L.E. tenía tres añitos cuando comenzó a darse cuenta de que ella no era como los demás. Empezó a fijarse en otra gente negra y a señalarles sin saber muy bien por qué. Hasta que un día dijo: mira mamá, ese es como yo.
Otro día me preguntó que si ella iba a ser blanca de mayor. En su inocencia pensó que este deseo también llegaría al "ser mayor", como lo de tomar café, conducir, quedarse hasta tarde viendo la tele o tomar coca cola con cafeína. Ah, y tener novio, se me olvidaba.
Cuando comento este tema con amigos o conocidos muchos de ellos, con toda su buena intención, me cuentan historias sobre ellos mismos o sus hijos siendo discriminados en el cole por llevar gafas, tener unos kilos de más, llevar aparato en los dientes o ser considerado el empollón de la clase. Yo misma sufrí mucho por esto último, a lo que se unía una timidez enfermiza que toda mi vida luché por superar.
Pero no. No es lo mismo ni mucho menos. "¿No se trata de la diferencia?" Me preguntaba hace poco una de estas amigas, "no entiendo por qué es distinta una cosa de la otra". Y yo prometí escribir este post para explicarlo.
Hace bastante tiempo leí un gran post de la genial madre de Marte donde hablaba de este tema. Ella explicaba con una lista bastante larga las diferencias entre una y otras.
No voy a enumerarlas aquí todas ni mucho menos porque ya lo hizo ella muy bien. Recomiendo leer su artículo.
Sólo quiero resaltar tres puntos que para mí son fundamentales y añadir un matiz.
Para empezar, no es lo mismo ser que estar o llevar. Es decir, no significa lo mismo "ser" negro que "estar" gordo o "llevar gafas". Siempre puedes dejar de estar gordo y quitarte las gafas. Nunca dejarás de ser negro ni aunque te blanquees al estilo Michael Jackson.
Otro punto importante es el diferente tono con el que se meten con un niño por ser negro. Imagina a un niño diciendo a otro ¡negro! Y ahora a otro diciendo ¡gafotas cuatro ojos capitán de los piojos! Puede que en este último caso se oigan risitas absurdas de abusón, en cambio en el primer caso no habrá risitas, habrá desprecio y hasta me atrevo a decir que una mueca de asco. No me toques, no te acerques a mí. Los niños no negros que insultan a niños negros aún no saben muy bien por qué sienten eso, por qué dicen negro como un insulto. Sus padres o los adultos de quienes lo han aprendido sí que saben.
Los adultos no discriminan a otros adultos o niños por llevar gafas o aparato, ¿os imagináis? Por estar gordos sí, aunque no tiene que ver con la diferencia sino con que no siguen los cánones de belleza que nos venden como ideales. En cambio sí que hay adultos que discriminan a otros adultos por ser negros. Y lo peor, también a niños. Son pura y simplemente racistas. Lo que va en contra de los derechos humanos y la constitución española, los valores más elementales y el sentido común.
Y esto me da pie a comentar uno de los puntos que menciona la madre de Marte y que copio textualmente:
En ninguna época ni lugar se ha discriminado de forma general a las personas gordas o con gafas. No se les ha matado, ni segregado, ni obligado a usar lavabos o medios de transporte distintos. No ha habido esclavitud de gordos, ni de personas con gafas. Ni apartheid. Tampoco se ha hecho beber de fuentes distintas ni entrar por puertas traseras a los bajitos, ni a los que llevan gafas, mientras que sí existe una historia de discriminación real hacia los negros o hacia los indígenas en muchos países, y eso no ha desaparecido de un plumazo. Somos herederos de esta historia.
Hay muchos más argumentos sobre las "diferentes" diferencias. Yo me quedo con estos.
Sí, sé que este último punto no puede aplicarse a los niños en el cole, al menos no a los niños de cinco o seis años que aún no conocen la historia del mundo ni saben quién era Mandela ni Luther King o han visto películas como El mayordomo. Se aplica, eso sí, a los padres y madres blancos de esos niños negros. Quienes no podemos evitar pensar en todo ello cuando nos vienen nuestros hijos y nos cuentan que quieren convertirse en blancos. Porque sabemos que esto es sólo el principio de un camino plagado de escollos. Por su color de piel y por su condición de haber sido adoptados. Porque llegará un momento en que dejarán de ser niños, saldrán al mundo sin nuestro escudo protector y tendràn que ver, oir y vivir cosas muy desagradables que todos nosotros quisiéramos evitarles.
Porque somos sus padres y madres. Porque les queremos con todas nuestras fuerzas. Porque les querríamos aunque fueran dinosaurios.
Y nos encanta su piel, su pelo, su cara...nos gustan tal y como son.
Aunque sí, todo sería más fácil si fueran blancos, desgraciadamente es así. Este mundo está plagado de injusticias y sinrazón. De mala gente que se cree buena gente. De políticos estúpidos que pregonan estupideces del tipo "fuera extranjeros" y ganan elecciones. De boludeces, como diría mi amiga Pao.
Afortunadamente, por otro lado, el mundo tiene otro tanto de lo otro, de cordura, de buena gente, de personas que son capaces de cambiar a mejor, de niños preciosos que no entienden de diferencias, de adultos fantásticos que creen en la igualdad, la diversidad, y la riqueza de la multiculturalidad.
Ya hemos comentado esto y yo desde, mi ignorancia y falta de conocimiento de primera mano, sigo sin ver la diferencia entre una cosa y otra...Pero es evidente que hay "más allá". Lo único que espero es que tu hija no sufra estas barbaridades fruto de la más absoluta ignorancia (no puedo calificar el racismo de otra manera que no sea con una base de ignorancia) y yo aprender de esto y educar a mis hijos para que nunca jamás hagan sentir a nadie mal por ser de otro color.
ResponderEliminarTú, Paula, por muy ignorante que te consideres (que sabemos que es pose porque no lo eres ;-P) no eres lo que se dice un IGNORANTE, uno de verdad. Uno capaz de despreciar a otra persona por el color de su piel.
EliminarY el hecho de que no te quepa en la cabeza habla de ti. De lo que tú eres como persona. LAMENTABLEMENTE, hay mucha gente todavía muy cargada de prejuicios que piensa que desconocido=malo, diferente=malo.
Yo, personalmente, comprendo y comparto tu argumento de la diferencia. Cuando mi hija viene y me dice que fulania le cae mal pienso "bueno, uno no tiene por qué entenderse con todo el mundo" y me quedo tan ancha. Ahora, cuando viene y me dice que no soporta a Menganita (que resulta de es de piel morena) entonces sufro pensando si la razón será esa. ¡Lo cual es simplista! porque puede caerle mal por la misma razón que la rubia, por incompatibilidad de caracteres. Creo que reacciono así porque en el fondo, aunque como a ti no me quepan en la cabeza ciertas actitudes, tengo que estar de acuerdo con Bego en que el "ser negro" tiene unos matices históricos que lo llevan más allá de otras diferencias que puedan ser motivo de discriminación. Mira pongo un enlace que creo que en su día compartí con Bego y espero que no le importe que lo vuelva a plantar aquí pero me parece muy ilustrativo: http://youtu.be/Fevqny1XMbo
La Negra Flor cuenta que desde su infancia hasta ahora la cosa ha cambiado mucho. Bego, la cosa va a seguir avanzando a mejor. Seguro. La sociedad ha de trabajarlo y pienso que, igual que avanzamos en otras cosas, también seguiremos avanzando en esto.
¡Un abrazo de dinosaurio!
Nuria
Hola Paula
EliminarNo digas que eres ignorante porque no lo eres, lo serías si no preguntases o no quisieras saber, pero desde que te conozco, te he escuchado indagar, no conformarte, querer saber y aprender constantemente y eso amiga es de SABIOS.
Dicho esto, te diré que no es fácil explicarlo, quizá hay que estar dentro para saberlo o entenderlo y ni aún así.
Mi hija evidentemente no sabe aún de toda esta mezquindad de la sociedad, que persiste en el tiempo aunque de forma menos tajante que hace unos años, de forma más silenciosa pero igualmente dañina, al igual que no lo saben tampoco muchos niños con los que se relaciona a día de hoy. Sin embargo, cuando ella se siente discriminada por su color de piel, que créeme, se siente, yo no puedo argumentarle que es lo mismo que cuando a otro niño le discriminan por estar gordo o llevar gafas, no puedo comparar ambos escenarios, aunque en todos los casos la discriminación venga por la diferencia y todos sufran por ello sin poder medir el grado de sufrimiento, es imposible.
¿Por qué no puedo argumentar eso? Porque sería como decirle una pequeña mentira hasta que ella se diera cuenta de la realidad al crecer y me lo echara en cara. Ella ahora no lo comprende, como no lo comprendes tú, no entiende que esa forma de discriminación la va a llevar toda la vida bajo los hombros. Afortunadamente no va a sufrir (o eso espero) un apartheid, pero mal que me pese sí va a sentir que la miran distinto por ser negra, como ya lo siente ahora. Sé que mucha gente no es consciente y que los niños muy pequeños muchas veces se asustan de ver gente negra si no están acostumbrados, es normal. Lo que también sé, y esto ya me da mucha rabia, es que esos niños aprenden también de lo que ven a su alrededor, y con el tiempo, ya sea porque lo ven o escuchan de sus padres o abuelos o amigos de sus padres o quien sea, o lo ven por la tele, algunos de estos niños interiorizan conductas o pensamientos racistas y los acaban exteriorizando, al principio sin saber muy bien por qué lo hacen. Después, con edades tipo 9 ó 10 años, ya son más capaces. Y si no se les enseña y corrige a tiempo, llegarán a la adolescencia y la edad adulta con esas ideas y esas actitudes con lo que el ciclo será interminable.
Tiene razón Nuria en que se ha avanzado mucho, sobre todo de cara a la galería. Pocos son los que se vanaglorian, excepto algún especimen incalificable en los estadios de fútbol y los partidos de extrema derecha, de ser racistas. Se ha avanzado pero, como también dice Noni queda un largo camino por recorrer.
Y ya si eso seguimos otro día tomando una caña que este comentario se me ha ido de las manos!
Besos y gracias!
Lei ese post genial de madre de marte, y me gustó mucho porque yo misma no era muy capaz de concretar donde residía la diferencia entre una cosa y otra cuando trababa de explicarselo a alguien. Y es muy frecuente que desde fuera se haga esa comparación.
ResponderEliminarPienso en que atacar a un niño porque está gordo y a otro por su color tienen algunos puntos en común (los dos hieren, los dos son negativos, los dos afectan a tu autoestima), y otros, como los que tú explicas, que los convierten en situaciones completamente diferentes. Estar gordo, llevar gafas, aparato, parche, un corsé... son cosas perifericas, circunstanciales, el niño sigue siendo el mismo niño antes y después de quitarse las gafas, el parche o de perder peso. Se sigue llamando igual y se le siguen atriuyendo las mismas virtudes y defectos. Pero cuendo se ataca a una persona llamándola negra de manera despectiva no se ataca a una caracteristica o accesorio de la persona, se ataca a la persona misma, a su identidad, y se le atribuyen toda una lista de estereotipos ridiculos sobre su raza. Es un tema de dimensión y de profundidad. Como comparar que se rían de tu madre con que se rían de tus zapatos, aunque los segundo también moleste.
Me encanta también cómo lo has explicado tú, Cristina: "no se ataca a una caracteristica o accesorio de la persona, se ataca a la persona misma, a su identidad." Creo que esta frase es muy clarificadora ;)
EliminarBuenísima explicación, cierto.
EliminarUn saludo
Cristina, muchas gracias por tu aportación porque realmente me sirve a mí misma, que como tú no sé bien cómo explicar esto, para terminar de clarificar el tema. Yo también lo veo así, que se ataca a la identidad misma, aunque como tú creo que el dolor que pueda sufrir una persona, aún niño o ya adulto, por una u otra discriminación puede ser en ambos casos inmenso. No trataba de menospreciar el otro dolor en ningún momento aunque pueda parecerlo.
EliminarRepito, gracias.
Besos
¡Hola! Cuando hablábamos de cómo explicar esas diferentes diferencias me preguntaba cómo lo harías. Yo entendía muy bien a qué te referías, pero me resultaba difícil exponerlo en palabras que transmitieran bien mis ideas. Así que leerte me ha maravillado porque creo que lo expones estupendamente bien.
ResponderEliminarLo de que no es lo mismo ser, que estar o parecer, ¡cuánta verdad es! Parece una bobada, pero cuando me chino con algún amigo por algo nunca le digo "eres tonto", sino "pareces (o estás) tonto", porque creo que hay una gran diferencia.
Volviendo al tema, es algo que hay que combatir pero es difícil, porque los niños tienen de ejemplo a sus padres y si ellos son racistas cuesta mucho más que cambien su visión sobre este asunto. Pero yo tengo la esperanza de que termine de cambiar, ya que las cosas han cambiado a mejor en el pasado siglo. Tenemos que seguir trabajando por conseguirlo.
Y enhorabuena por tu papel de madre, porque supongo que no es nada fácil tratar este problema con tu hija.
¡Un abrazo!
Gracias Almu! Yo suelo llevar mucho cuidado cuando utilizo ambos verbos, que por cierto, en otros idiomas no tienen como en inglés. No me gusta que mis hijas digan soy tonta sino estoy tonta y cosas así porque parece que en cuento pones un adjetivo detrás del ser ya lo eres y te lo crees. Es como ponerte la etiqueta.
EliminarAfortunadamente mucho se ha avanzado, sin embargo queda tantísimo por hacer.
Un beso
Explicado de forma magistral, Bego. Yo lo he vivido. Lo he sentido. No conozco ningún caso de un niño gordo o de un "gafotas" que haya sido víctimas en el colegio del "apartheid", por llamarlo de alguna manera. Por supuesto que han podido ser blanco de burlas en momentos determinados o por niños determinados. Pero no creo que por "esa diferencia" hayan sido apartados de la "comunidad" de niños y se hayan sentido excluidos. No al menos con la edad de L.E.
ResponderEliminarLo que no acierto a comprender es el motivo... Por qué los niños reaccionan así... No lo entiendo. Quizá fallamos los padres, que no sabemos trasladar a nuestros hijos lo importante que es comprender que a pesar de los colores de la piel, somos todos igualmente valiosos. Quizá falla también el colegio, que no implementa políticas activas para integrar plenamente a los niños de raza diferente a la mayoritaria. Quizá fallamos todos, la sociedad... Porque quizá decimos que "no somos racistas" con la boca pequeña. O con la boca abierta pero el corazón cerrado. No sé qué es lo que falla. Ojalá encontremos respuestas.
Te mando todo mi cariño
Un abrazo
Vero, es un fallo de toda la sociedad, no sólo de los padres, que sí, seguro que tienen su parte de responsabilidad, sino también del resto de personas y de situaciones alrededor de un niño. Esto me daría para otro post sobre los momentos racistas que nos encontramos en el día a día sin darnos cuenta y de las que ellos, la gente que es diferente a nuestra mayoría blanca, no sólo los negros, sí se dan cuenta.
EliminarLo has expresado muy bien, fallamos todos. Y yo creo en los granos de arena que hacen un mucho, más que en las macroactuaciones, porque el cambio debe venir de nosotros mismos. Aunque sin duda, las escuelas y los medios de comunicación pueden y deben fomentar la igualdad y la tolerancia.
Un beso y muchas gracias
Yo creo que para los niños es la pura diferencia. Es una gran diferencia. Que es lo que Paula dice peeeeeero, está claro que para el que lo recibe es mucho más duro porque como muy bien explica Bego no es la condición de ESTAR (alterable) sino la de SER (inamovible).
ResponderEliminar¿Pero sabes qué? Creo que tu nena va a salir adelante con una personalidad reforzada. Quiero decir que quitarte las gafas para que no se metan contigo, no resuelve el problema. Sólo lo pospone a otro momento. Resolverlo sería. "Llevo gafas. Vivo con ello. No me supone un problema. Al que le pique que se rasque". Creo que en el momento en que deja de ser un problema para ti puede dejar de serlo, si no para todos, para muchos.
En cambio, en su caso, no se va a poder "quitar las gafas" y por tanto tendrá que trabajar para llegar directamente al estadio 2. Ese de sentirse feliz y reafirmada en su identidad. Sentirse invencible. Quererse tal cual es. (Ojo, cosa que muchas mujeres adultas y blancas todavía no han logrado) Y seguro que llegará el día Bego, en que tus preocupaciones de hoy (totalmente comprensibles y lícitas) te darán risa. Vamos que lo deseo de todo corazón. Un beso.
Volvemos al tema de la autoestima...es tan importante tenerla fuerte...y tan difícil conseguirlo. Antes tendrá que pasar por muchas etapas y sobre todo necesitará modelos en los que fijarse.
EliminarTener una madre que se preocupe por estar más o menos delgada o por las últimas arrugas aparecidas en la cara no ayuda, así que, la primera que tengo que aprender soy yo.
Ojalá que estas preocupaciones me den risa algún día y a ella también, y que esté orgullosa de su piel, de su pelo, de ser cómo es, de ser ella.
Muchas besos y gracias por el comment.
Núria se ha adelantado a lo que yo iba a decir, es la diferencia de SER y ESTAR, con el agravante de lo que ERES no tiene referentes positivos, solo una historia de desigualdades y maltratos, que va pasando de generación en generación
ResponderEliminarllevar el peso de haber nacido mujer, negra, en un ambiente pobre, es una carga histórica muy pesada y complicada, que no se puede ignorar porque otros se lo recordarán, es mejor tenerlo en cuenta para reforzar todos los aspectos que permitan dar una respuesta, le costará el doble que al resto, sí, pero saldrá adelante y la satisfacción de hacerla valdrá triple ^^
Efectivamente, me gusta ese matiz que le das a que el SER en este caso no tiene, o más bien habría que decir tiene muy pocos, referentes positivos.
EliminarTengo pendiente una serie sobre grandes personajes de la historia del mundo negro, y más de la mujer negra. Tengo muchas ganas de ponerme a ello, a ver si saco tiempo.
Gracias por recomendarme ese libro. Muakcs.
Me ha gustado mucho como lo has explicado. Desde luego que yo creo que no es lo mismo llamar "gafotas" a un niño que llamarlo negro. Ojalá que poco a poco las cosas cambien. Un abrazo.
ResponderEliminarOjalá Silvia, ojalá. Para mí en mi cabeza está clara la diferencia aunque sé que para otros no. Trato de explicarme lo mejor que puedo, espero que sirva de algo :)
EliminarGracias por la visita y el comentario.
Besos!
Esto no va por ti, bego. Te llevo siguiendo un tiempo y se que no es tu actitud. Pero también lo he visto demasiadas veces.
ResponderEliminarPues yo voy a ser el punto discordante. Ser gordo "se es" no se está. Cuando eres más mayor quizás puedas ganar o perder peso pero cuando eres un crío no. De hecho hay muy pocos niños "gordos". Igual que hay pocos niños "gafotas" y ahora menos pero hace 30 años las gafas eran gafas gordas, feas, ... y tampoco se podía renunciar a serlo. Por tanto "se era" no " se estaba". Esto lo digo por experiencia yo era el "gordo gafotas" del cole. Aun hoy me cuesta mucho mirar a la cara cuando hablo.
Pero da igual porque el problema es el actual. Y sí: los niños adoptados a veces son negros y otras veces no. Qué más da?, pero los padres nos preocupamos por el ahora y ahí aparecen las excusas: "no son los niños (que insultan) son los padres los que les inculcan" o más bestia: "es que los abandonados tienen en el abandono esa herida primaria que nunca se podrán quitar de encima".
Para mi, esa actitud deja fuera al principal actor: el niño. busca excusas pero no busca soluciones. Quiero decir: si un niño negro pega en el cole es que se defiende. Pues no. Hay que evitar por todos los medios que un niño, negro, blanco o amarillo, pegue en el cole.
Del mismo modo, si a un niño le llaman negro (si además lo es) debemos darle las armas para que se defienda. Es más el mejor momento para darle esas armas es el hoy (siempre hoy, ayer ya no se puede y mañana es siempre tarde). No valen excusas. Hay que buscar soluciones.
Juanjo
Hola Juanjo,
EliminarAgradezco las notas discordantes porque me gusta el debate y cuando alguien opina diferente siempre acabo aprendiendo algo.
Tienes razón en que las gafas de antes no eran como las de ahora es cierto, y parecían más una prolongación de uno mismo. Es más, seguro que los niños, también ahora, lo ven como algo mucho peor de lo que es, mi propio ahijado dice que está feo con gafas y no las quiere llevar.
Respecto al tema de la gordura, no creo que hay gente que es gorda, creo que es algo que creernos como intrínsecamente ligado a la persona de forma errónea. Cuando nos acabamos creyendo que somos gordos, al menos en mi caso, lo vemos como algo negativo y no hacemos nada por cambiarlo aunque lo llevemos fatal. Este tema da para otro post. De todas formas, en el post digo que de adultos se sigue discriminando al gordo por culpa del canon de belleza imperante.
En cualquier caso, lo que no se puede cambiar de ninguna manera, ni de niño ni de adulto, es el hecho de ser negro o ser blanco, o amarillo.
Quizá no he incidido en el hecho de que los niños sufren todos cuando son discriminados por cualquier motivo, eso es indiscutible, sufrir sufren todos y no era mi intención el "y yo más", para nada.
Sobre las excusas, bueno, no sé los demás, lo que sé es que yo trato de buscar respuestas y soluciones siempre, como sé que hacemos muchos papás y mamás adoptivos. Y en ningún caso aplaudiría que mi hija pegara en el cole ni en ningún sitio. Puedo pensar que los motivos vienen por ahí o no pero eso no justifica nunca la violencia.
Espero haberte aclarado algo.
Gracias por comentar
Bien. Básicamente estamos de acuerdo.
EliminarLos matices: para mi esta discusión SI es un "y yo más", además visto en los hijos que lo hace peor todavía.
Segundo: lo de pegar era un ejemplo. Nadie aplaude que su hijo pegue. Pero era un ejemplo entendible aunque (claro) fácilmente rebatible.
Tercero. lo de las excusas. Mira en los comentarios a este post y verás las que hay.
Cuarto. El poder de la publicidad hace estragos. Qué es eso de "papás y mamás ADOPTIVOS" en castellano el sufijo -ivo implica pasividad. Los padres de niños adoptados son: ADOPTANTES. Sufijo -ante marca sujeto activo.
Son estos detalles mínimos los que hacen vulnerables a nuestros hijos. Los pequeños detalles que minan poco a poco. El del sufijo es brutal. No se de donde ha salido, no se si es una traducción o es que para las administraciones solo somos "tenedores" de niños, pero el daño que le hace a la adopción es bestia porque su uso constante nos resta importancia como padres.
Fuera de este cuarto punto, en todo lo demás, como ves, más o menos de acuerdo contigo.
Juanjo
No era mi intención dar esa sensación de "y yo más" aunque es lícito que te lo haya parecido y comprensible. He intentado volverlo a explicar aunque veo que sin éxito. Lo de las excusas de las que hablas no lo entiendo muy bien, se me escapa.
EliminarEn cuanto a la sutileza del lenguaje...esto me da para otro post muy largo y no voy a extenderme mucho más. Yo no veo tanto problema ahí, sí en otras palabras, no en esta. Es mi opinión, cada cual tiene la suya y menos mal. No creo que nos reste importancia ni que nos haga daño. Nos hacen daño otras cosas pero no eso.
Gracias por aportar tu visión
Saludos
He estado sopesando no responder porque al final son matices pero hay dos temas que me dejan un poco de aquella manera.
EliminarExplico el "y yo más": creo que todos tendemos a ver nuestros problemas como más importantes o al menos nos duelen más. Podemos tener claro que hay gente que sufre más que nosotros y ver personas durmiendo en la calle puede hacernos pasar un mal rato. Sin embargo si el mismo día que has visto a alguien durmiendo en un cajero, envías a tu hijo de campamento y esa noche no duermes va a ser por tu hijo no por la persona que duerme en el cajero. Entre que alguien sea negro o esté gordo hay muchas diferencias. El primero "es" el segundo "está". No estoy de acuerdo por dos cosas: primero un niño "es" gordo no "está" porque, en el momento del insulto el no puede hacer desaparecer la grasa, es más, probablemente no sepa que nunca a poder hacerlo. Y, segundo, si tienes un hijo negro tu puedes dejarle claro que es negro (aunque en el colegio se empeñen en decir que es marrón) y, en un proceso largo él lo asumirá. Pero, podrá asumirlo un gordo? es mucho más difícil de lo que parece.
Segundo, el tema del lenguaje. Voy a ver si cambiando los conceptos me explico mejor. De un tiempo a esta parte estamos viendo que el mayor problema para erradicar el machismo es el lenguaje. Por qué? porque a base de usar los términos de toda la vida le hemos ido metiendo una connotación machista que ahora es difícil de erradicar. El problema de la connotación machista es que a base de decirlo, y siempre sin ánimo de insultar, acaba aceptándose por un número de mujeres que se entienden inferiores. Claro, eso no se da cuando los términos usados son abiertamente machistas porque contra eso se puede luchar pero ¿Cómo luchas contra los conceptos mínimos que se usan sin mala intención?
Pues si quitamos la palabra "machista" y ponemos "adopción" estaríamos en el mismo caso además somos los padres los que lo usamos constantemente. Y puedes pensar ¿Qué más da "adoptivo" que "adoptante"? pero los niños aprenden los conceptos y saben, sin saber por qué, que no es lo mismo un sufijo que otro. Y ese continúo es que el que nos va quitando autoridad y, además, contra el que no podemos luchar. La importancia de las palabras es mucha. Usar unas expresiones u otras puede ser determinante en el desarrollo madurativo de cualquier niño.
Siento el rollo. Juanjo
Es una pena que hoy en día tengamos que ver a padres "como nosotros" que no sepan o no quieran hacer ver a sis hijos que TODOS somos iguales. Ellos nacen sin conocer esas diferencias, lo malo es que algunos padres les enseñan a malinterpretarlas, y a ver diferencias donde no las hay. Por desgracia, es una pena. Besos!
ResponderEliminarEs una pena sí, aunque como comenté antes, creo que no sólo la responsabilidad es de los padres. Todos lo actores sociales estamos implicados.
EliminarBesos y gracias por comentar
Bego yo te admiro y se que es muy difícil para ti y para ella pero tu lo haces bien,muy bien el problema esta en la educación,en la sociedad, no esta en ella y en ti.Tenemos q explicarle a nuestros hijos que todos son iguales.yo nunca he sido patriótica siento decirlo pero es la realidad.He tenido la suerte de nacer aquí pero a veces pensando eso soy mas empatica y yo he visto en mi trabajo que algunas personas de otros países establecen la diferencia por cultura o llamalo x y la gente se le pone en contra, hay que hacer que ella no se vea diferente y desde luego para nosotras es como cualquiera de nuestras hijas,es complicado pero seguro que se consigue.
ResponderEliminarGracias Lorena,
EliminarSólo soy una madre más que intenta conseguir lo mejor para sus hijas. En mi caso, a los temas a las que toda madre se enfrenta en el día a día, se añaden otros un poco menos comunes, como la adopción y la raza (otra palabras controvertida). Poco más, no creo que sea digna de ser admirada más que otras madres/padres, de verdad.
Lo que creo que quiero conseguir no es que no se vea diferente sino que se quiera siendo diferente. He ahí el quid.
Mil gracia guapa, besitos
Siempre me haces dar una vuelta de tuerca a hechos que creo tener clarísimos... Jamás me había planteado esa distinción. Creo que he dado por hecho que la discriminación por motivos de raza o color de piel ya no existía, sobre todo en niños pequeños, con padres jóvenes que deberían ser coherentes... Llámame ilusa, lo soy. Y lo siento.
ResponderEliminarGracias por la reflexión
No lo sientas Carol, eso dice mucho de tu buen corazón. Desgraciadamente esa discriminación existe aunque toma otras formas diferentes a las de hace años, en niños pequeños y mayores.
EliminarGracias a ti por visitarme y dejarme tus palabras.
Besos
Efectivamente, es la diferencia entre ser y estar. Muy interesante y por desgracia cierta reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Bego, me alegro de que te parezca interesante y de verte por aquí.
EliminarUn besote!
Es un tema muy complicado y a mí sólo se me ocurre que las nuevas generaciones ya tengan más interiorizado esto de la diferencia racial y no lo consideren un elemento de ensañamiento y discriminación. Lo mismo vivo en la inopia y en un mundo de felicidad, pero mi abuela vio a la primera mujer negra con 80 años y enferma de alzheimer, se sentó a su lado en el ayuntamiento y mi abuela casi muere del susto. Se negaba a estar con ella y no sabía explicar por qué. Pero tu hija se está criando con estos niños blancos desde el principio ¿de verdad va a llegar un día en que la discriminen por eso?
ResponderEliminarEs normal lo de tu abuela, no tuvo que ser porque fuera negra, eso también te lo digo, pero si lo fue, es normal que se asuste si era la primera vez que veía a alguien tan diferente.
EliminarLos niños se pasan la vida compitiendo, lo veo cada día en casa con mis hijas, compitiendo por ser el centro de la atención. Así que, en ese ambiente de competencia continua, cuando además se unen otros factores como que hayan oído cosas feas sobre la gente negra en alguna parte, es muy fácil que se "ataque" al negro por serlo, como también lo es que se "ataquen" otras cosas de las personas, ya sean gafas, pelirrojismo, kilos de más, etc. Aunque como ya he dicho no me parece lo mismo una cosa que otras.
Es normal que los niños se discriminen unos a otros, aunque no es para nada aceptable y en nuestra mano está reconducir a los que discriminan y dar herramientas a los discriminados para que no se sientan así y reforzar su autoestima.
Besotes y gracias por comentar
Bego yo te entiendo y entiendo tu preocupación. Creo que es un tema de largo recorrido aún para estar a la altura y una buena educación en el comienzo de todo. Es cierto que muchas de las cosas empiezan en nosotros los padres, en lo que les transmitimos a los niños.
ResponderEliminarEn la clase de mi hijo hay un niño chino y una niña china adoptada y te aseguro que no ha habido ni una sóla grosería al respecto, es más, los niños,todos, se adoran y los adoran. Bien es cierto que ven que son diferentes de rasgos, pero ya está.
Ojalá estos niños, da igual raza, color y demás no tuvieran que pasar nunca por eso y se sientan queridos.
Un besazo preciosa!
Me parece genial que en la clase de tu hijo no ocurran estas cosas, hay que aprender a amar la diferencia, sea cual sea. Eso ayudará a esos niños adoptivos a reforzar su autoestima y a aceptar mejor su historia e identidad.
EliminarYo no sé a ciencia cierta cuánto de lo que mi hija dice acerca de ser blanca viene de que la llamen ¡negra! en el cole o fuera y sea el foco de conductas racistas. Sé que han ocurrido cosas, sé que la han llamado negra de forma despectiva (no en el cole) y sé que todo ello influye, aunque confío en que no sea muy a menudo, confío en que cada vez sea menos y confío en que ella se levante y diga: SÍ, SOY NEGRA, ¿Y QUÉ?
Gracias guapa, un beso para ti también
Hola,
ResponderEliminarLlevo días pensando una buena respuesta para tu post. Porque tienes razón en que no es lo mismo un insulto que otro. Uno se desvanece en el tiempo y las "dudas" que surgen en su momento (cuatro ojos, empollona, fea, etc...) se suavizan, y apenas se les da más importancia cuando somos adultas.
El caso de tu hija... Tú lo has explicado muy bien, y también creo que lo estás haciendo estupendamente con ella. En estos casos, creo que es la sociedad la que debería entender las diferencias que todos tenemos. Y que no por ellas, somos peores o mejores, solamente diferentes.
Creo que esta sociedad, como muchas, no está preparada para las diferencias, aunque mantengo la esperanza que en las etapas infantiles, se les vaya mostrando a los niños que esas diferencias son bonitas, y que nos hacen únicos.
Besos especiales.
Yo también creo que no estamos preparados, hasta hace muy poco aquí casi no había gentes de otros países/culturas y no se nos ha enseñado a apreciar su riqueza.
EliminarComo le expliqué a Juanjo más arriba, mi intención no era menospreciar o minusvalorar el dolor que puedan sentir los niños a los que se trata mal por otros motivos. Mucha gente adulta sigue traumatizada por cosas así. Sólo trataba de incitar a la reflexión sobre lo que significa/implica sentirse diferente por el color de piel.
Tú lo has dicho, no somos peores ni mejores por ser distintos.
Muchos besos y gracias por dejar tu huella aquí-
Ya se ha hablado mucho y no sé realmente que decir... porque no pensé nunca que esto podría ser un problema.... por decir mi hija tiene una amiga negrita y la niña está muy adaptada al grupo. Cierto es que su madre la lleva a peluquerías especiales que sepan tratarle bien el cabello y esto nos lo cuenta como si nada, nos habla de las diferentes etnias, de sus características con ucha naturalidad y realmente el color nunca ha importado. La relación es de lo más natural y cordial.... Bueno y es que ni se les pasa por la cabeza discriminarla, es una más de ellas con lo bueno y lo malo.... Si que es cierto que yo la he conocido ahora con sus 13 años... no sé si de pequeña tuvo problemas, pero fíjate que lo pasa peor otra amiga de ellas porque es diabética y ha de vigilarse cada día el azúcar... Supongo que pasará lo mismo con las niñas chinitas... No sé que decir... lo importante es que sepan su historia, que se acepten y se quieran. Y el color... eso queda en un segundo plano.
ResponderEliminarAfortunadamente no siempre sucede, gracias al cielo no todos los niños se comportan así con otros niños, les discriminan por su color de piel u otros motivos. Aunque estoy segura de que si profundizas en el tema con la madre de la niña te podrá contar alguna historia de este tipo.
EliminarEs muy importante que se quieran sí y se acepten, aunque para eso es también fundamental que se sientan queridos y aceptados.
Un beso y gracias por comentar.
Merak Luna
ResponderEliminarEntre que te has hecho entender perfectamente y que a través de los comentarios -que me los he leido todos!- la gente ha aportado matices tan interesantes, no me queda mucho que aportar. En cualquier caso, sí quiero matizar dos cosas. Pero es solo mi punto de vista.
Yo creo que hay ciertas actitudes, ya no digo burlas, sino reacciones naturales de los niños, que no deberíamos juzgar desde la óptica de los mayores. A ver si soy capaz de explicarme yo tan bien como tu. Cuando yo era pequeña, en mi pueblo-ciudad, solo había un hombre negro, un jugador de baloncesto. Entre la altura y el color, era un fenómeno. Hoy en día, y más gracias a las adopciones internacionales, hay muchisimos niños y niñas la mayoría de origen africano. Que sea más habitual y que los adultos con un mínimo de sensatez lo tengamos interiorizado, no quiere decir que para los niños pequeños no siga siendo algo asombroso. Aunque sea solo pensando en términos de proporción. Son lo exótico, lo distinto pero, sobre todo, lo desconocido. Cómo no les va a llamar la atención. Por eso creo que, cuando hablamos de niños pequeños, muchas veces la maldad está en los ojos/oidos de los adultos. Evidentemente, que con -por poner una cifra- un niño de 12 años insulte a otro con el calificativo "negro" si puede hacer saltar las alarmas, pero que lo hagan siendo pequeños no digo que no sea importante, sino que para mí no tiene una connotación racista. Y ojo! con esto no quiero decir, ni que no sea igual de doloroso para el aludido -por supuesto que lo será y, por los motivos que tu expusiste, mucho más que si le llamasen "gafotas"-, ni que no tenga que ser reprendido.
En base a eso, tampoco debemos demonizar a los padres de esos niños porque, sinceramente, habrá muchas familias, como la mías, que traten de educar a sus hijas en unos valores de tolerancia y que después se encuentren con actitudes de sus hijos que les resultan descorazonadoras. Mi peque, La Lianta, me aseguró el otro día, desde sus cuatro años, que si adoptase un niño negro ella no lo cuidaría. "Pero si tu conoces a muchos niños negros!", "Sí, pero no me gustan". Quise llorar, por L., por mi hija, por mí misma... me sentí superfracasada. Después, en frío, pensando sobre ello, sinceramente me inclino a pensar que en estas edades, repito, es más un tema de desconocimiento que de valores. ¿Qué se le pasa por la cabeza a un niño de cuatro años al ver a una persona que, para él, a simple vista, resulta tan distinta? Me gustaría que ella pudiese hablar con esos niños, jugar con ellos, tocarles, perder su miedo a lo desconocido. Porque yo le puedo contar misa, pero uno tiene que aprender por sí mismo.
Evidentemente, para niños como L. esto no es consuelo, pero sí que, enlazando con lo que dice Terenya, creo que en su grupo, con la edad, la gente no verá ni la diferencia del color, sino que la apreciará por lo que ella es. Ahí está el difícil trabajo -que si ya es difícil para cualquiera, más para vosotros- de hacerla sentirse segura, querida, apreciada y, sobre todo, inculcarle la idea de que solo debe hacer caso y darle importancia a las opiniones de la gente que la quiere y la conoce.
Bueno, siento el rollo, que también me ha servido un poco de desahogo ante la impactante charla con mi hija. Espero no haber sonado demasiado a "limpieza de conciencia" porque no lo pretendía.
Muchos besos y, como bien sabes, me encanta cuando nos cuentas esta cosas porque das un giro inesperado a mis esquemas mentales al respecto.
Un beso
Merak Luna, aunque no lo creas llevo pensando en responderte a este comentario desde que lo escribiste. No se me ha olvidado. Y hoy, mientras mis hijas ven una peli aprovecho para mis tareas pendientes con el blog, siento el retraso.
EliminarLo primero muchas gracias por aportar tu punto de vista y más aún por contar esta charla con tu pequeña.
Tienes toda la razón en lo que dices, un niño de cuatro años, cinco, incluso seis, puede decir eso de que no le gustan los niños negros y que ese comentario no tenga connotación racista, pues se ha criado en un ambiente de tolerancia, con unos padres que les han inculcado unos valores determinados y el niño sólo dice algo así por desconocimiento.
Pero también se da el caso de que por muy tolerantes y respetuosos que sean los padres, los niños pueden escuchar en el cole a otros niños hacer comentarios racistas que a su vez vendrán por haber escuchado a los adultos, sus padres u otros adultos amigos de la familia o familiares. O en la tele. O no han escuchado a otros niños, sino simplemente a un familiar o un vecino (los niños son esponjas) y entonces ellos se quedan en su cabeza con que el diferente es malo y no les gusta.
No estoy diciendo que ese sea el caso de la Lianta, pues en su caso puede ser simplemente que hay algo que le choca y que no le gusta, sin más. En ese caso, eso se evita relacionándola con niños negros, hablándola del tema, leyendo cuentos sobre la tolerancia, etc.
En realidad creo que la fórmula sirve en todos los casos, aunque si el niño a su alrededor escucha mensajes contradictorios con lo que tú le dices, la cosa se complica.
No te preocupes que no creo que tengas que sentirte superfracasada para nada. La niña es muy pequeña y tú tienes las ideas muy claras sobre lo que hay que hacer.
Un beso! Tenemos que quedar y que se conozcan :)
¡Hola!
ResponderEliminarHe llegado al blog de casualidad y he estado leyendo algunas entradas antiguas. Por respeto a mis hijas, comento como Anónimo. Tengo una situación parecidísima a la tuya, con la diferencia de que mi hija adoptada es la mayor. Es de Mali, así es que negra también.
Sólo quería exponer brevemente un punto relativo a todo lo que se ha comentado aquí. Parto de la base de que entiendo el sufrimiento de la posibilidad de que discriminen a tu hijo, por cualquier cosa. Pero no estoy de acuerdo con el fondo del artículo, para mi es lo mismo que discriminen a una hija mía por fea, gorda, gafotas o empollona que por ser negra. Uno es como es, por dentro y por fuera, y cada uno somos diferentes.
De todos modos, al menos en nuestra familia, tendemos a desdramatizar. Es decir, no nos tomamos mal que un niño pequeño diga la palabra "negra" en relación a mi hija, siempre que no sea algo fuera de lugar, claro. Si es que lo es...les hemos tratado de inculcar a las dos que cada persona es como es y hay que respetar a todos. Que es más, cada uno es como es con cosas buenas, malas, y cosas que no son ni buenas ni malas, como la raza. Que absolutamente todos somos así, y que las personas son un conjunto de esas cosas.
A nosotros, cuando la gente nos mira por la calle, nos gusta! Pensamos: es que somos una familia genial. O yo misma le digo a mi hija: es que llamas la atención, y a ella le encanta.
Gracias a dios no hemos tenido malas experiencias de discriminación con nuestras hijas, pero también creo que es importante la actitud que se tome familiarmente con las diferencias. Si nosotros como padres estamos a la defensiva, ellos, que son esponjas y beben de nosotros, también lo estarán. Y de momento no nos va mal, ambas están orgullosas de ser como son, y nosotros de ellas más orgullosos todavía.
¡Un beso!
¡Hola!
EliminarMuchas gracias por tu comentario y tu punto de vista, me encanta que la gente me hable de sus opiniones, me gustan todas, y si además me cuentan una experiencia personal, pues mejor. Todo ayuda a aprender.
Entiendo perfectamente lo que dices, en cuanto a que llamen negra a tu hija, es más, yo misma llamo negra a mi hija y no pasa nada. Por ello le puse las exclamaciones a la frase. Es difícil expresar con palabras un tono de voz. Me estaba referiendo todo el rato a decir ¡negro! como un insulto, que es algo que a mi hija le ha pasado, por desgracia.
Y en cuanto a la desdramatización también soy de esa opinión, me gusta desdramatizar y no pasa nada si alguien alguna vez te dice algo que no te parece políticamente correcto, siempre y cuando lo diga sin mala intención, cosa que también pasa mucho.
En cuanto a lo de llamar la atención...a mí personalmente no me gusta. No me gusta que la gente por la calle me mire o pregunte cosas. Mucho menos cosas muy privadas.
Orgullosa de mi hija y de todo lo que ella es, su color de piel, su pelo extremadamente rizado, su carácter, su todo, por supuesto que sí. Espero que de eso no queden dudas :)
Gracias de nuevo por leerme y contarme cosas.
Un beso