Es una de esas palabras que, según el tono con que la dices, es decir, dependiendo del momento del día más el estado de ánimo y cansancio en el que te encuentres, puede sonar de muy diferentes maneras:
1/ El "qué" de incógnito, dicho así en bajito, como con miedo a que te oigan y te suelten cosas como: "¿me ayudas a limpiarme el culo?", "tenemos que disfrazarnos de calabaza para el viernes", "me dijiste que hoy sin falta me llevabas a la feria".
2/ El "queeeeeeeeeé" desesperado, un qué largo, sonoro, como de estar hasta el último pelo tras haber pronunciado unos 20 en los anteriores cinco minutos. Estos ocurren muy a menudo a partir de las 22:00 horas. Cuando tus hijas están tan ricas en sus camitas, leídas, besadas y rezadas y tú te dispones a enchufarte una serie con Marido, acurrucada en la mantita, con tu onza de chocolate o tu descafeinado esperándote. Tras haberte levantado a llevar agua primero a una y luego a otra, después de haber tenido que encender y apagar luces del pasillo, y una vez has tenido que buscar sus peluches bajo los misteriosos bajos fondos de sus cuartos... Llega el enésimo MAMÁ y tú tienes que morderte la lengua y el cansancio acumulado para no sonar cual poseída niña del exorcista.
3/ El "qué, qué, qué" asustado. Dícese de aquel pronunciado tras escuchar gritos, fuertes ruidos o golpes provenientes del lugar donde supuestamente tus hijas juegan seguras. De repente escuchas un "mamaaaaaá" entre sollozos y corres cual Bolt, jugándote la vida en el pasillo tomado por un ejército de Pin y Pon, Barbies, little pet shops y demás seres del ultramundo. Al llegar, la mayoría de veces te encuentras con que la cosa no ha sido para tanto, aunque tus hijas te quieran hacer creer que el tema requiere de hospital, estancia en casa durante unos días y el iPad como tratamiento antiinflamatorio.
4/ El qué con nocturnidad. El que se pronuncia entre sueños varias veces hasta que te despiertas y se te jode la noche. Últimamente en casa son provocados por las siguientes situaciones: "quiero ir a hacer pis", "se me ha caído el muñeco", "hay un mosquito en mi cuarto". No seré yo quien quite importancia a estas razones. Aunque tampoco creo que sea de malos padres pretender que la niña se levante solica al menos para solucionar las dos primeras. Llamadme loca.
5/ El qué consciente. El que decimos en medio de un momento propicio para una conversación: a la ida o a la vuelta del cole, en las cenas, en el desayuno del fin de semana. Aquel que sirve para dar pie a los diálogos más variopintos y a las preguntas más complicadas que me han hecho nunca. Sé que me la juego cuando lo digo. Soy consciente de que puede ser mi entrada a un jardín que es más un intricado laberinto que un paisaje japonés de aparente sencillez.
"Mamá"
”Qué”
¿Es verdad que los hijos se hacen como me ha dicho me amiga N.?
"Mamá"
”Qué"
¿Qué pasa cuando alguien se muere?
Mamá
Qué
¿Por que no bajan a todo los precios y se acaba la crisis?
Mamá
Qué
¿Los Reyes Magos existen?
A pesar de todo me gustaría seguir diciéndoles ese QUÉ durante toda mi vida.
Eso significará que las tengo cerca, que me necesitan y que confían en mí.
Hijas, siempre tendré un QUÉ para vosotras. No lo olvidéis nunca. Os quiero mucho muchísimo.
Jajajaja, Bego, buenísimo. Me declara adepta y practicante de cada una de las modalidades de tus qués. Sobre todo soy muy de quéeeeeeeeeeeeeeee... Será que mis hijos son muy de mamáaaaaaaaaaaaa. Y totalmente de acuerdo con tu reflexión final. Cuando me recuperado de tanta pregunta, no dejo de pensar que ojalá sigan sintiendo siempre esa curiosidad en aprender del mundo y esa confianza de mí para hacerlo conmigo.
ResponderEliminarUn besazo guapísima!
Begooo, jajajaja. Suscribo cada uno de esos qué, y si me apuras todo lo demás, cambiando el ejército de princesitas del ultramundo femenino por el universo hotwheels, jajajaja. Me parto con el qué por lo bajini previo al limpiamiento de culoooo, jajajaja. Te has salido con la entrada.
ResponderEliminarBesos y muchas gracias por hacerme reír en un día tan melancólico para mi.
jiji como si te hubieras colado en mi casa...igual jajajaja en mi casa el "que" es de ida y vuelta, porque Nenúfar te contesta que para todo...Nenúfar has acabado el colacao? que???? jajajaja es como si estuviera sorda la jodía!!!
ResponderEliminarCreo que nos has arrancado una sonrisota muyyyyy grande ;)
Besos
jajajaja Bego!!! Buenísimo AZ!!! Me encantó... te cuento que ya estoy empezando a utilizar el qué en sus diferentes modalidades y eso que todavía es peque (pero cómo habla, no para)
ResponderEliminarSos genia!!!
Besazoooo
Jajajaja!!!
ResponderEliminarQué buena eres???
A mí, hay veces que el Quéeeeee me rompe en dos... Sobre todo, porque Blanca puede llegar a decirlo 200 veces seguidas sin nada más.. Creo que sólo por el placer de decirlo y escuchar mi QUé.....
Muy buena..
Jajajaja mis ques también son como los tuyos en todas las modalidades últimamente los que mas uso son los de las preguntas incomodas y los de la carrera de bolt jaja estos niños nos matan a infartos! ! Besos
ResponderEliminar¡¡Creo que todas tenemos ganas de robar tu palabra!! La has clavado. A mí hay un "Qué" que me sobrepasa... Y sé que el tema está muy trillado... Pero es que es así...
ResponderEliminarEstar en el WC... ¡Amaaaaa!... Silencio... ¡Amaaaaaaaaa!... Silencio... ¡Amaaaaaaaaaaaaa!... ¡Queeeeeeeeeeé! Da igual que te hagas la sorda. No importa... ¡Tienen paciencia! No poder ni ir al baño en paz y armonía, eso lo llevo fatal. Jajajajajajaja :P
¡Genial palabra Bego!
jejejejeje, lo mejor de todo es que detrás de todos esos "ques" se esconde una sorpresa que nunca imaginas
ResponderEliminar¡¡¡GENIAL!!! Menudo análisis más fantástico. Me ha parecido muy original y además me he reído. Lo he disfrutado, ¡gracias! :D
ResponderEliminarMe ha encantado!!!!!!! Qué razón tienes!!!! esta palabra está muy `, per que muy presente en la maternidad!!!! genial entrada!!!!!!
ResponderEliminarbesotes!
Que bueno, nunca me había parado a analizarlo, la cantidad de matices que tiene una sola palabra, hajaja.
ResponderEliminarMe encanta como terminas, es precioso.
Un besazo