Justo en el preciso instante en el que iba a terminar el último capítulo de la primera temporada de 24, tú dijiste: mamaaaaaaaaaaaá, allá voyyyyyyyyy, en forma de dolorosas contracciones que me hicieron pasar unas horas la mar de divertida. Sobre todo cuando esa cosa que llaman epidural que, entre tú y yo, creo que me fastidió la espalda para siempre, decidió que no quería seguir haciendo su efecto anestésico y se me fue de la mitad del cuerpo hacia la izquierda.
Cuando comencé a notar que enseguida estarías conmigo, una alegría enorme invadió el poco espacio disponible que dejabas en mi cuerpo de poco más de 1,5 metros. Pletórica, exultante, radiante, feliz, a pesar de que parecía que me estaban retorciendo los órganos como si fueran tirachinas unos duendecillos traviesos. Una presión insoportable en la zona abdominal me venía cada poco a recordar que en breve te iba a ver la carita. Esa con la que tantas noches soñé.
Tu padre y yo salimos escopetados con nuestra maleta, ¿o la dejamos en casa? Es que creo que era la tercera vez que íbamos al hospital y ya no recuerdo si decidimos llevarla esta vez. Lo que sé es que estaba hecha desde hacía un mes. La hice cuando mi compañera de trabajo, María, que estaba embarazada del mismo tiempo que yo, me dijo que ella ya la tenía hecha desde el mes siete. ¡Y yo con estos pelos! Así que esa misma tarde me fui a Prenatal y me hice con el pack de mamás primerizas, dejándome como supondrás, medio sueldo en monerías.
Al entrar de nuevo a la sala de monitorización, que es lo primera que hacen cuando te ven entrar por la puerta de urgencias con un bombo gigante, me sentí un poco cortada ante el encuentro con la misma matrona que ya me había enviado a casa otras veces por falsa alarma. Cuando me dijo,
"bueno, bonita, te vamos a ingresar, vas a dar a luz" casi me la como a besos. Ni miedo ni ná. Yo quería parirte ya, estaba ansiosa por conocerte y abrazarte. Amén de que mi espalda estaba a punto de desertar de mi cuerpo y tu embarazo no fue lo que se dice bueno. Así que no me preocupaba lo más mínimo ese momento parto que tantas mujeres temen. Tú misma me has dicho que no quieres tener hijos biológicos porque serías incapaz de soportar ese dolor. La verdad es que hay cosas que duelen más en la vida y no físicamente. Creo que desgraciadamente pronto lo sabrás.
No voy a contarte más acerca de esas interminables horas que pasé hasta que llegaste. Si te apetece te cuento otro día. Lo que sí quiero recordar es que tus abuelos maternos cogieron el coche inmediatamente tras la llamada de papá para decirles que nos habían ingresado y se plantaron en la habitación a las tres de la mañana. Pobres. Tuvieron que pasarlo mal en el viaje pensando en que su niña estaba a punto de ser madre y ellos lo mismo no llegaban a tiempo de ser testigos. Llegaron. Y les dio tiempo hasta de ir a nuestra casa a dormir y volver a la mañana siguiente. Que fue el momento en que tus abuelos paternos llegaron también para conocerte, en pleno momento "me quiero morir, por favor saquen ya a esta niña de mi cuerpo", tanto sufría que se me olvidó la respiración y todas esas cosas que aprendí en las clases preparto y acabé pareciendo una tertuliana de tele 5 a la gresca con la Patiño. Hija mía, sé que no sabes quién es esta mujer. Ni falta que te hace.
Finalmente mi ginecólogo apareció junto a la matrona y ambos me escudriñaron por ahí para acabar dictaminando que había que hacer cesárea porque no ibas a caber en esos 3 centímetros que había aumentado el agujero por el que tenías que pasar. Noooooooooo. Con la de veces que yo había ensayado en mi cabeza ese momento. Con papá junto a mí, dándome la mano... Yo sudando y respirando y gritando como en las pelis, durante unos minutos, para ver cómo aparecías y llorabas y te ponían sobre mí y podía abrazarte por fin. No podía ser que no fuera a vivir eso. Pero así fue. No lo viví. Lo que viví fue una emoción enorme al escuchar tu primer llanto, el cual me contagiaste de forma inmediata. El doctor me dijo : "pero, ¿por qué llora usted?", como regañándome, y yo pensaba: "usted hace esto varias veces al día. En cambio, para mí, y para todas las mujeres que pasan por sus manos, este momento es uno de los más importantes de nuestra existencia. ¡Hemos tenido un hijo! ¿Cómo no vamos a llorar oiga?"
Preciosa, pequeña, dulce, frágil, morena, tierna, achuchable...sólo quería tenerte cerca y a la vez, me moría de ganas de dormir un poco, el cansancio fue extremo durante el primer mes y se suavizó durante el segundo. Nadie nos avisó de que los bebés comían cada dos, tres, cuatro horas. Ya te voy avisando cielo para que no puedas decir lo mismo.
Siempre fuiste una niña tranquila, risueña, muy despierta, observadora, habladora, entusiasta... da gusto ver cómo disfrutas de cada pequeña cosa de la vida. También eres muy sensible y esto, unido a tu tendencia a pensar y repensar todas las cosas que pasan a tu alrededor o te vienen a la cabeza, hace que sufras también mucho. Siempre has sido más madura de lo que se supone a tu edad, como lo era yo. Ya lo decían Nieves y Paula en sendos posts, que hay personas que parece que nacen mayores. La abuela decía que yo no tuve infancia, cosa que a mí nunca me ha gustado escuchar y no te voy a decir a ti. Que seas más sensible que otros no te hace ser menos niña. Al contrario. Lo eres y dices que quieres seguir siéndolo siempre. No te gusta crecer, como a Peter.
Lista, responsable, artista, perfeccionista, generosa, sabes captar los sentimientos de los demás y eres buena dando tu apoyo incondicional de amiga entregada, hermana mayor, hija modelo y nieta y sobrina adorable.
Vale, a veces dejas la habitación un poco destartalada y olvidas recoger tus rotuladores del salón. Para después prometerme que vas a limpiar y ordenar todo mañana. Y llega ese mañana y lo haces y te sale esa sonrisa de oreja a oreja cuando te digo que estoy orgullosa de ti. Crees que lo digo por la habitación, que también. Pero no. Te lo digo por todas esas veces que haces cosas extraordinarias y se me pone una sonrisa por dentro, mucho más grande que la de fuera.
Cuando ayudas a tu hermana con la ardua tarea de aprender las letras, le lees un cuento, preparas broches para tus amigos sobre Halloween, me haces un muñeco por mi cumpleaños, lloras porque crees que nunca vas a dibujar como papá, me abrazas cuando tengo un mal día, tenemos nuestras conversaciones antes de dormir, te superas una y otra vez en el cole, me enseñas tus coreografías de baile, me dices que de mayor quieres adoptar un niño o que te encantan los planes en familia. Por todo ello sonrío por dentro y fuera y me siento más ancha que larga de tenerte como hija.
Es todo un privilegio ser tu madre. Eres tan especial que no me lo creo.
¡Felicidades princesa primera!
Espero que te guste la sorpresa que tenemos reservada para ti. Mañana al Parque Warner, tu primera vez de verdad (porque la vez anterior tenías dos años) y la de tu hermana.
Un besazo. Te quiero hasta el infinito y más.
Felicidades princesa primera!!!!!!!!!! Ya dos cifras....y ahora parece que todo va mas rápido.
ResponderEliminarMe ha encantado. Un beso y felicidades a esa madre.....
Felicidades!! Una década!! Besos a las dos!
ResponderEliminarFelicidades ñaña!!! Tu primera década en el mundo y ya dejaste tu estela... Como no va a estar orgullosa mamá? Si sos un sol de niña, una pequeña GRAN artista... la luz de los ojos de mamá, papá y tu hermanita...
ResponderEliminarDisfrutá de la infancia que es tan linda, disfrutala como si vivieras en aquel país de Nunca jamás... con imaginación e inspiración, con el bichito de la curiosidad que hace que podamos descubrir el mundo por nuestros propios ojos, con esa nobleza y generosidad de la que te habla mamá que es lo más lindo y especial que tiene una persona.
Buscá tu estrella... y no olvides que “únicamente los niños saben lo que buscan" (El Principito). Aunque crezcas mantené viva a esa niña que hay en vos.
¡¡¡Feliz cumpleaños L.!!! Y felicidades Bego por tu primera década como mamá!!! Te quiero, che!!!
Un besazo MUY gigante de tu titi argentina
Ante todo ¡felicidades por esos 10 años! me ha gustado leer los recuerdos que guardas del momento de ponerte de parto, porque en pocos días me veré por primera vez en esa situación. Ya veo que por muchos años que pasen es algo que no se olvida fácilmente, y que por lo general ¡siempre quedan ganas de volver a repetir con otro embarazo!
ResponderEliminarMuchísimas felicidades a las dos, a la mami por hacerlo tan bien y tener dos pedazo de hijas tan estupendas. Y a la primera princesa por ser tan sensible, tan tierna, por ser tan hija, el orgullo de mamá.
ResponderEliminarEspero que hayáis disfrutado del día
Besazos
MUCHÍSIMAS FELICIDADES A LAS DOS. Ambas tenéis un resplandor muy especial en vuestra sonrisa, un brillo de inteligencia en la mirada. Sois maravillosas, la madre y la hija, dos personas muy especiales con un talento excepcional, así que sólo puedo deciros ENHORABUENA, y pediros que sigáis disfrutando de vuestra mutua complicidad y cariño.
ResponderEliminarUn millón de besos!!
Muchas felicidades!!! Ser así es increíble y que tu como madre puedas dejarlo por escrito más aún!!
ResponderEliminarMuchas felicidades a todos!!!
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EliminarAyyy.... Desde la mitad de la carta con lágrimas en los ojos. Que precioso lo has escrito. Muchas felicidades para esa preciosa niña con corazón de poetisa y manos de artista. Un orgullo para toda madre. Y felicidades a ti Bego, a vosotros dos, porque junto con L. formais una familia preciosa, de cuento. Un abrazo
ResponderEliminarLlego un poco tarde, pero me ha emocionado muchísimo leerte. La verdad que es indescriptible el orgullo que una siente ante un hijo. Besos!
ResponderEliminarqué rabia, acabo de ver que mi comentario de la semana pasada se borró! se borraron todos mis comentarios de blogger de ese día, cómo odio blogger, grrrr
ResponderEliminaren fin, decía que feliz día y tal, pero como ya pasó mejor voy a leer cómo les fue en el parque warner y si realmente fue un feliz día! XD :*