La madre que la parió es la madre biológica de mi hija. Esto, que es una verdad como el Taj Majal, no significa que sea su madre verdadera. Pues las dos, ella y yo, somos sus madres, ninguna es de mentira. Ninguna es un cuento inventado, aunque tengamos que fantasear sobre su historia a falta de datos. Y ella, esté donde esté, tambien imaginará cosas para completar los huecos que le faltan. Aunque en su caso sí que tiene a su disposición información sobre la niña y nosotros, quizá no haya querido saber más. Ojos que no ven, corazón que inventa.
El Día de la Madre, desde hace seis años, tiene para mí un significado más allá de mi propia maternidad y mi condición de hija. Es un día en que pienso mucho en su otra madre. Dónde estará, qué hará, pensará, vestirá, comerá. ¿Sufrirá? En nuestro mundo occidental no concebimos la renuncia a un hijo sin estar unida al dolor y la culpa. En África puede que sea diferente, o no. Imagino. Pienso. Creo. Pienso. Construyo una vida imaginaria para responder a las preguntas para las que tal vez jamás logre respuestas.
Mientras, mi hija adoptiva, mi hija sin más, mi hija de verdad, piensa también con su mentalidad de niña que no llega a los siete años. Y se hace sus propias preguntas, con sus propias no respuestas. ¿Por qué tengo otra madre y otro padre en un sitio tan lejos? ¿Por qué no se quedaron conmigo? ¿Tendré hermanos en Etiopía? ¿Abuelos y primos? ¿Cómo será mi mamá de allí, será guapa? ¿Tendrá el pelo largo como a mí me gusta? ¿Por qué no puedo verlos?
Así que yo tengo dos frentes abiertos. Mis dudas y las suyas. Las mías quedan en mi cabeza la mayoría de las veces, hablo poco de ellas. Las suyas piden a gritos las respuestas. Lo cual está bien, que pregunte, que verbalice, que grite.
Aquí estamos y estaremos para intentar proporcionarle, al menos, el consuelo de escucharla y el cariño que tanto necesita.
Me gusta ver a la madre biológica a través de tus ojos, tal vez nunca se conozcan las respuestas, pero al menos tu hija construirá una imagen sana, basada en el respeto. A pesar de todo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, siempre reconfortan :)
EliminarEsa expresión también la digo yo, o la medio digo más bien. Para nosotras es más duro el día del padre, ella tiene algún recuerdo, o alguna ilusión, este año en las fotos para el seguimiento le hace un homenaje, no se si el verá las fotos, no se si lo entenderá, no se si solo será una ilusión, pero si asi ella se siente mejor, adelante.
ResponderEliminarSi te digo la verdad, son cuestiones complicadas las que planteas. Yo como primeriza biológica nunca me había imaginado que una maternidad por adopción pudiese presentar estos vericuetos.
ResponderEliminarQué bien que pregunte y que tú le cuentes con tanto cariño, no se como será su mami biológico pero tú eres la mejor mami del mundo mundial. Un beso enorme!
ResponderEliminarCuando pensamos en la adopción y las preguntas que pueden surgir al cabo del tiempo, creo que siempre nos ponemos en el lugar del adoptado. Las dudas, lógicas, de tu hija son las que más o menos cualquiera podría imaginarse. Pero al leerte está claro que quien adopta también tiene sus propias dudas... En las que no solemos caer.
ResponderEliminarNo dejo de admirar lo bien que tratas el tema, frente a tu hija y frente al resto del mundo. Con sinceridad y mucho respeto. Para mí esa es la fórmula mágica. Creo que lo estás haciendo genial :)
Un besote, guapa :)
Debe ser complicado paliar las dudas de ambas. A mi me da por pensar en esas cuestiones a veces, si hubiera tenido algún hijo y lo hubiera dado en adopción, qué pensaría "x" años después? Luego me doy cuenta que lo que importa es el ahora, y que tengo dos hijas preciosísimas, que no debo llenarme la cabeza de dudas inexistentes por la irrealidad de la situación.
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