lunes, 3 de febrero de 2014

Hola, soy tu Impaciencia y estoy aquí para quedarme

Esa cara que pones, ese gesto torcido, los ojos muy abiertos, como si los abrieras para poder mirar más allá de tus narices. Ese chasquido de boca, ese bufido. Todo te queda tan bien, estás tan tú...

Me gustas cuando estás en la cola de la caja de una tienda Inditex en hora punta o frente al mostrador de atención al cliente de un hipermercado francés, también cuando esperas tu turno en la consulta del médico o desesperas para pagar la gasolina a primeros de mes. Me encanta cuando estás en el coche, escuchando tu música favorita y, de repente, sin venir a cuento, te pones a soltar tacos a diestro y siniestro. Lo mejor de todo, tu momento estelar, es aquel en el que entre las 21 y 22 horas de lunes a viernes tus hijas empiezan la rutina de lavarse los dientes para ir a la cama y por menos de nada comienzan una de esas discusiones absurdas por ocupar un centímetro más en el espejo del baño. Si, además, ese día ha sido malo o no has dormido bien la noche anterior... La transformación de tu rostro y tu tono de voz adquieren connotaciones dignas de Oscar de Hollywood. Qué de bellas arruguitas en tu cara, qué fuerza en la palabra. Pasas de ser pequeñita a grandiosa. De la poca a cosa a la enormidad.

Y ahora vienes con que quieres cambiar, mejorar, aprender de todas esas personas que dices que admiras. ¿Por tener éxito? ¿Por tener suerte? ¿Por ser guapos, ricos, cuasi perfectos? ¿Por ser inteligentes, cultos? Nooooooooo. 

Por tener paciencia. 

Te gustaría ser como ellos única y exclusivamente por su paciencia. Qué poco ambiciosa eres, chica. ¿A ti no te han enseñado a ser alta de miras? ¿Aspirar a algo más en la vida que ser mejor persona o buena gente? Ya veo que no.

Una cosa te voy a decir querida. Lo tienes difícil. Yo llegué a ti por vía genética. Y no soy una nariz aguileña o unas orejas de soplillo que cualquier cirujano podría operar sin problemas. 

He venido aquí para quedarme y estoy dispuesta a luchar por ello con todas mis armas.

Para empezar, te recuerdo que tienes pendiente una llamadita a Telefónica y otra a Endesa. Soy mala, lo sé.

¿Y lo bien que me lo paso?

5 comentarios:

  1. me da risa como ya no solo te hablan las cosas sino las actitudes, eso es porque las sabes escuchar! :D

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  2. Bego!!! Te he dicho alguna vez que estás desaprovechada????? Quiero un libro tuyo ya. Es una pasada cómo haces que las palabras fluyan y la lectura sea fácil, divertida, amena... Me encantas.
    En cuanto a tu paciencia... No la envidies, porque ya la tienes. Y mucha! Que no te engañen...
    Muaaaaaa

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  3. Jajaja, Bego!!! Me ha encantado tu retrato. Estoy con Carol. Tienes algo al escribir que atrae, magnético. Para empezar, un título con gancho.. que recuerda a un eslogan de una marca de cositas para la higiene femenina. Y luego... una forma diferente y original de esbozar una parte de tu personalidad desde el humor. Me encantaaaa!! Eres grande.
    Un abrazo

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  4. Me uno a mis compis de arriba, tienes ese talentazo que poca gente tiene.. Aprovéchalo...
    Me ha encantado, has descrito el defecto de una manera original y ocurrente...
    Un besazo

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  5. Genial Bego. Es difícil describir la impaciencia con la exactitud y la claridad con que acabas de describirla. Me ha encantado. Un beso.

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Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!