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martes, 23 de abril de 2013

Buceando en las palabras













"Otra cosa: no me digáis que no hay veces en que necesitaríamos emprender una huida rápida, pero los humanos no tenemos alas, al menos aún no, así que, ¿qué me decís de una camisa de pájaro?

Tan fuerte, tan cerca. Jonathan Safran Foer.











 "... a fin de cuentas quizá sea eso la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales hicieran una suerte de paréntesis en el tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo, un siempre en el jamás."

La elegancia del erizo. Muriel Barbery.







"Las Grandes Historias son aquellas que ya se han oído y se quieren oir otra vez. Aquellas a las que se puede entrar por cualquier puerta y habitar en ellas cómodamente. No engañan con emociones o finales falsos. No sorprenden con imprevistos. Son tan conocidas como la casa en la que se vive. O el olor de la piel del ser amado. Sabemos cómo acaban y, sin embargo, las escuchamos como si no lo supiéramos. Del mismo modo que, aun sabiendo que un día moriremos, vivimos como si fuéramos inmortales. En las Grandes Historias sabemos quién vive, quién muere, quién encuentra el amor y quién no. Y, aun así, queremos volver a saberlo. Ahí radica su misterio y su magia."

El dios de las pequeñas cosas. Arundhati Roy.










"Desde siempre, Lucrecia había vivido en el desasosiego y la sospecha de que su verdadera vida estaba esperándola en otra ciudad, y eso la hacía renegar sordamente de los lugares donde estaba y pronunciar con desesperación y deseo nombres de ciudades en las que sin duda se cumpliría su destino si alguna vez las visitaba"

El invierno en Lisboa. Antonio Muñoz Molina.





"Cuando, en el crepúsculo del pueblo, Platero y yo entramos, por la oscuridad morada de la calleja miserable que da al río seco, los niños pobres juegan a asustarse, fingiéndose mendigos. Uno se echa un saco a la cabeza, otro dice que no ve, otro se hace el cojo...
Después, en ese brusco cambiar de la infancia, como llevan unos zapatos y un vestido, y como sus madres, ellas sabrán cómo, les han dado algo de comer, se creen unos príncipes."

Platero y yo. Juan Ramón Jiménez.









"Había pensado que actuaba con valentía, pero resultó que solamente había demostrado la más abyecta forma de cobardía: regodearme en mi desprecio por el mundo, negarme a mirar las cosas directamente a la cara. Lo único que sentía era remordimiento, una paralizante sensación de mi propia estupidez."

El palacio de la luna. Paul Auster. 












"Siempre estuve hambrienta. Aunque sólo hubiera sido una vez, hubiera querido recibir amor hasta raudales. Hasta hartarme. Hasta poder decir: «Ya basta. Estoy llena. No puedo más». Me hubiera conformado con una vez."

Tokio Blues. Haruki Murakami.


Mi pequeño homenaje al día del libro. Son una pequeña parte de los libros que me han impactado en los últimos años. Todos menos el de Platero, que fue el primer libro que recuerdo que me regalaran. Fue mi abuela, cuando cumplí siete años y nunca se lo agradeceré lo bastante.

¿Cuáles son los tuyos? Me encantaría que me lo contaras.