martes, 4 de marzo de 2014

Lo que nos pasa a las mujeres al cumplir 40


Hace unos meses cumplí 40. Me dediqué a mí misma un post muy positivo sobre lo bien que me sentaba esa edad y bla, bla, bla, bla. Una forma como otra cualquiera que tenemos de protegernos ante lo que se nos viene encima. 

Ante la temida crisis de identidad y de unas cuantas cosas más que se supone nos invade al estrenar década, a unas les da por operarse el pecho o ponerse bótox, a otras por gastarse los dineros en algo muy caro tipo abrigo de visón o joyón de Tiffany's. A mí, que ni tengo ni dinero ni ganas de hacer tales cosas, me dio por escribirme un post. Algo muy barato y que me deja (casi) igual que si me hubiera pasado una tarde en un spa urbano, relajada y contenta.

Sin embargo tengo que decirte amiga que los cuarenta son eso. CUARENTA. Y que nos guste o no, queramos o no, nuestro cuerpo y mente empiezan a acusar la decadencia de los años. Por mucho que digamos eso de que cada "cual tiene la edad que siente que tiene" y que "la juventud está en el espíritu". Chorradas. La naturaleza es la naturaleza y todas la sufrimos, unas más que otras es verdad.

Lo siento, tenía que decirtelo, para que te vayas haciendo a la idea (la mayoría de lectores de este blog tiene treinta y pocos, lo intuyo).

Estas son las cosas que he experimentado hasta el momento, y me da que la lista no se va a quedar aquí:

Primero: empiezan a aparecer dolores en lugares que antes jamás te habían dolido. Y mira que eso es raro en mí, que me duele todo desde que di a luz a mi primera hija. Como soy un poco aprensiva, enseguida imagino enfermedades insospechadas por todo mi ser. Y si me da por buscar en Google me salen sarpullidos, me mareo y me entran taquicardias, pues parezco tener todo tipo de males y pienso que estoy a punto de palmarla.

Segundo: cansancio exagerado grado 9 sobre 10. Y no es al acabar el día. Es desde que comienza. Gracias al café sobrevivo en la jungla empresarial mientras sueño con mi cama. Cuando tus hijas crecen te crees que esa sensación de sueño perpetuo va a desaparecer. Craso error. Los años te quitan la energía casi tanto o más que los hijos. Si además sumamos niños y años el resultado es una ciclogénesis de esas que te cae encima cada día y te chupan la vida cual si fueras maestra de primero de infantil (para mí grandes heroínas, dicho sea de paso).

Tercero: las canas. Esos pelillos blancos que antes eran una anécdota y ahora...en breve no podré hacerme sólo mechas sino tinte y mechas. Si ahora me paso toda la mañana en la pelu, en unos meses me tendré que llevar el tupper. Y lo peor no es eso, lo peor es que las canas no sólo salen en la cabeza (también en ... las cejas... y hasta ahí puedo leer).

Cuarto: las arrugas, esos signos de la edad que las marcas de cosmética se empeñan en llamar líneas de expresión. Eso es como cuando el Gobierno dice que no nos han rescatado sino que nos han dado un préstamo en condiciones extremadamente favorables. Ni con la crema más cara del mundo consigue una quitárselas (a decir verdad no he probado nunca esa crema pero me da que tampoco funciona). Y como he dicho antes, ni tengo pasta ni ganas de gastarla en inyecciones o liftings.

Quinto: la memoria. He sido una niña de sobresalientes. Y mucho de ello se lo debo a mi fantástica memoria fotográfica. Esa que tuve alguna vez y que poco a poco se fue diluyendo en el tiempo y el espacio. Ahora soy de esas personas a las que antes no soportaba por decir eso de "soy malísima para los nombres". Olvido cosas como el pin del móvil o la tarjeta o el teléfono de mis padres. 

Sexto: el pelo. Ahora está de moda llevar el pelo pantojil incluso a edades como la mía. El pelo largo es precioso. Siempre y cuando esté bien cuidado y tenga cuerpo y brillo. En mi caso, por más productos que utilicé, no conseguí nunca tener un pelo pantene. Así que hace unos días corté por lo sano. Y que a gusto me he quedado.

Séptimo: la celutitis. In crescendo.

Octavo: los granos. Pero vamos a ver, ¿no se supone que los granos se van cuando pasas la dramática edad del pavo? Jamás tuve granos en las mejillas y mucho menos en el cuello por Dios. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Noveno: las ojeras. Sobran las explicaciones.

Décimo: se me ha olvidado. 

A pesar de todo, no tengo crisis ni nada parecido. Y creo que sigo estando de buen ver (me creo los piropos de mis hijas sí). Lo que me preocupa es llegar a los 50. Si ahora mi cuerpo sufre todos estos estragos, ¿qué va a ser de él y de mi en 10 años? 

My God. No quiero pensarlo. Voy a ver si me tomo una copita de vino, que es bueno para el corazón y el cutis. Eso espero.








15 comentarios:

  1. Buf, algunos de esos síntomas los estoy viviendo ya, y eso que no he llegado a los 35 aún... Ayer le decía a mi santo que "yo antes era más lista", me refería a que antes tenía más memoria. Las ojeras me las tengo que tapar, según el día, hay que aplicar técnicas de camuflaje militar. Me dan envidia las teenagers con sus melenazas, y pienso que las tienen que disfrutar, porque en unos años se les acabará el chollo. Pero oye, la media melena es que me encanta y me parece que favorece y hace más joven, ¡tampoco estamos tan mal! Yo creo que lo que necesitamos es reunirnos una noche a cantar y bailar, ahí yo no te veo de 40, sino de 21!!
    Besazos, Bego!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja, siento decirte que me alegro de no ser la única que se siente así, aunque doy fe de que tú estás estupendísima y que no se te nota nada eso de las ojeras y demás...claro que hace mucho que no te veo ;-) sí, creo que necesitamos esa noche de bailoteo (sin tacones por favor) no sólo para desparramar sino para vernos que tengo ganas. Un besazo

      Eliminar
  2. con 38 presento muchos de esos síntomas ya... ¿o será que cumplí 40 y lo olvidé? XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jejeje, no creo ni que tengas 38, luces como una niña en tus selfies :-P

      Un besote

      Eliminar
  3. Jajajajajajajajaja Pero de qué te quejas, hija míaaaaaa???? Te voy a acollejar en cuanto nos volvamos a ver. Ya quisieran muchas MUUUUUUUCHAS tener tu cuerpazo, eso para empezar. Y no digamos ese coco privilegiado, que a lo mejor se le olvida dónde ha dejado las zapatillas pero en cambio te permite escribir entradas MAGIASTRALES como estaaaaaa. Lo que me he podido reír...
    Aquí una que se resiste a cortarse el pelo, aunque tenga más de pantojil que de pantenil. Pero qué quieres que te diga... yo me siento "herposa", con mocos y todo como ahora, y es lo que vale.
    Te quierooooo.
    Un besazo, y que vivan esas noches de soledad en los hoteles, junto a la musa perdidaaaaa ;)))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu pelo brilla y tiene vida no como mi melena (pasada), jeje. Gracias por los piropazos, me encantan aunque sé que se ven influenciados por nuestra amistad y por el cariño que me tienes ;-)

      I love u tu.

      Una cosa, la entrada la tenía escrita de antes, ayer solo le di unos retoques y la subí. En el hotel sólo quiero jugar al candy crush y dormir...

      Un besazo amiga

      Eliminar
  4. ¡Jajaja! Seguro que los 40 no te han sentado tan mal. Lo de irte con el tupper a la peluquería para echar el día mientras te arreglan me ha encantado. Tienes razón, una peluquería es como un agujero negro temporal en el que se sabe cuándo se entra pero no cuándo se sale.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, ya dediqué un post a las pelus, que son todo un mundo aparte, jeje. Lo del tupper parece broma pero cada día lo veo más factible.

      Gracias por comentar,

      Besos

      Eliminar
  5. jajajajajajaja, no te veo muy positiva....pero me identifico con casi todos los puntos......qué mal....
    besos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ganas de quitarle hierro al tema y de reírme un rato de mí, el humor lo cura todo (o casi) :-)) tú misma lo has dicho muchas veces. Muchos besos Paula.

      Eliminar
  6. Pues, Bego disiento contigo en algunas cosas...
    Si que es cierto que tengo muchas más canas y algunas arrugas más; pero aunque estoy más cerca de los 50 que de los 40, mi memoria sigue siendo bastante buena, ojeras siempre las he tenido (herencia materna) y afortunadamente ni tengo dolores, de la celulitis no hablo porque siempre ha estado conmigo. Pero me encuentro mejor que nunca, y la cara es el espejo del alma...
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué suerte tienes! sobre todo por lo de los dolores, que a mí me matan pero ya he dicho que lo mío no va a ser de la edad... yo no me encuentro mejor que nunca físicamente, lo que no quita que en otros aspectos sí me sienta fenomenal. Tonterías mentales las justas (o por lo menos muchas menos que cuando tenía menos años).

      Un beso y gracias por comentar

      Eliminar
  7. Que grande Bego!!!!!!!!

    Cuánta razón.... Yo me debo acercar a los temidos 40..... Estoy descubriendo zonas de mi cuerpo que ni sabbía..... Los dolores se apoderan a días y el cansancio es tremendo......antes aguantaba más.... Lo de las canas y la memoria de pez....ñ.. Lo dejaré de lado......porque la me oria de pez es a veces selectiva.....

    Gran entrada cielo.

    Besos

    ResponderEliminar
  8. jajajajaja, pues que sepas que me he reído mucho leyéndote, que yo te veo estupenda (por fuera y por dentro), y que si llegar así, COMO ERES, a los cuarenta es motivo de crisis, yo me apunto a una de ésas.
    Un besazo princesa!

    ResponderEliminar
  9. Madre mía, la mayoría de esos síntomas ya los tengo, claro que teniendo en cuenta que sólo me faltan unos meses para cumplir 40.....
    Besotes

    ResponderEliminar

Me encanta que leas mi blog y si encima vas y me dejas un pequeño comentario me haces la mar de feliz ¡Mil gracias!