martes, 3 de junio de 2014

Yo también estuve ALLÍ (en LAPARTY)



Esto suena ya a aburrido y cansino, "¿otra que escribe sobre la fiestecita de marras?" Sí, ¿qué pasa?

A punto he estado de no publicarlo, tras haber estado a esto (imáginese a una poniendo ese gesto con los dedos que indica poquito o miajilla) de no escribir nada, y a un misto (léase con acento murciano) de no haber ido al EVENTAZO del año. 

Y finalmente fuí.

Estuve dos veces cerquita de no ir.

Una por no tener dinero para la entrada en el momento que empezó la venta (mis fines de mes empiezan los días 10). Tiré de la hucha de mis hijas (nooooooo, es broma).

Otra porque unos días antes del fiestón no tenía nada de lo que se supone ha de llevar una a estos eventos: un vestido espectacular, la dieta hecha, el pelo brillante, el cuerpo tonificado, la manicura y pedicura... Qué estrés.

Por encima de todo, lo que no tenía era la seguridad y el arrojo para presentarme alli sola, más sola que la una.

No soy de las más activas en twitter ni tengo un elenco de seguidores. No es que tenga tampoco muchos lectores en este blog (de paso te animo a que te suscribas) y muchos de los que me leen no están en el mundillo partyfiestero malamadrero. 

No estuve meses hablando del tema por whatsapp pues ni siquiera formo parte de grupos multitudinarios (no tengo tiempo ni ganas de ser absorbida por los tentáculos de mi smartphone).

Sí que sabía que allí habría muchas blogueras a las que parecía conocer de toda la vida sin haberlas visto jamás, algunas de ellas ni en foto, pues de todas las que fueron sólo había conocido a una en persona, Vero de Trimadre a los 30, con quien compartí un día de mis vacaciones en familia el verano
pasado en la preciosa localidad de Santillana del Mar. Parece que han pasado siglos...recuerdo aquel día con especial cariño y emoción.

Cuando me ponía a darle vueltas me decía: ah, no te preocupes, vas a estar bien, estarán Nuria, Fran, Lorena, María, Paula, Laura (en París). Seguro que en persona son tan majas o más que en el mundo virtual. También estará Majo, que en lo que podríamos decir 'otra vida' por todo el tiempo que ha
pasado, formaba parte de tu día a día  a través del invento de mensajería instantánea más exitoso del mundo. Muchas ganas de darle por fin ese abrazo y esos besos que tantas veces antes le di mediante un emoticono.

Y seguro que conocerás a otras muchas bloggers super famosas y estilosas, a las que, por otro lado no dirás ni pío porque menuda eres tú cuando te plantas delante de cualquier medio famosillo. Cuanto menos si te encuentras con alguien de la talla de estas chicas que están en el top top del mundo bloguero y twittero. Te quedas muda.

Así que allá que me compré un vestido de última hora en Orly, el aeropuerto que más visito, junto al de Lyon, últimamente. De marca y todo oye, aunque no se notara porque era muy poco llamativo. Negro para más señas, porque todas sabemos que el negro estiliza y es muy socorrido, va con todo. También porque no tenía más opciones. O era ése que estaba de rebajas o me dejaba allí la mitad del sueldo en uno de temporada. Seguro que la ocasión lo merecía, no lo dudo. Pero luego mis hijas quieren comer y tal y no es plan. Una es "mala madre" entre comillas y hasta cierto punto, ojo.

Y ya con mi entrada y mi vestido y unas pocas horas del sábado para arreglarme, tenía lo mínimo imprescindible para irme de party.

¡Qué nervios! Estuve unas cuantas horas plancha en mano para darle un poco de gracia a mis cuatro pelos requemados por las mechas con unas super ondas. Utilicé laca a kilos incluso. Sin embargo, los dioses no estaban de mi parte aquel día y llegué a las ocho de la tarde con mi cabello completamente lacio, cual lamido por vaca.

Para compensar el tema del pelo me maquillé como si no hubiera más fiestas en el mundo mundial (realmente no las hay). El photocall ése imponía y mucho. Que si los hombros para adentro que si el bolso no sé cómo. Ya me imaginaba en un montaje del Huffington Post de los peores posados de la noche.

Elegí cuidadosamente mis zapatos, tras una encuesta en twitter que tuvo un más que aceptable número de respuestas (dos) y una vez pasado por el ojo crítico de mis hijas, que se probaron todos ellos para decirme que los mejores eran los más incómodos de los cuatro (lo que vais a sufrir chiquillas).

Así que con toda estas piezas, más un bolso vintage de mi madre, temblando como un flan por los nervios, me dirigí cuál pringada de la noche al glamuroso encuentro. Pringada porque llegué media hora antes y allí que tuve al papá y a las criaturas esperando conmigo en el coche mientras se hacía la hora.

A la hora señalada me despedí de mi familia y, como toro al matadero, caminé hasta el Hotel Emperador.

¿Y si paso de largo? ¿Y si vuelvo en metro en casa? La opción era tentadora ...

Y en estas estaba que me encontré con Fran, mi adorada (y adorable) @remorada, a la que reconocí al instante por una foto que puso en twitter. Y ya decidí quedarme porque me apetecía mucho conocerla, siempre me ha parecido alguien que vale mucho la pena. Lo que no me esperaba es que enseguida resultaría muy difícil hablar con ella porque me vería arrastrada por la marabunta de caras a las que saludar, conocer, hablar y sonreir. Sonreir había que sonreir mucho. Porque la forma de caer bien a los demás es ésa, aunque no te apetezca un pimiento hacerlo en determinados momentos. Es una de las cosas que antes aprendemos los introvertidos. Sonríe porque si no te preguntarán qué te pasa. Sonríe para parecer extrovertido, que mola más. 

Y asi fui con la sonrisa de oreja a oreja toda la noche, tanto que al día siguiente tenía agujetas en la cara. Sonreí a pesar de los tacones infernales, a pesar del corte que pasé cuando Peineta me dijo que no sabía quién era yo (incauta de mí que me atreví a presentarme, menos mal que luego cayó en quién era), a pesar de que hubo momentos de pánico en los que sentía como si me hubiese colado en la fiesta de otros. Momentos en los que ya no sabes qué decir ni a quién y aprovechas para ir al stand ese tan molón de chuches que yo quiero para mi casa (y que afortunadamente no tendré y mis caderas agradecerán). Lo mismo había más mujeres como yo, que ahogaban su timidez en azúcar, porque las chuches desaparecieron sin dejar ni rastro. Valeeee, también me ayudaron la cerveza y el gin tonic, por cierto muy rico.

Tuve muchos momentos inolvidables, como el abrazo con Majo, el posado en el photocall con Lorena y Blanca y después con Nuria y Silvia (que en el fondo no me dio tanta cosa porque nos disfrazamos con sombreros y gafas de mentira), las medio conversaciones con todas las que hablé, los bailes del final...lo mejor fue poner cara y voz a todas las personas a las que conocí aquella noche, como Noni, Olga, Diana, Leticia, Inma, Ana, Marta y mama Gnomo (genial esa chistera, me encantó y disculpa que no sepa tu nombre real) y creo que alguna más que mi memoria de pez de madre de 40 años me impide recordar, que aparte de todas las ya mencionadas más arriba, fueron con quienes más interactué a lo largo de la velada.

Por supuesto que la fiesta en sí estuvo genial y bla bla bla ( todo eso que ya han dicho todas las demás mucho mejor que yo), aunque todas coincidimos en que nos faltó tiempo para rajar a gusto y bailar como posesas la lista de Spotify.

Otras tuvieron la suerte de vivir la pre y post party al no ser de Madrid. Yo eché de menos algo así. Como eché de menos a otras madres blogueras que no estuvieron allí, como Bea, Nieves, Pao, Carol y Diana, a las que no puedo evitar recordar cuando pienso en amistades forjadas desde lo virtual, a golpe de comentario, tuit y mensaje de whatsapp. Algunas desvirtualizadas, otras aún no.

Es lo que tiene ser en realidad buena madre, y no tan mala como parece, que no pude dejar a las enanas más tiempo del que ya pasan sin su madre a diario por culpa de los viajes varios.

Eso sí, me apunto a la siguiente. Y esta vez iré con sombrero. Es otra de las técnicas para superar el corte y el momento "tierra trágame o hazme invisible".



16 comentarios:

  1. Me encanto conocerte, ibas guapísima y eres encantadora y hay que quedar con las ausentes.un besazo

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    1. Tú sí que ibas guapa, una pena no haber podido lucir más ese escotazo en la espalda por el frío. Me encantó también conocerte, eres genial. Sí, tenemos que quedar ;-) besos

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  2. Anya en una frase lo ha dicho todo.

    Ibas impecable!! así que tanto sufrimiento tuvo final feliz. Es cierto que la entrada (acojonaba) imponía... Yo en la puerta me topé con Ruth de Rioja y para romper el hielo le dije cualquier cosa. Luego rebobinas y piensas "menuda mema soy". Yo tengo agujetas después de leer tu post porque he estado sonriendo de arriba a abajo. Me encantó nuestra charla (mientras asaltábamos los dulces) y tanto Silvia como yo la habríamos continuado hasta el final de la noche (por la charla, no por los dulces... bueno, también)

    Un abrazo y hasta la próxima, Bego!

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    1. Graciasss por cierto que Silvia, tú y yo las tres de negro ;-) Yo también hubiera continuado charlando con vosotras horas y horas (y comiendo nubes, mis favoritas, o esos roscos rosas tan buenos). Seguiremos por el whatsapp (donde ahora sí que me habías liado). Besos

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  3. Ay, Bego, yo también soy bastante tímida, así que me quedé con las ganas de hablar más con muchas de las que conocí, tú incluida. Me encantó conocerte y ojalá podamos encontrarnos de nuevo y tener ocasión de charlar más tranquilamente.
    Un beso!

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    1. Claro que sí, seguro que tenemos más oportunidades ;-) me gustó mucho conocerte también. Si eres tímida seguro que entiendes todo lo que digo, jeje. Un beso!

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  4. mira que no encontrarnos, pero es que yo ni siquiera me había enterado de que ibas, qué mal :(
    la próxima vez voy a pedir acreditaciones más grandes o para llevar en la solapa que se vean bien y con la cabecera del blog porque me perdí a un montón de gente. así y todo, la party estuvo muy bien :)
    un beso

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  5. Te quiero.... solo y simplemente

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  6. Joé!, si lo sé que vas, me apunto yo también. En el primer sarao blogueril que fui, Fran Remorada fue mi primera víctima, ¡me la hubiera traído a casa!
    Me di cuenta de que hay juergas que bien valen la pena pies torturados y puede que huchas destrozadas. Un beso,

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  7. Yo no te vi. No hablé contigo. ¿Cómo puede ser?

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    1. Qué desastre Marta, he tenido que reeditar el post porque no te había mencionado y SÍ que te conocí! Nos presentaron pero creo que tú no caíste en que era yo ( no pasa nada, es normal, jeje) me ha pasado lo mismo con Leticia y seguro que con alguien más. Tengo memoria perjudicada, la edad :-( tenemos que vernos en otra y charlar. Un beso

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  8. mira que si llegas a no ir!!! yo ni manicura, ni pedicura, ni maquillaje, ni dietas, ni siquiera tacones! vestido reciclado y va que chuta! (y decidido apenas unos días antes porque ni siquiera uso whatsapp xD)

    esta fiesta ha sido solo una chispa, ya habrá más oportunidades y más encuentros, seguro! ^^

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  9. Fue genial!! Poder darnos ese abrazo!! Ya sabes que me emocione, y en este momento sigo igualmente emocionada.
    Da igual cual fuera la excusa sólo había que tenerla, la buscamos y valió la pena!!
    Me encanto ponerte piel y poder darte un abrazo!!!
    Me alegro de que te vinieras arriba y no decidieras en el último momento no venir.

    Un besazo

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  10. Ayyyy lo siento nena, fui demasiado espontánea y además con tanta gente me cuesta, pero ya sabes que luego enseguida caí y me hizo mucha ilu verte toda la noche por nuestra zona. En fin lo siento que no era mi intención, pero es que creo que deberíamos de ir con los avatares de tuiter leñe!!
    Besazo

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  11. Bego, me encantaba tu vestido, me encantó tu chaqueta roja, me encantó escucharte y lo que más, conocerte! Menos mal que viniste!!! Un abrazo.

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  12. JJAjaj que valiente, yp hubiera salido corriendo solo ver la puerta de entrada.

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Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!