martes, 27 de junio de 2017

¿Y qué pasaría si te preguntaran estas cosas sobre tus hijos (biológicos)?


Estábamos a principios de curso, así que era muy normal pedir una tutoría con la nueva profesora para conocernos y hablar un poco de la niña. "Bueeeenooo, cuéntame, ya tenía yo ganas de conocerte, porque claro, no sabia, ella es (...), ya sabes, y tú ya veo que eres blanca, entonces, ¿algo que contarme?" me miraba con cara de vecina Indiscreta, entre intrigada y divertida. Pobrecita, qué decepción se llevó cuando le dije que mi hija era fruto de la adopción y no de la pasión interracial. 

¿Imaginas si eso mismo lo hace con el resto de madres y padres de la clase? "Qué tal? Ya tenia yo ganas de que me contaras si te pusiste encima o debajo cuando concebisteis a Rodolfito“. 

Pues de ese calibre son las preguntas y los comentarios que nos hace la gente. Ahora me gustaría que intentaras imaginar qué pasaría si todo esto le pasara a una familia 'convencional'. Padre y madre que conciben y traen al mundo a un churumbel con sus genes y sus cosas. 

Elucubremos que paseas por la playa, con tu hijo precioso de dos años nacido de tu cuerpo serrano, por inseminación "laquesea", y al pasar delante de un señor desconocido, este te mira y te pregunta "¿de dónde es el padre?", así sin anestesia. "¿Es también blanco o es de otro color?".

O pongamos por caso que estáis todos, padre, madre e hijos, tomando algo en una terraza. Los de la mesa de al lado os miran y cuchichean. Al cabo de un cuarto de hora se acerca ella."Perdonad que os moleste, es que estamos intentando tener hijos y nos gustaría saber si os ha costado mucho dinero traerlos a este mundo". Imagina ahora que tu hijo tiene siete años. Y lo escucha. 

Estás en la cola del super, con tu preciosa niña rubia y de ojos claros que ha heredado de la abuela Marga.  Has elegido la cola lenta (porque aún nadie te ha explicado la teoría de colas como a mí). Detrás de ti, una señora entrada en años no te quita ojo. “¿Es tuya el niña?  es que no se parece a ti nada de nada".

What the heck? 

Haz como que estás en el médico. Figúrate que ya estás dentro de la consulta tras la larga espera de un día en el que, excepcionalmente, el doctor va con retraso. “¿Podría usted contarme la historia de su familia? Empezando por los abuelos incluso. No se preocupe, tengo tiempo". ¡Pero si yo he venido a por recetas!

Y ya para rematar la faena, llega el compañero de la oficina en la hora del café y te suelta a bocajarro: "y tú, ¿realmente quieres a tu hijo? ¿No te arrepientes nunca de haberlo tenido?, pásame la mantequilla".

Mi mamá me enseñó que lo que no te gusta que te hagan a ti...no lo hagas a los demás.


2 comentarios:

  1. Me parece increíble que haya gente así por ahí suelta, y que muchos además, se dediquen a tratar con personas en ámbitos médicos y/o educativos.
    Un besazo!

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  2. Estos días vi un vídeo en que a una pareja hetero les hacen las mismas preguntas que se les suele hacer a las parejas gay... ¡se veía tan ridículo! y es verdad que es así con todo... la curiosidad de lo "diferente" es hasta cierto punto normal, pero verbalizar según qué cosas y en qué contextos es de ser muy desatinado!

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