domingo, 23 de febrero de 2014

Cosas que me gustan y que no

Me gusta...no me gusta...  

No me van mucho los concursos blogueros en los que tienes que responder montones de preguntas sobre tu vida y milagros. A pesar de ello he participado en varios por no parecer maleducada o borde. A pesar de todo me encanta hacer listas de cosas que me gustan y que no. De hecho este blog es una lista gigante de esas cosas.

Escribir un blog es muy parecido a desnudarse en tu habitación creyendo que no te ve nadie mientras el vecino espía desde la ventana. O a llevar gafas de sol creyendo que eso te impedirá ser vista cuando en realidad se te ve lo mismo, sólo que con gafas de sol. 

Un día, cuando alguien que no sospechas que te lee, te hace un comentario sobre algo que has contado, te sientes como en la peor de tus pesadillas, esa en la que estás en ropa interior en medio de la calle. Nadie parece percatarse de la situación, excepto tú, que sólo quieres resguardarte de la desnudez sin saber cómo. Esto me sucedió con mi anterior blog y desde aquel día dejé de escribir. Pensaba en cualquier cosa que decir y me imaginaba a aquel camarero desconocido leyéndolo. Mirando mi desnudez. Entré en pánico.

Paradójicamente parece que los escritores (del presente y del futuro) somos un poco exhibicionistas. Los que escribimos un blog lo somos sin lugar a dudas. Nos arriesgamos a que se nos juzgue por lo que decimos, pero también nos atrevemos a contar lo que sentimos, sin los muros de los otros, de la palabra hablada, mucho más complicada, mucho menos libre. Es una forma de destruir esas odiosas etiquetas que nos colocan. 

No soporto que me pongan etiquetas, no me gustan las primeras impresiones. Creo en las segundas y terceras oportunidades. Merece la pena profundizar un poco en el otro sin dejarnos llevar por lo aparente. La mayoría de las veces ganamos. Eso sí, es mucho más fácil quedarse en la superficie y seguir viviendo nuestra vida sin plantearnos nada más allá.

Creo que es demasiado simplista retratar a la gente por lo que le gusta y lo que no le gusta. Mucho peor si nos limitamos a tener en cuenta sólo los "me gusta" y los "favoritos". Como si el mundo fuera un enorme facebook+twitter, similar a aquel Matrix que tanto nos impactó en su momento, como si lo negativo, los "noes", fueran una especie de tabú vedado a esta sociedad en la que parece que está prohibido estar de mal humor o ser pesimista. 

Todo está impregnado de una falsa felicidad que asusta. O te ríes a todas horas o estás fuera. Ponerse serio es poco menos que un sacrilegio y el buenrollismo de bote es casi una religión.

Todo esto me viene a la mente tras una conversación mantenida en una sobremesa reciente. Reunidas seis mujeres, algunas nos conocíamos de antes y otras no. A todas nos unía la amistad o el parentesco con una de ellas. De repente me di cuenta de que en menos de cinco minutos había dicho que no me gustaban los gatos, los domingos, las cucarachas y los saltamontes. Sorprendentemente las otras cinco no sentían aversión por ninguno de estos animales. Ni por el aciago domingo. Así que me sentí como un bicho raro. También como una tiquismiquis. Y quise encontrar rápidamente algo que me gustase para compensar. Para que no recayera sobre mí la etiqueta.

Si hago una lista de las cosas que me gustan y las que no, no sé cuál sería más larga. 

Me gustan, más allá de las cosas obvias como la justicia universal y la libertad, la paz y la honestidad, los pequeños placeres de la vida. Dar los buenos días a mis hijas. Desayunar sola en la cocina, siempre tostadas con aceite y café, mientras leo twitter o la prensa. Los fines de semana prefiero salir a alguna cafetería, acompañada. Escuchar Radio 3 de camino a la oficina. El café de media mañana con los compañeros de trabajo. Escribir las cosas que tengo que hacer. Tacharlas cuando las he hecho. Idear cosas nuevas. Escuchar la BBC o los podcasts de 180 grados mientras curro. Salir pronto de la ofi y no tener que ir a ningún sitio después. Bailar con mis hijas o jugar con ellas con el iPad. Hacer la cena mientras tomo una cerveza. El beso de buenas noches. Ver una serie o una peli en versión original junto a marido. Me gustan los viernes, mi día favorito. Abril, julio y octubre. El sol en la cara. El arte. La poesía. Leer. Los paseos por Madrid. La montaña. Los viajes en familia. La tortilla de patatas. El Retiro. Las comidas de los sábados con amigos, café, copa y mus. Escribir, escribir y escribir. Imaginar. Las papelerías. Las cebras. El mar. El rojo, el negro. África. Murcia. Los dulces. El olor a lirio. Dormir. Los números impares. Las botas y los vestidos. El karaoke. Mirar a mis hijas y escucharlas mientras no me ven.

No me gustan, quitando la mala baba, la discriminación, la violencia y todo aquello que nadie en un sano juicio diría admirar, los domingos, los insectos en general, aunque las arañas me dan igual, los gatos. Despertarme con la alarma del móvil. Viajar en avión. Las cartas de menú demasiado largas. Los mails demasiado largos. La gente que pide cosas y te dice "es muy urgente". Los chandals. Cocinar. Hacer la compra en fin de semana. Lo difícil que es quedar con los amigos. El sabor de los tomates en Madrid. Las pelis de miedo o de ciencia-ficción. Las discusiones de mis hijas. Mis discusiones. Llamar la atención. El desorden. La tacañería. Los caraduras. Que me piten cuando voy en el coche. Los callos, las albóndigas y la leche. Engancharme a juegos del móvil. Madrugar. Las series de Disney Channel. Gritar. Abrir las cartas con facturas. Conducir.

Aquí lo dejo. Por hoy ya me he desnudado bastante. Al final la primera me ha salido más larga sin proponérmelo. Algo querrá decir. O no.







7 comentarios:

  1. a mí tampoco me van nada los concursos blogueros, yo ahora ya hago mis propias versiones para agradecer jaja tampoco me va nada lo de conducir en madrid y odio que me piten, sobre todo en esta ciudad, que parece que todo el mundo tiene el dedo pegado al pito.
    eso sí, me ha hecho gracia porque yo también escribo las cosas que tengo que hacer en la agenda y luego me encanta tacharlas cuando las he hecho. es una satisfacción :D papabolas no lo entiende...
    un beso

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  2. yo soy de listas y clasificaciones, por lo que siempre tengo me gustas y no me gustas y juicios para repartir, no lo puedo evitar.

    y aunque hace gracia descubrir esas pequeñas tonterías que uno tiene en común con los demás no soy de las que solo se juntan con las que son como yo, muchas veces lo que me gusta es precisamente todo lo contrario ^^

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  3. Me ha encantado la paradoja del escrito y el blogger, qué ciertas tus palabras!

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  4. Al principio de tener el blog sí me gustaban estos premios para conocer a las personad que hay detrás de cada post pero es verdad que a la larga acaban cansando. Es normal que haya cosas que te gusten y otras que no y que dependiendo del día todo te parezca un asco y te desagrade pero eso no quiere decir que seas una pesimista y una aguafiestas. Yo creo que a veces hay mucha ñoñería y mucho pensamiento "flower power" y eso a la gente mundana y más de andar por casa nos suele rechinar un poco.

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  5. Te sorprenderías de lo muy mucho que nos parecemos. Estoy de acuerdo en casi todos los me gusta/ no me gusta. Hay uno de los primeros que añadiría ahora mismo, así sin pensar. ME GUSTA LEERTE. MUCHO.
    Un abrazo!!!!!!

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  6. Jajajajajaja, qué bueno... Y claro, te encantan las listas, se nota muchooooo. Yo también tengo una de esas listas de película rollo "Amèlie", que te sorprendería conocer por lo mucho que coincidimos. Tengo que hacer este tipo de striptease en la morada, algún día.
    Gracias por la inspiración.
    Besos!!!
    PD: A mí también me gusta mucho leerte, eso ya lo sabes :))

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  7. Me encantó, Bego! A mí tampoco me gustan los domingos ni las cucarachas!!!
    Coincido en la mayoría de las cosas que te gustan... y me sumo a las chicas, me gusta muchísimo leerte, che!

    Besazo

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Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!