jueves, 18 de septiembre de 2014

Reuniones de principio de curso

Este año voy a sacar las mejores notas de mi vida como buena madre que soy. Me lo he propuesto.

Para empezar, este curso llevo a mis hijas todos los días al cole a las nueve de la mañana, con puntualidad asombrosa (llegando incluso 15 minutos antes de que abran la puerta), cosa que antes hacía de vez en cuando, lo de llevarlas digo, y siempre sobre las ocho. Las dejaba en esa actividad conocida como Los primeros de la mañana. Imagino que le habrán puesto ese nombre de "Primeros" con la idea de edulcorar el hecho de que por culpa del trabajo tengas que levantar a tus hijas tremendamente pronto y dejarlas desde bien temprano en el cole. Algo negativo per se, porque además cuesta un ojo de la cara, se adorna con una palabra cargada de positivismo.  ¿Quién no ha querido alguna vez ser el primero en algo?

Tan aplicada estoy que incluso esta semana he asistido durante dos días seguidos a sendas reuniones con las maestras de mis hijas. A la una de la tarde, en pleno horario laboral. Por lo general no puedo asistir a estas reuniones, y menos durante dos días seguidos. Normalmente son a las 12:30, hora ideal para aquellos que curramos en oficinas de sol a sol. Pero este año me enfrento a dos importantes retos: la pequeña empieza primaria y la mayor la acaba, con sus correspondientes pruebas CDI y PET que son algo así, desde el punto de vista de la preparación y nervios previos, como la selectividad por partida doble.

Acojonada estoy.

Así que necesito involucrarme a tope en todo lo que tenga que ver con el cole para salir airosa de este curso. O eso o las vamos a pasar canutas.

A veces el trabajo me absorbe tanto que siento que paso por su vida escolar de puntillas. El año pasado, entre que tuve que contratar a alguien para que las recogiera y su padre las llevaba, más mis viajes y demás, me sentía como una de esas directivas (sin serlo) que curran tanto y envían a sus hijos a un internado. Sólo que con la cuenta pelada el dia 8 del mes.

Así que esto se ha acabado, este año mi prioridad number one son las niñas. En realidad siempre lo han sido, pero el curso pasado el nuevo trabajo, en el que ya llevo un año, me engullió de tal manera que todo sucedió sin darme cuenta y no, no quiero que esta situación se repita.

Y tras esta parrafada diré que yo vine aquí a hablar de las reuniones escolares. Bueno en realidad de la reunión a la que fui el martes de mi mayor. Sobre la otra nada que comentar, a excepción de que la profe me encantó, me dió buen rollo, aunque he de confesar que cuando vi que la otra posible profe era irlandesa me dio cosilla que no le hubiera tocado, por aquello de ser nativa. Van a un cole bilingüe. Sin embargo creo que nos va a ir bien con esta, lo intuyo y espero.

La reunión de la mayor fue una reunión de grupo, de los tres grupos de sexto del cole, con las tres maestras enfrente de los padres contándonos las novedades del curso. Hacía tantos años que no iba a las reuniones de L. que no sabía que ahora eran conjuntas.

Todo empezó con normalidad, comentando el tema de las pruebas de marras y demás. Y de repente escucho decir a una de las profes, no la de la mía: "y por favor todos los días duchados y con desodorante, que están hormonando". 

Fue como un bofetón de realidad mezclado con cierta estupefacción. De acuerdo que ya están en eso que se llama pubertad y que algunos niños, sobre todo niñas, están muy desarrollados, pero jo, cuesta hacerse a la idea de que tu niña está dejando la niñez para adentrarse en el peliguado mundo de las preadolescencia que después perderá la pre para relucir en todo su esplendor. Y lo siento pero no voy a poner desodorante a mi hija de diez años todavía.

La cosa podia haberse quedado ahi pero no. La misma profe, que por su edad intuyo no es madre o si los es, es reciente, insistió en meter el dedo en la llaga. "Llevad cuidado, que ya son adolescentes y se las saben todas, están revolucionados". O "Ya van a pasar a secundaria y deberían hacer esto y aquello solos, no pueden llegar al instituto de vuestra mano". Las palabras no son literales porque no las recuerdo exactamente, aunque se acercan mucho.

Lo que me dolió, y me consta que también a otros padres que me lo comentaron, fue esa ligereza de llamar a niños de 10 y 11 años adolescentes. Que el hecho de ser adolescente no es nada malo ojo. No estoy diciendo eso. Lo que me parece mal es esa manía de querer hacerles mayores antes de tiempo. El que ideó esta reforma de la educación, la de la ESO no tenía hijos o si los tenía le importaban poco o sufrió enajenación mental cuando su brillante pensamiento salió de su cabeza para convertirse en ley. Que un niño de 12 años deje el colegio para unirse al instituto con adolescentes de hasta 18 años me parece una aberración. Los niños, a esa edad, son aún eso, niños, preadolescentes si quieres, pero niños. En cambio ellos se creen mayores porque se unen al grupo de los mayores. Esto no me lo imagino, es que lo he visto con mis propios ojos en compañeros del cole de L.

Como los que fuimos a la EGB cuando con 14 llegábamos al insti y ya empezábamos a tontear con el tabaco y el alcohol y a salir con chicos. Tambien a maquillarnos y depilarnos. Recuerdo las peloteras con mi madre por este tema. Yo quería depilarme. Ella me compraba Andina. Ahora la entiendo. Y sólo de imaginar a mi niña el año que viene convertida en adolescente a la fuerza, imitando su comportamiento o sintiéndose fuera de lugar si no lo hace...se me ponen los pelos como escarpias.

Esto es algo que sólo las madres que han pasado por ello comprenden. Las que tienen niños más pequeños no lo entienden, lo cual es normal y no lo critico para nada. Lo que pasa es que joroba que la gente de tu alrededor suelte cosas como las de la profe de antes a la ligera. Sin tener en cuenta los sentimientos de nadie, ni de los padres ni de los hijos. L. llora cuando piensa que ella será adolescente y tendrá eso que llaman la edad del pavo, no quiere ni mentarlo. Sé que no le gusta nada que le digan que está mayor, sí, parece raro, cuando todos los niños a esas edades queríamos serlo. Me da que tiene un poquito de Peter Pan, sin ganas de crecer y vivir en un mundo de adultos para siempre. Y no me extraña. 

Así que desde aquí lanzo un mensaje en una botella por si llega a buen puerto.

Déjemos a los niños alargar su infancia lo máximo posible. Profesores, padres y madres, familiares, revistas, series de televisión, creadores de videojuegos y de juguetes en general, amigos...dejemos que cada cosa llegue a su tiempo, y llamemos a cada cosa por su nombre. No seamos nosotros quienes fomentemos esa revolución antes de lo que toca.

El lenguaje parece algo trivial e inocente pero las palabras las carga Miley Cirus, digo el diablo.

Ahí lo dejo.






3 comentarios:

  1. Ais cielo!!!!!!! Proposito que te planteas y llevaras a cabo es genial....prioridad ellas!!!!!!!!

    De lo,otro que quieres que te cuente????? Jajajaj en plena inmersión hormonal estoy yo con la mayor......

    Un besito

    ResponderEliminar
  2. Bego, llevo varios años con los mayores, y como de todo tiene la viña pues hay niños y padres para todos los gustos. A los que hay que recordarles que se han hecho mayores, que los dejen respirar... hasta a los que hay que recordarles que aunque se han hecho mayores, tampoco lo son tanto y les tienen que "atender". Yo siempre les digo que cada uno sabe lo que tiene en casa, y que el paso al instituto es un gran cambio. Hay que dejarles "solos" pero ir a su lado, estar atentos, seguir yendo a hablar con los profes, acompañarlos hasta la puerta si pensamos que se "despistan" por el camino, dejarlos ir solos si los vemos responsables... Ya sabes, cada uno con lo que tiene, hacer lo que pueda o sepa... y que Dios reparta suerte. En cuanto a las pruebas, tranquilidad absoluta. Saldrán como tengan que salir, los resultados no valen para nada, si algo sirve es la experiencia para ella de irse poco a poco enfrentándose a diferentes retos.
    Un besito, Merce

    ResponderEliminar
  3. ¡Muy bueno! Yo todavía tengo un bebé pero créeme que te entiendo pq encuentro este sistema nuestro perverso y agobiante. No dejamos en ningún momento a los niños crecer libremente y a su ritmo. ¡Siempre con prisas!
    Tu hija tendrá todo el año las puertas del instituto en el horizonte y eso comporta toda una serie de presiones y sentimientos confundidos que debe ser demasiado.
    Seguro que como madre sabrás encauzar la situación lo mejor posible ;)

    ResponderEliminar

Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!