Esta pregunta me llegó a bocajarro de parte de un niño de cinco años cuando mi hija pequeña acababa de llegar a mi familia, a su familia. Emocionada como estaba de tener a mi niña por fin en casa, cegada la razón por las millones de enforfinas que recorrían mi cuerpo en plena baja maternal sin postparto mediante, no se me ocurrió otra cosa que ir a la clase de mi hija mayor con la pequeña en brazos, para contarles a todos, previo acuerdo con la profe, qué era eso de adoptar y qué era Etiopía. Para contarles las maravillas de esa tierra lejana y desconocida y, explicarles, a 25 niños de segundo de infantil, cómo podía ser que la madre de su compañera hubiera tenido un bebé sin haber tenido barriga y, encima, un bebé negro.
No me esperaba las preguntas, ingenua de mí, al menos no de ese tipo y no en ese entorno. Pensaba soltar mi rollo y que todo les quedara muy clarito. Y que me iría de allí a tiempo para darle a la nena su toma tranquilamente en casa. Ingenua no, rematadamente tonta.
A partir de ese momento las cuestiones acerca de mi familia no han dejado de sucederse. Algunas con mucho respeto, otras con cero.
"Si no es indiscreción, ¿cuánto os ha costado la niña?", y te dan ganas de contestar, "si no es indiscreción, ¿te han dicho alguna vez que eres gilipollas?", sin embargo, como eres una persona educada (la educación está sobrevalorada) y poco amante de las disputas, contestas: "me ha costado dos años y medio y, sí, hay que pagar por las trámites, las traducciones, el viaje, pero nunca por los niños".
"¿Y de dónde es el padre?", me preguntaron una vez pensando que mi hija era fruto del amor interracial...la cara que puso cuando le dije que el padre era de Madrid y no de ningún exótico país extranjero, merecía una foto con su marco y todo. Se quedaría pensando que el padre era inmigrante, fijo.
"¿Y qué sabes de su familia, la de verdad?", una de mis favoritas, sobre todo cuando estoy en la playa, te acabo de conocer y estoy intentando mantener la calma mientras me adentro como una valiente en el mar helado. Pues mira verás, eso es algo íntimo, que no voy diciendo por ahi al primero que veo, ¿me cuentas tú como fue tu primera vez?, así para romper el hielo. Aparte que el concepto que tienes sobre "de verdad" merece toda una tarde de charleta que NO me apetece tener contigo.
Otra pregunta más ligerita, incluso graciosa, es por ejemplo esa de: "ah, pero, ¿le pones protección solar?". Que yo entiendo que me hagan, pues es uno de esos estereotipos que tenemos sobre la gente de piel oscura, yo misma lo tuve. Como el pensar que todos son buenos en el deporte o que bailan como Leroy, el de Fama. ¿Fama? Sí, eres muy joven y no sabes de qué hablo. Busca en san google.
Reconozco que a veces se me olvida que somos una familia diferente. Diferente en cuanto a que no somos lo habitual, y por lo tanto, llamamos la atención sin quererlo. Me molesta que la gente nos mire raro y cuchichee a nuestro alrededor, aunque casi prefiero el cuchicheo a las preguntas insidiosas. Sobre todo ahora, que mi hija se entera de todo y esas cosas le afectan. Porque para ella no es nada fácil ser diferente a su familia. No es fácil no ser blanca como sus padres y su hermana. Como sus abuelos, tíos, primas, amigos (la mayoría, porque afortunadamente tiene también amigos negros). No es fácil tener el pelo afro tampoco, ni haber sido adoptada.
Todo esto no es una queja, sino la constatación de una realidad. Sabíamos que el camino no sería de rosas y lo aceptamos desde (antes) del principio. Y seguiremos adelante, aprovechando todo lo bueno que nos brinda ser una familia poco habitual. En mi familia no hay lugar para el miedo a lo diferente, ni espacio para la intolerancia ni la discriminación de ningún tipo. Además tenemos la mente abierta a un amplísimo abanico de situaciones que puedan presentarse y premiamos la capacidad de ponernos en el lugar de los otros para entenderles.
Nos encanta aprender, nos encanta descubrir cosas nuevas y, por tanto, nos gusta lo diferente.
Nos molan las familias diferentes, la gente diferente. En realidad creemos que todos, a nuestra manera, somos diferentes al resto. Lo que pasa que a nosotros se nos ve más que a los demás.
Y para que conste en acta, me encanta hablar de mi familia, aunque prefiero hacerlo con mi familia y amigos en una sobremesa cualquiera, incluso en una conversación de whatsapp, pero nunca sin venir a cuento, en medio del super, el parque o la playa, con gente con la que no me apetece, a priori, ni un rato de ascensor.
Plas,plas,plas,todo dicho
ResponderEliminarGracias bonita :)
EliminarQué identificada me siento con todo lo que cuentas!!! A mi me han preguntado, directamente, sin filtro ninguno, si había comprado el niño a sus padres (tal cual) y otro buen hombre ante su desconcierto porque adoptara un niño y negro además (sus palabras, no las mías) me llegó a preguntar si es que yo no tenía relaciones sexuales con mi marido. La única parte buena de estas dos situaciones tan extremas (menos mál que el niño aún era un bebé) es que llegué a la conclusión de que dar explicaciones no hace más que multiplicar las preguntas y que al final, diga lo que diga, algo va a pasar que no me va a gustar. Para empezar el interrogatorio en si. Así que he optado por cortar la conversación desde el principio.
ResponderEliminarPor ejemplo el otro día en el autobús un señor me dice: "No es tu hijo ¿verdad?" a lo que obviamente respondo "Si señor, es mi hijo"... El insisite... "Lo decía por el contraste..." (como si yo no lo supiese).... A lo que simplemente le dije "Pues ya ve...." Fin de la conversación.
Otras veces, cuando son más directos con las preguntas, tipo ¿de dónde es? ¿es adoptado? etc... Suelo devolverles la pelota y decir ¿por qué me lo preguntas?...
Explicaciones sobre la vida de mi hijo a pesonas desconocidas??? Nunca más.
Madre mía Cristina, lo de las relaciones sexuales ya clama el cielo!! Si, tienes razón que es la mejor actitud, cortar por lo sano, aunque una parezca borde, qué más da, lo que no puede ser es ir tener que dando explicaciones de nuestra vida íntima a todo quisqui. Gracias por tu aportación, enriquece el post. Besos
EliminarHola! Acabo de leer tus palabras a través de una gran amiga y no he podido evitar publicarlo, a pesar de no ser muy 'usuaria' de las redes... ;) Solo quería darte las gracias por haber compartido tus pensamientos, tan míos a la vez... Madre mía!! Un libro se podría escribir de las mamarrachadas que he podido llegar a escuchar yo... Gracias, un beso, Victoria.
ResponderEliminarMuchas gracias Victoria, me alegro que te haya gustado el post y de que te hayas decidido a comentar ;-) podríamos escribir enciclopedias, ¿verdad? Un beso
Eliminaryo creo que aún hay gente que piensa que no soy hija biológica de mi papá y mi mamá, así que ya me imagino lo que debes pasar! paciencia infinita, que muchas veces son preguntas sin maldad, aunque duelan.
ResponderEliminartengo amigas sudamericanas que también están casadas con chicos de aquí... y en el parque les han preguntado si son las nanas de sus propios hijos... :(
p.d. con poco tiempo en estos tiempos leo en el feedly más que por la compu y el "leer más" me complica la vida u.u
Me encantó el post!!! Cuanto nos queda a las personas por avanzar y aprender. Las sandeces que se tienen que oir a veces de aquellos que se consideran "normales".Y como tu misma dices por educación que si no...Besos y feliz semana
ResponderEliminarHay preguntas que se las traen, duras como la de "cuanto costó", esa me ha parecido una barbaridad, creo que la gente que no ha pasado por los trámites de una adopción, no puede llegar a saber todo el tiempo, desesperanza y a la par ilusión... Me parece un post estupendo para tratar el tema de las familias "distintas".
ResponderEliminarBesos especiales.
¡Hola Bego!
ResponderEliminarBueno, en todas las familias hay diferencias, está claro que unas saltan más a la vista que otras... Lo que también abunda es la gente impertinente. Al final, como dice Cristina y tú misma en el post, se trata de saber discernir de antemano qué conversación nos va a enriquecer y cuál nos va a crispar. Y no es siempre fácil. A veces el interés de las personas es genuíno. Te preguntan porque conocen una caso cercano y a veces es más fácil preguntarle a un extraño lo que les inquieta, que al conocido de turno.
Pero está claro que hay lugares y momentos que no son los adecuados para preguntar, lo mires por donde lo mires... :-) A mí me parece que tienes una familia muy bonita. Y creo que lo que la hace bonita es que es la familia que tú has imaginado y por la que has luchado. Es una familia que nace de una toma de decisiones nada automática. Y como tú dices, hay muchos temas de los que ni si quiera habrá que hablar porque tus hijas los traerán de serie por su propia vivencia familiar.
¡Besos!
Ya sabes que yo estoy "enamorada" de tu familia. Me pasa como con la de nuria, que tanto tu como ella me parecéis gente de generosidad extrema. La gente, efectivamente, es muy "mamarracha", como te decían por ahí arriba. A veces lo hace por desconocimiento y otra sin mala intención; aunque hay gente que tiene muy mala baba, eso está claro. En cualquier caso, sea por lo que sea, no es excusa para que sean comentarios que a tí te duelan. Haciendo de abogado del diablo, ya te conté alguna vez que, en mi desconocimiento -y porque a veces soy un poco simple e irreflexiva, todo hay que decirlo-, siempre concebí vuestra situación como idílica y no fue hasta que empecé a leerte cuando comencé a entender y asumir la crudeza de algunas situaciones a las que os enfrentáis. Así que yo asumo que quizás alguna vez, de forma descuidad y siempre sin mala intención, mis palabras pudiesen "ofender" a alguien. A mi favor, sin duda, que ahora intento ser siempre mucho más cuidadosa y traducir el respeto y admiración que siento por familias como la vuestra en un discurso más cuidado.
ResponderEliminarMuchos besos -por qué será que siempre te acabo echando una chapa de campeonato en tu blog?- Hija! Me inspiras!