lunes, 7 de abril de 2014

Lo que piensan los demás puede matarte


Estudié Periodismo. Creo recordar que era en cuarto de carrera cuando teníamos la asignatura de  Opinión Pública, que es algo como como la ciencia encargada de estudiar las reacciones de la sociedad ante las noticias que publican los medios.

Entonces me pareció muy raro estudiar una asignatura así, sobre todo porque lo que en principio parecía iba a ser algo interesante, era en realidad un PESTIÑO impresionante que no había quien entendiera. Lleno de definiciones pseudocientíficas que poco o nada me aportaban, como pasaba en varias materias de esta licenciatura. El profesor, con su aire recalcitrante de catedrático frustrado, no ayudaba mucho a que aquella cosa nos ilusionara. Resultado: no me acuerdo de nada de lo que allí aprendí.

El otro día, en una conversación en casa con el husband, salió el tema de la importancia de las opiniones de los demás acerca de ciertos personajes y profesionales de los medios, y de repente me vinieron a la mente dos cosas. La asignatura de marras y el fenómeno twitter y todo lo que allí sucede en relación a la maternidad.

Pensé en lo emocionante que debía ser ahora la clase de Opinión a raíz de la existencia de las redes sociales, que en mi época eran ciencia ficción. Claro que, vista la rapidez de la universidad en captar las tendencias e incorporarlas a su día a día, lo mismo siguen usando el ladrillo de manual con el que me peleaba yo hace veinte años.

Surgió en la conversación este tema de las opiniones a raíz de uno de los programas del podcast La Órbita de Endor, (por cierto @remorada, creo que a ti y al señor Torres os molaría mucho) en el que trataron el tema de cómo afectan las críticas negativas a las personas de éxito. Para ello entrevistaron al archiconocido Iker Jiménez, querido y odiado a partes iguales. Para quien no lo sepa, este señor lleva más de trece años haciendo un programa de radio, Milenio 3, que es el más escuchado de España en su franja horaria y cuyos podcasts están en los primeros puestos del ranking de descargas. Antes trabajó en medios escritos y después vinieron la televisión y José Mota. Hasta el punto de que muchos conocen más a la persona a través de su caricatura en los programas del cómico, que se ha fijado con laca de abuela al imaginario colectivo y al mío propio.

El entrevistador, Antonio Runa, trataba de conocer de primera mano cuáles eran las estrategias de Jiménez a la hora de enfrentarse a las críticas feroces de todo tipo de personas que el hombre sufre desde que empezó a despuntar en los medios.

Me gustó mucho lo que dijo y os invito a escucharlo a través del enlace que incluyo al final de este post.

"Si tu entusiasmo depende de lo que digan de ti, estás muerto"

Esta fue la frase que más me caló. Que el entusiasmo y la pasión que tú pones en las cosas que haces son claves para tener éxito, y más allá de esto, que ese entusiasmo es el que debe prevalecer siempre fuerte, siempre vivo, ante cualquier adversidad, ante cualquier mala crítica u "opinión constructiva". 

El mundo está lleno de gente con talento escondida en un rincón por culpa de que no fueron capaces de mantener la ilusión por encima de cualquier atroz comentario. Y eso es muy triste. Triste para ellos mismos y triste para la humanidad, que se ha perdido grandes cosas, quien sabe como de grandes, porque estas personas no fueron capaces de soportar los ataques.

Iker habla también de que el hecho de que te critiquen va más allá de tu condición de personaje más o menos conocido. Es algo que sucede en cualquier círculo. Nos pasa a todos. En el trabajo. Con los amigos. Con la familia. Esto es algo que a mí me costó mucho asumir en la vida. Y he de reconocer que aún no lo he asimilado.

¿Por qué las personas que supuestamente te aprecian y/o quieren de verdad de repente un día, cuando te ha ocurido algo bueno, cuando has logrado algo, un éxito, cambian su actitud hacia ti?

No puedo entender cómo amigas mías de la infancia ni siquiera me felicitaron el día que les comuniqué que me casaba. Ese silencio sepulcral al otro lado del teléfono me mató. Bueno, sí que puedo entender. Ahora sí. Sería más correcto decir que no puedo asimilarlo y que aún me duele.

La envidia. Puta envidia. No lo digo yo, lo comenta Iker Jiménez en su entrevista. Es una envidia inherente al ser humano. Según él, no se trata de que esa persona no te quiera o aprecie. Simplemente es que siente una pulsión interna irrefrenable y negativa hacia ti en ese momento. Que le lleva a criticarte, a la cara o por la espalda, y a comportarse como un TROLL, entendiendo éste como la persona que disfruta reventando a otros, criticando, insultando, fastidiando. 

La envidia nos lleva al resentimiento y nos convierte en seres amargados. Dios me libre de ella. Procuro estar lejos de ella. No me gusta su presencia (nadie dirá que le gusta, cierto). Me da repelús. Cuando la siento en mí (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra) me siento mal e intento rápidamente desterrarla de mi cuerpo. Espero conseguirlo. Espero que esa palabra no sea la primera que a alguien le viene a la cabeza al pensar en mí.

Convivimos con ella a diario, y no me refiero a que muchos nos envidien, que supongo que los habrá porque por muy normal que sea tu vida siempre hay alguien a tu alrededor dispuesto a compararse y sentir deseos de ser tú. Estoy hablando de la que veo y siento en el mundo físico y en el virtual, donde es mucho más fácil distinguirla porque queda por escrito.

Si juntamos envidia con ego sale una mezcla explosiva que arrasa con todo. Y como en twitter todo va a la velocidad de la luz, y escribir tuits es algo que se hace muchas veces sin pensar, compulsivamente, el efecto devastador se multiplica. Desde hace un año he sido testigo de muchos de estos fenómenos, como el caso Molinos (y no me refiero al famoso post), el Madreesfera, el de Malasmadres y otros como el de ohana, palabra impronunciable ya en estos lares. Temas que han desatado pasiones encontradas, discusiones interminables, mezquindades. Tanto como los eternos tópicos sobre las diferentes formas de ver y sentir la maternidad.

He visto a personas con diferentes personalidades. He visto pasar de la más absoluta admiración por alguien al más completo ostracismo. He visto cómo muchos se complican la vida y pretenden poseer la verdad de todos cuando sólo poseen la suya. He visto egos en lucha. He visto muchas cosas feas y que no logro asimilar porque en el fondo sigo creyendo en la bondad de las personas y en que no es posible tanta inquina. Que será cosa de, como dice Iker, una pulsión incontrolable del ser humano, nada personal, como si la causa formara parte de esas circunstancias atenuantes con las que se rebajan las penas judiciales.

Por eso me ha gustado escuchar el mencionado podcast y al periodista del misterio, quien me ha parecido de lo más sensato y positivo que he escuchado en mucho tiempo. Porque da un poco de luz a todas estas sombras.

Ante las críticas vacías, coraza, como si no fueran contigo. Frente a las críticas razonadas y de verdad constructivas, aprender de ellas. Valorar de la misma manera las opiniones positivas sobre ti, porque parece que tenemos tendencia a olvidarnos de ellas y a dar importancia sólo a lo malo. Y sobre todo quedarse con esta máxima:

"No estamos aqui para ganarnos al público sino en una búsqueda personal", estamos aquí para buscarnos a nosotros mismos y para luchar por aquello en lo que creemos, sin perder el entusiasmo ni las ganas. 

Sobre todo sin dejar a otros que acaben con ellas porque ese día se han levantado con el pie cambiado. 

Haciendo las cosas porque creemos en ellas y no haciendo lo que creemos que va a gustar a otros o, lo que es peor aún, creemos que no va a molestarles. 


Si a alguien le apetece escuchar la entrevista que vaya al siguiente enlace y busque el minuto 1:07:

11 comentarios:

  1. Querida, queridississímamiga mía... Qué bonita conversación de HORAS hemos tenido al respecto de todo esto, ¿verdad? Yo, a estas alturas de la película de mi vida, he llegado a una sola conclusión y/o respuesta: OLE YO. Ole yo, y todas las personas que ante todo seguimos en pie por nuestro entusiasmo, nuestra pasión por la vida y también por nuestra (arrolladora en cuanto a fuerte) PERSONALIDAD. Ole yo y mis convicciones, mis ideales, mi FONDO.
    Porque llega un día en el que te matan y rematan pero lo único que consiguen es que renazcas aún más fuerte... Llega un día en el que te das cuenta de que lo único que debe importarte es lo que ERES, no lo que digan de ti; tu MENSAJE, sin importar a cuantos llegue. Lo más importante de la vida es no decepcionar a quienes confían en ti, pero sobre todo a ti mismo.
    Ah... Y OLE TÚ. Ole tú siempre.
    Te quiero...
    Y ahora te respondo en Twitter jajajaja #puramagia... Y OHANA con la boca grande y el corazón henchido de orgullo ;)

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  2. Oleeeeeeeé
    Eso es algo que me gusta de ti, ese entusiasmo que desprendes y que sigue ahí a pesar de ... Todo. Porque tú lo vales y porque yo también lo valgo y porque muchos lo valen.

    Que no decaiga. Te quiero también. Gracias por leer, comentar, retuitear y apoyar.

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  3. Hay una frase muy cierta: "la envidia dispara a otros y solo se hiere a sí misma"

    No digo que nunca la sienta, sería, además de envidiosa, mentirosa! pero intento procesarla en el interior, disolverla, o convertirla en ganas de mejorar, progresar o, simplemente, reír, que no es poco.

    Ahora, ¿peleas de Twitter? me importan nada y menos, a veces siento que no entrar a trapos me deja fuera de todo, que hace que no pertenezca a ninguna parte, pero, oye, de momento me pertenezco a mí y eso es más de lo que otros podrán decir... envidia me deberían tener! ;)

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    1. Me encanta eso de que "te pertenezcas a ti". De eso iba un poco mi post, de que nos debemos a nosotros mismos y no a los demás. Y eso de sentirte fuera por no entrar a esos trapos...para nada...es super saludable y recomendable.

      ¡Qué bien me caes remorada!

      Gracias por tu visita y tu comentario, siempre me alegra verte por aquí.

      Besos

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  4. La envidia, el deporte nacional en España. Que somos incapaces de vivir nuestra propia vida con nuestros objetivos e ilusiones sin mirar de reojo lo que hace o tiene el de al lado ¡y desearlo también! Así no hay quien duerma tranquilo por las noches.

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    1. Sí, es triste y parece un tópico pero qué cierto es. Lo importante es darse cuenta, mirar hacia otro lado y tirar adelante con nuestras cosas.

      Que bastante tiene uno con lo suyo.

      Un besote y gracias por tu visita y comentario.

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  5. A mí me parece que un buen antídoto contra la envidia (la propia) es tener la cabeza bien llena de sueños y proyectos. Cuando uno no da a basto con su propia vida, difícilmente puede estar pendiente de juzgar la de los demás...

    Gran post, Bego, me ha encantado de arriba abajo! Y eso que todavía no he escuchado ese audio, voy p'allá.
    Un abrazo! :-)

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  6. Estoy escuchando a este señor... Menuda lección magistral!! Muchas gracias por compartirlo!!

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  7. Hola!
    Me ha encantado esta entrada. A veces damos mucha más importancia de la que tiene a las opiniones de los demás, algunas nos duelen más que otras, dependiendo de la afinidad que tengamos con esas personas.
    La entrevista es genial. Tiene bastante razón en lo que dice.

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  8. Gracias de verdad, yo soy bastante envidiosa, cosa de la que no me siento orgullosa, y me importa lo que digan los otros, conclusión, un desastre

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  9. Me ha gustado mucho tu post, Bego. Yo hace poco escribí uno relacionado con esto del "vive y deja vivir". Yo, por desgracia, también he vivido la tristeza de sentir a la gente más comprensiva o "empática" en mia desgracias que no en mis alegrías, llámense éstas "boda, maternidad o éxito profesional". La envidia es el motor de lo ruin.
    Por eso no entiendo que, teniendo la vida 1.0 repleta de momentos complicados, haya quien disfrute malmetiendo o simplemente envidiando o molestando al resto en el 2.0.
    A todos nos iría mejor si en vez de preocuparnos por si se ponen nombre o no a X cosas lleváramos de estandarte el VIVE Y DEJA VIVIR.
    Un besazo

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