También quise siempre tener un hermano mayor, todo será porque los tuve pequeños. Y una hermana pequeña. Creía que tener un hermano mayor era como tener el primo de Zumosol sólo que mucho mejor. Todo el día en casa sólo para mí. Y que con una hermana pequeña podría jugar a las muñecas y a las profesoras mandando yo todo el rato. Me gustaba mucho eso de llevar la voz cantante.
Quise, cómo no, tener mi propio amor de Verano (Azul). Mi propio Javi particular. No llegué nunca a eso porque la mayor parte de estíos de mi infancia sucedieron en mi barrio de los inviernos. Y allí no había nadie del que enamorarse en verano, todo el mundo se iba a la playa.
Me hubiera encantado ir a un concierto de Hombres G cuando era adolescente y no me dejaron. Después acabaron cayéndome mal, hasta que resucitaron al calor de la moda vintage y eso me hizo mirarles con ternura. La que da mirar hacia tus trece años con una mezcla entre vergüenza ajena y nostalgia.
Hubiera querido el desparpajo de una de esa chicas populares que hablaban mucho y no se cortaban por nada, que iban por la vida sin que nadie pareciera turbarles lo más mínimo, sin miedo, sin preguntas. Con el tiempo descubrí que todas ellas tuvieron un destino más bien poco afortunado, que jamás querría para mí.
Hubiera querido tener un primer amor verdadero para siempre jamás. Creía en los cuentos de hadas y por eso me di varios tortazos contra mí misma. Afortunadamente el tiempo te hace descubrir que los cuentos que no hablan de hadas, ni de príncipes, ni de reinos, son infinitamente mejores.
Quería con todas mis fuerzas conseguir un trabajo mientras estudiaba la carrera. Lo conseguí en cuarto curso, me pagaban una miseria y me levantaba a las 5:30. ¿Valió la pena? Decididamente no creo que tanto esfuerzo me sirviera para mucho más que para enseñarme lo sacrificada y perra que es la vida adulta.
Quise vivir en Australia.
Recorrer el mundo en caravana.
Ganar el Premio Planeta a los veintipocos.
Ser bailarina.
Trabajar en la ONU.
Vivir junto al mar.
Algunas de estas cosas ya no podré tenerlas. Otras nunca se sabe.
¿Te has parado a pensar en esas cosas que te hubiera gustado tener a ti?