Sí, soy FEMINISTA, así en letras grandes. Entre otras muchas cosas que ya sugiere el título de mi blog.
Eso significa también muchas otras. La fundamental es que creo en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. No en la superioridad de nadie sobre nadie más. No en la igualdad así a secas, sino en la de derechos y oportunidades. Eso quiere decir que SÉ que no somos iguales, eso es obvio, se ve a simple vista.
Feminista es una palabra llena de connotaciones negativas para muchos y muchas. Se cree en ciertos círculos que ser feminista es igual a ser machista pero en mujer. Se asocia a mujeres radicales, incluso violentas, a veces masculinizadas.
Ni feminismo es lo opuesto a machismo ni tiene nada que ver con mujeres andróginas, vehementes o autoritarias.
Hubo un tiempo que, ilusa de mí, creí que todas las mujeres lo éramos. Que todas, desde nuestra posición de ser la parte de la sociedad que aún no ha logrado la igualdad en muchos aspectos (salarios, puestos de responsabilidad, etc) estábamos comprometidas con la causa. Que todas, por afinidad, empatía y solidaridad con esas otras mujeres de otros mundos donde son consideradas directamente seres inferiores, donde están obligadas a llevar velo, o a ejercer la prostitución, o tiene prohibido trabajar y conducir, estábamos ligadas intrínsicamente con el movimiento.
Después de verme metida en varias conversaciones que acabaron en discusión, o de simplemente escuchar a mujeres de todo tipo desmarcándose de la palabra y de todo lo que ella implica, me di cuenta de que ser feminista no está bien visto y que mejor no decirlo si querías evitar un conflicto. ¿Mejor no decirlo? Pues no, creo que es mejor siempre sentirse orgullosa de tus creencias, ya seas religiosas, políticas, futbolísticas o sobre género, como en este caso.
Soy feminista porque soy mujer. Si fuera hombre, me gustaría ser feminista también. El feminismo no es sólo cosa de mujeres, no debería ser sólo cosa de mujeres. Como muy bien nos ha explicado la fantástica Emma Watson en su discurso en la ONU la semana pasada dentro de la campaña #HeforShe, en la que se trata de involucrar a todos, hombres y mujeres por la igualdad.
Recuerdo algunas charlas sobre liderazgo femenino a las que he asistido en las que mujeres de éxito hablaban de su experiencia, de sus dificultades, de sus estrategias para superarlas. En instaban a luchar por la igualdad, a crear redes de mujeres, a creernos que somos capaces, a luchar por nuestros sueños. Pero miraba a mi alrededor y no veía a ningún hombre en la sala o casi ninguno. Recuerdo que eso me hacía pensar que a veces sólo gritábamos hacia nosotras mismas. Que toda esa energía y entusiasmo al final no tendría mucho resultado práctico si los hombres no se involucraban y nos facilitaban ese camino. Porque no nos engañemos, no podemos hacerlo solas, necesitamos que los hombres estén de nuestro lado en esto y nos apoyen activamente.
Por ejemplo, ¿alguna vez has trabajado mucho en un proyecto que tu jefe, hombre, ha presentado como propio? Necesitamos que esos jefes nos dejen ser visibles y necesitamos sentirnos fuertes para hablar delante de un montón de hombres sin que nos tiemble el pulso, por poner un ejemplo.
Yo ahora tengo la suerte de que mi jefe me deja hacer, presentar mi propio trabajo, lucirme o meter la pata. A veces me veo desde fuera en esas reuniones donde hay doce hombres y tres mujeres y sólo hablo yo y no me creo que sea cierto. Es cierto que lo paso mal, que me pongo nerviosa y necesito ensayar antes. Sin embargo, nunca se me ha pasado por la cabeza decir que no.
El otro día una compañera de trabajo me contaba el vértigo que sintió cuando le ofrecieron un puesto de directora hace unos años: "sentí que tenía que decir SÍ, no podía decir que no, no sólo por mí, sino por todas las mujeres. Si decía que no, corría el riesgo de que no ofrecieran ese puesto a ninguna otra mujer después".
Reproduzco aquí varios trozos del discurso de Emma Watson. El discurso completo lo puedes ver aquí.
"Si seguís odiando la palabra, no es la palabra lo que es importante. Es la idea y la ambición que hay detrás de ello, porque no todas las mujeres han recibido los mismos derechos que yo. De hecho, estadísticamente, muy pocas lo han conseguido.
En 1997, Hillary Clinton hizo un famoso discurso en Pekín sobre los derechos de las mujeres. Desafortunadamente, muchas de las cosas que ella quería cambiar siguen existiendo hoy en día. Lo que me llamó la atención es que menos del 30% de la audiencia eran hombres. ¿Cómo podemos lograr el cambio en el mundo cuando sólo la mitad está invitada o se le recibe para participar en la conversación?
Hombres, me gustaría aprovechar esta oportunidad para extenderos una invitación formal. La igualdad de géneros es vuestra cuestión también. Porque hasta la fecha, he visto el papel de mi padre poco valorado por la sociedad. He visto a hombres jóvenes sufrir enfermedades mentales, siendo incapaces de pedir ayuda por miedo a que ello les haga menos hombres. De hecho, en el Reino Unido el suicidio es la mayor causa de muerte de los hombres entre 20 y 49 años, eclipsando los accidentes de tráfico, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. He visto a hombres sentirse frágiles e inseguros por lo que se considera éxito masculino. Los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.
En 1997, Hillary Clinton hizo un famoso discurso en Pekín sobre los derechos de las mujeres. Desafortunadamente, muchas de las cosas que ella quería cambiar siguen existiendo hoy en día. Lo que me llamó la atención es que menos del 30% de la audiencia eran hombres. ¿Cómo podemos lograr el cambio en el mundo cuando sólo la mitad está invitada o se le recibe para participar en la conversación?
Hombres, me gustaría aprovechar esta oportunidad para extenderos una invitación formal. La igualdad de géneros es vuestra cuestión también. Porque hasta la fecha, he visto el papel de mi padre poco valorado por la sociedad. He visto a hombres jóvenes sufrir enfermedades mentales, siendo incapaces de pedir ayuda por miedo a que ello les haga menos hombres. De hecho, en el Reino Unido el suicidio es la mayor causa de muerte de los hombres entre 20 y 49 años, eclipsando los accidentes de tráfico, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. He visto a hombres sentirse frágiles e inseguros por lo que se considera éxito masculino. Los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.
No hablamos muy a menudo de los hombres siendo presos de estereotipos de géneros pero puedo ver que existen. Cuando sean libres, las cosas cambiarán para las mujeres como consecuencia natural. Si los hombres no necesitan ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se verán obligadas a ser sumisas. Si los hombres no necesitan controlar, las mujeres no tendrán que ser controladas.
Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres para ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres para ser fuertes. Es hora de que veamos los géneros como un espectro en lugar de dos ideales opuestos. Deberíamos dejar de definirnos por lo que no somos y empezar a definirnos por lo que somos. Podemos ser más libres y esto es de lo que trata HeForShe. Es sobre la libertad. Quiero que los hombres acepten la tarea para que sus hijas, sus hermanas y sus madres puedan ser libres de prejuicios pero también que sus hijos tengan el permiso de ser vulnerables y humanos también que reclamen partes de ellos que habían abandonado, y con ello, sean una versión más verdadera y completa de ellos mismos."
Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres para ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres para ser fuertes. Es hora de que veamos los géneros como un espectro en lugar de dos ideales opuestos. Deberíamos dejar de definirnos por lo que no somos y empezar a definirnos por lo que somos. Podemos ser más libres y esto es de lo que trata HeForShe. Es sobre la libertad. Quiero que los hombres acepten la tarea para que sus hijas, sus hermanas y sus madres puedan ser libres de prejuicios pero también que sus hijos tengan el permiso de ser vulnerables y humanos también que reclamen partes de ellos que habían abandonado, y con ello, sean una versión más verdadera y completa de ellos mismos."
Suscribo. Todo. Yo también soy feminista. Y me parece desolador que a estas alturas aún no se entienda qué es ser feminista especialmente por parte de algunas mujeres. ¿Leíste a las que dicen que no necesitan el feminismo? http://www.nolotengoclaro.es/2014/07/que-han-hecho-por-vosotras-las.html
ResponderEliminarInsisto. Desolador que no se entienda.
Besos!!
Gracias Ana por tu comentario, me alegro que lo suscribas porque, aunque me gusta respetar las opiniones ajenas por diferentes que sean a la mía, creo que todas tenemos un deber aquí por el hecho de haber nacido mujeres.
ResponderEliminarNo había leído las barbaridades del antifeminismo, corriente tan absurda como otras muchas que surgen asi de repente, y por el hecho de que un famoso la suscriba, se convierten en trendic topic y trendic todo. Es que alucino de verdad. Desolador es poco.
Besos
no entiendo como alguien podría no querer un mundo más igualitario, en oportunidades, respetando lo que nos diferencia, por supuesto, que aquí está la gracia... pero bueno, hay muchas cosas que no entiendo.
ResponderEliminarEl problema es cuando la gente quiere llevarlo a los extremos, pero este u otro término, da igual. Tal y como lo expones no puedo estar más de acuerdo.
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