domingo, 17 de noviembre de 2013

El hada que regalaba vidas

"La vida dura unas pocas huellas de uña sobre la arena"
Wislawa Szymborska

Cuentan que últimamente está muy agobiada de trabajo. Se acumulan las vidas que necesitan una segunda oportunidad. Entre la gente desesperada que quiere lanzarse al vacío, la que va despistada por la carretera, o la que olvida hacerse chequeos médicos, el número de acciones diarias se ha incrementado un 200% en lo que va de año.

Ella es guardiana de almas desesperadas, ángela custodia de seres cualquiera que no merecen todavía dejar este mundo. Vela día y noche por todos y cada uno de ellos. Los humanos verdaderos. La gente auténtica que, siendo imperfecta, es lo suficientemente valiosa como para vivir un poco más de tiempo. Algunos días, otros meses y los que tienen más suerte, incluso años. En realidad, NADA, si lo miramos desde el punto de vista de la edad del Planeta Tierra. Y a la vez TANTO para los que están a su alrededor y para aquellos que no tienen la suerte de encontrársela en el momento oportuno.

Imposible llegar a todos.

Cuentan que ya no da abasto y que va a poner un anuncio en una ETT en busca de ayuda.

No lo hagas, le aconsejó interesadamente el hada de la noche eterna. "Te tomarán por loca o estúpida. ¿Quién va a creer que existe un hada que va por ahí evitando que la gente deje su vida a medias? Nadie entenderá que esas personas están todavía aquí porque tú las elegiste, ni siquiera ellas mismas, las que siguen aquí de puro milagro".

Puede que al principio sintieran como que habían vuelto a nacer. De hecho, la mayoría lo contaron así a sus amigos y familiares el día de los hechos o en días sucesivos. "Ayer estuvimos a punto de tener un accidente horrible" "El médico me ha detectado un bulto que de no haberlo cogido a tiempo no sé qué hubiera pasado" "Estuve a punto de mandarlo todo a la mierda cuando me llamaron para decirme que mi hijo me necesitaba". Y así sucesivamente.

Conforme se fueron olvidando, muchos volvieron a sus rutinas. A su aburrimiento, a sus problemas ridículos, a sus mezquindandes, a sus pérdidas de tiempo. 

Otros, en cambio, disfrutan la vida que les queda como si fuera la última. Hacen hoy todo lo que pueden hacer hoy. Sonríen. Saborean. Aman. Se divierten. Juegan. Dan. 

Y, por encima de todo SON.

Porque la vida dura poco sí. Y menos aún si la dejamos colarse por el agujero del lavabo.




6 comentarios:

  1. A mi ese hada me ayudo el jueves, me ha impactado, lo he leído en familia y todo sigue escribiendo así por favor

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    1. Ya te lo dije por privado, que me alegro mucho de que "el hada" te ayudara el otro día. Muchas gracias por tu comentario.

      Espero no dejar nunca de escribir.

      Un beso!

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  2. Madre mía... Mi Bego. Me emociono viva leyéndote, te lo jurooooo. Yo no lo leo en familia, pero porque te quiero para mí solaaaaa, jajajajaja (risa histérica). Con tu permiso, voy a hacer mi humilde aportación morada al final de tu relato:
    Ante todo, SER. Porque la vida no vale nada, sobre todo si dejamos que se cuele por el agujero negro del lavado.
    Es imposible no querer a alguien a quien se admira. Un besazo.

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    1. jajaja, para ti sola. Por supuesto que de dejo aportar al relato, creo que es un matiz que también encaja en lo que quería transmitir.

      Gracias por estar ahí y seguir comentando y leyéndome ;-)

      Un besazo

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  3. Me ha gustado muchísimo Bego.
    Intentemos darle poco trabajo al hada, que no nos pueda la desesperación y la desilusión.
    Es precioso el relato y me ha puesto una sonrisa en a boca.
    Un beso.
    Isabel

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  4. Precioso Bego... Me encantan tus relatos... Plantéate ponerle letra a los dibujos de tu hija...

    Podría ser un bombazo y trabajo en equipo total...

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