" a esa ladrona en sus múltiples formas, se hacen más ligeros para su portador. Que manera de escribir! !!

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  5. es que cada vez me gusta más......habrá recopilatorio????

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  6. La ladrona de secretos no es otra que la propia conciencia...
    Me siento como cuando estaba en selectividad y me enfrentaba al comentario de texto de Francisco Nieva y quise extraer tanto que vi reminiscencias nietzscherianas, jajajaja.
    Chapeau!! ;)

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