lunes, 16 de junio de 2014

La vida social de los niños de primaria


Cuando te conviertes en madre nadie te avisa de muchas cosas. Eso de dormir a intervalos de dos horas, por ejemplo. Te prometo que a mí no me lo dijeron porque quienes me conocen saben que con lo dormilona que soy, me hubiera negado a ser mamá.

Conforme tu bebé va descubriendo el mundo, tú vas conociendo uno completamente nuevo, un lugar donde los olores, sabores, texturas y sonidos difieren muy mucho de tu despreocupada vida anterior.

Y piensas: "qué bien que ya come puré" y después "qué bien que ya come trocitos" y luego "qué bien que ya come sólo" y "ya va al baño solito" y "ya no lleva pañal por las noches" y de repente "ya se ha hecho mayor que va al cole"... El cole...ese lugar que nos cuesta tanto elegir y por el que sufrimos tanto antes de entrar. Le admitirán, no le admitirán. Ese lugar lleno de niños donde nuestros hijos han de pasar la mayor parte del día sin nosotros. Ese lugar lleno de ... ¡Otros padres!

Nadie me avisó de que tendría que relacionarme con otros padres. Yo, que cuando bajo al perro (muy pocas veces porque esta tarea la delego) parezco Javier Bardem con gorro y gafas de sol para evitar paparazzis. Y claro, puedes ir con gorro y gafas durante dos o tres años pero llega un día fatídico en el que tu hija recibe su primera invitación de cumpleaños y ahí ya no te escapas. Se acabó el ir de incógnito. Se terminó escudarse en el mogollón de la salida del cole para pasar inadvertido. Llega el día D y la hora H y ahí te ves, con tu niña en medio de una piscina de bolas con montones de críos chillando y montones de padres y madres que parecen conocerse de toda la vida. Y tú sin saber a donde mirar ni con quién hablar. Un cuadro. Y encima en estas fiestas primerizas no suele haber alcohol así que no hay forma de desinhibirse.

Me estoy dando cuenta de que yo vine aquí a hablar de las relaciones de mis hijas con otros de su misma condición/edad y no paro de hablar de mí. Va a ser porque este tema de la vida social de nuestros peques va unido irremediablemente a la nuestra propia. Sus amigos van a llevarnos a sus padres y madres y más vale que nos caigan bien. Del mismo modo, nuestros amigos les van a llevar a ellos a compartir juegos con sus hijos. Todo muy bonito hasta que un día cuando cumplen diez años te dicen que no aguantan a fulanito o menganito que precisamente es el hijo de uno de los que mejor te caen a ti. El mundo al revés.

Nadie me avisó de que la vida social de una niña de seis años puede ser más activa que la de Paris Hilton. Además, cuando eres primeriza, eres de esas madres petardas que se quedan siempre a los cumples, incluso a las tardes de juegos en casa de la muy mejor amiga de ese mes. Ahora, con más cumpleaños infantiles que Teresa Rabal a las espaldas, me temo que, a punto de que mi hija pequeña cumpla los seis, seré una de esas malasmadres que deja a la niña en la fiesta y aprovecha a hacerse la manicura, irse de compras o echarse una siesta.

Sin exagerar puedo decir que hemos tenido varios meses en que cada semana había un cumple, a veces incluso dos, con el correspondiente lío a la hora de comprar el regalo, anular planes de adultos y concienciarse de que ibas a pasar la tarde entre coca colas sin cafeína, sandwiches de nocilla y decibelios de niños excitados por sobredosis de azúcar.

Con el tiempo los padres aprendemos, sobre todo las madres, quienes solemos ser quienes nos encargamos de todos estos follones. Aprendemos a celebrar varios cumples a la vez, a poner cinco euros por niño y que sean los padres del cumpleañero quienes le compren el regalo, a que haya cerveza para los mayores que se quedan y a no quedarnos (casi) nunca.

Nadie nos avisó tampoco de que nosotros tendríamos que celebrar los cumples de nuestras hijas, más allá de aquellas fiestas de nuestra infancia con los primos y vecinos del barrio. Nadie nos preparó para las ludotecas, piscinas de bolas, parques temáticos, fiestas de Monster High o Princesas.

Cada año, cuando llega el mes de octubre me echo a temblar. Tengo dos fiestas seguidas que preparar porque sus cumples sólo tienen diez días de diferencia. Y me esperan montones de tarjetas de invitación de los amigos de siempre y de los nuevos que llegan cada curso.

Lo bueno es que gracias a esas fiestas que antes tanto temía he llegado a hacer muy buenos amigos. Y que ellas disfrutan de lo lindo y es cuando empiezan realmente a estrechar lazos con los que serán sus mejores amigos el día de mañana.

Mi hija mayor este año hará por fin una celebración en petit comité, sólo con sus amigas más cercanas. La pequeña en cambio querrá invitar a casi toda la clase. Y digo casi porque a pesar de su corta edad ya tiene sus preferencias. "Mamá a este no que siempre se mete conmigo". Pues no, ea.

"Hay vida después de los seis años" es una iniciativa de Merak Luna, del blog Ciclogénesis implosiva, en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas, experiencias y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes... todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes y enlazarlos a través de "InLinkz" que encontrareis en el blog de Merak Luna y que permanecerá abierto toda la semana. Vuestros artículos se irán actualizando en todos los blogs que participamos. En esta ocasión, varias amigas nos hablan del la "Las relaciones con los amigos" que, como podéis comprobar, dan para mucho.

9 comentarios:

  1. lo de celebrar varios cumples y hacer regalo comunitario me parece una idea grandiosa y exportable

    salvo que yo cumplía años en verano (ya no xD) y tenía que montarme mi propia fiesta si quería que alguien me saludara, juas xD

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  2. Bego! da igual la distancia, da igual la edad... veo con el tema cumple todas evolucionamos de la misma forma: del me quedo aquí apalancada no te vayas a perder entre tanta bola a abrir la puerta del coche, esperar que le pongan la pulserita y "chaoooo!! nos vemos a las ocho".
    En nuestra clase, un año, tuvimos todos los fines de semana de septiembre y octubre ocupados por algún cumple. Al año siguiente le pusimos remedios: nos juntamos 7 y fiesta jolgorrio comunitaria.
    Y con los regalos, pues igual. Cinco eurillos y que se lo compre el padre. Y, si realmente es un amigo de esos del alma, pues entonces nos esmeramos y le hacemos un dibujo o algo así -si hay tiempo-. Los cumples han evolucionado mucho, ya no son como eran antes, pero es que tampoco nosotros somos madres como las de antes...
    Me encanta leerte en este #hayvidadespuesdelos6. Muchísimas gracias!

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  3. La vida social de las niñas y niños de primaria, pero también de los de infantil es más completa que la mía propia. Cumpleaños en lugares diversos, elecciones de a quién invitar, o a quién no, del lugar de celebración...
    Este año l'aînée no tuvo fiesta de bolas por que no estábamos aquí, y aunque hubo tres niñas que le dieron los regalitos de cumpleaños, estuvo durante unos cuatnos días, diciendo que cuando celebrábamos su cumple...
    Y los años que nos quedan...

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  4. Jaajajaja!! Bueno, yo como tú también le voy siguiendo los pasos a Teresa Raval. La verdad es que cuando vamos un cumple que es una merienda con canapés triandulares de toda la vida se me saltan las lágrimas. No sé que le pasa a la gente. ¿Se han vuelto todos locos? Un cumple en mi tierra era una merendola con los amigos. ¿En que se ha convertido este acto tan sencillo?
    Pues yo lo siento, aunque el resto se empeñe en redoblar la oferta del cumple anterior. Yo seguiré con mis merienditas picnic y cuando eso no les baste, que se lo monten ellos. :-)

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  5. Yo parto de un temor horrible hacia este tipo de eventos de los bichillos pero leyendo tu experiencia y la valoración positiva que haces de estos actos sociales después de unos años ¡igual no es tan grande la tragedia como yo me la imaginaba!

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  6. Yo tan feliz con esta iniciativa de Merak Luna, porque mi hija cumple pronto los 6 y quiero empaparme de la sabiduría maternal de otras... pero realmente me estoy acobardando más con cada post que leo! Creo que quiero volver a la época en que mi mayor preocupación era limpiar culitos! O_o

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  7. Pues en breve mi peque hace dos años y estamos con lio de cumple.Pero lo haremos con familia y los hij@s de los amig@s. Pero yo de verdad prohibiria el tema regalos. los niños tienen d todo y es un rollo tener que estar por esto.Yo he ido a fiestas y cuando veo todos los regalos pienso que no se donde lo meteran.Con mis amigas ya tenemos este pacto de ir a las fiestas pero regalos prohibidos a no ser que sean consumibles como galletas o cupcakes.

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  8. Lo de las clases y los padres es otro tema que da mucho, pero mucho juego. Tengo 3 y cada clase es diferente igual que los padres... La clase de mi mayor es y será una clase "potente" a todas las fiestas, toda la clase y encima a sitios caros... realmente me estresaba muchísimo cuando llegaba el momento de celebrar cumple... La clase de mi mediana, "autista" cada uno a su bola y a lo suyo.... eso va de maravilla para pasar desapercibida. La clase de la peque, la "barata", eso es compartiendo y en parques. De mucha vida social, pero hija, es con quien más me he identificado y me siento bien con algunos de ellos.
    Con esto quiero decir que lo mío fue a la tercera va la vencida... pero si tienes mala suerte y no puedes elegir con la clase... pues aguantar tocan! Todo por los niños! ;-)
    Un beso

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  9. A mi me encanta pasar desapercibida! No es que sea una caracola pero entre el crash cultural y las mil actividades de cada monkey, me es difícil entender de donde sacan tiempo los otros padres. Hoy fuimos M2 y yo a la orientación de su nueva escuela, me sentí un bicho muy raro y aunque todos somos nuevos, estos padres hicieron click inmediato y ya empezaban a organizar citas de juego.

    ...tema para post---> rarezas sociales en padres de niños en edad escolar.

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Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!