miércoles, 20 de abril de 2016

¿De verdad hay necesidad de tantos deberes?


Mi hija ha tenido más de 30 exámenes desde que empezó el curso. Incluyendo valores éticos, educación física y arte.

Ha leído unos 8 libros obligatorios para clase, aparte de los libros de texto.

Ha hecho varios trabajos en diferentes asignaturas. Algunos en grupo.

Ha estudiado los romanos y las guerras púnicas, las ecuaciones de varias incógnitas, cientos de palabras nuevas en inglés, los ecosistemas, las células y varios procesos vitales. Le français aussi.

La miro y me veo a mi cuando estudiaba en el instituto, incluso me atrevería a decir que cuando iba a tercero de BUP.

Ella tiene doce años y estudia primero de la ESO.

A veces llora porque tiene mucho estrés. Otras veces se queja de que no puede leer los libros que en realidad le gustan por falta de tiempo. Ni hacer sus manualidades, que le encantan. O dibujar, lo que para ella es muy importante. O jugar, pues aún juega, le sigue gustando hacerlo, incluso con las cosas con las que jugaba hace varios años. 

No sé qué opinas, pero a mí me duele verla así. Creo que es un sinsentido. Que les están exigiendo un nivel de trabajo muy por encima de lo aconsejable para su edad. Que si siguen por ese camino, ¿que pasará en bachillerato? Los que lleguen y sigan queriendo estudiar, porque esa es otra. Querer seguir estudiando cuando llevas un ritmo descomunal durante cuatro años, sin tiempo más que para ir al instituto y volcarse en los libros... de texto. Creo que la nueva ley LOMCE no va a conseguir reducir el fracaso escolar, más al contrario, porque aumentará la desmotivación y las renuncias de muchos niños. Ojalá me equivoque. 

Y en esas andaba yo, que le comenté al jefe de estudios mi preocupación por mi hija y le comenté que quería que se quedara en casa la semana que sus compis se iban a esquiar, pues mi niña no fue por motivos que no vienen al caso. "Mire, que he pensado que mejor se queda en casa descansando (y dibujando, por ejemplo)". 

Pues mire usted - me dijo el amable jefe de estudios y profe de mates-, es que por ley no puede, aunque como madre, puede elegir lo que prefiera.

Como si una madre fuera realmente libre para decidir. Si a ti te dicen: su hija puede no venir a clase, no hay problema, pero sus notas pueden verse perjudicadas, ¿tú qué haces, como madre? Elijas lo que elijas, la decisión no es fácil, ni diría que libre, pues se ve condicionada por la NORMA.

Total que aproveché la ocasión para comunicarle mi opinión acerca del exceso de trabajo que llevaban los niños este curso. Que son 11 profesores, y cada uno de ellos manda multitud de tareas y que la niña estaba estresada y cansada, y todo eso que he comentado antes. Que por favor lo tuvieran en cuenta de cara al futuro.

Me pidió todo esto por escrito, para tratarlo en el consejo, con la firma de más padres y madres a ser posible. Para que no fuera una opinión personal mía, lo cual me parece muy lógico.

Allá que me fui al grupo de wasap del instituto a exponer los hechos y a pedir apoyo. Y me quedé bastante sorprendida de que muy pocos estuvieron de acuerdo conmigo. Algunos opinaban que no tenían tantos deberes, otros muchos no dijeron nada y también hubo quienes, estando de acuerdo en un principio, prefirieron no aparecer con su nombre en el escrito.

Mientras, leía en las noticias que los niños españoles se sienten presionados por los deberes según la OMS. Y que según la OCDE los niños de 15 años en España dedican una media de 6,5 horas semanales a los deberes frente a las 4,8 del resto de países industrializados. Mi hija dedica más de 10 horas por semana, si contamos como deberes también los trabajos de clase, los libros obligatorios y los ejercicios y estudios.

A pesar del escaso apoyo recibido por este grupo de padres y madres, sólo nueve personas de un total de más de 80 alumnos en tres grupos, envié la carta.

Fue antes de Semana Santa. Y justo hace una semana mi hija me comentó que todos los profes han empezado a preguntarles si sienten que tienen muchos deberes, a lo que la mayoría, siempre según la versión de mi hija, han respondido que sí. Además han empezado a escribir en la pizarra la lista de tareas del día, de manera que pueden ver qué carga de trabajo tienen y pueden equilibrar un poco las cosas. Esto fue una sugerencia incluída en mi carta, a propuesta de una madre del grupo de wasap.

Son pequeños pasos muy positivos que me hacen ser optimista ante el futuro por dos motivos: porque parece que los profesores se han dado cuenta de esta realidad y tratan de mejorarla y porque una vez más se demuestra que el decir las cosas, el expresar las opiniones de forma respetuosa, el alzar la voz, tiene resultados. Y todo ello, finalmente, va a repercutir de forma beneficiosa en los niños, que es lo que realmente todos queremos.

Sin embargo, más allá de todo esto, del tema deberes sí, deberes no, está el hecho de que el sistema educativo en sí mismo no es el mejor. El objetivo es conseguir niños con notas excelentes en ciertas materias, en perjuicio de otras, para alcanzar buenos resultados en los informes PISA. Intentando cumplir unos programas plagados de contenidos que obligan a ir a toda velocidad, dejando para casa tareas que no da tiempo a terminar en clase. Y dejando por el camino a muchos niños que no entran dentro de lo que el sistema considera "estandar", si es que un niño puede ser considerado "estandar".

Somos muchos los que creemos que las cosas pueden (y deben) hacerse mejor. Más allá del partido de turno, empeñado en salvar la educación con una nueva ley que acaba por ser peor que su predecesora.

Ayer llegó a mis ojos este vídeo de más abajo que circula por internet, en el que algunos famosos ponen voz a esa necesidad de cambio. Un cambio hecho en conjunto por profesores, padres, madres y alumnos. Un giro que tenga en cuenta todo lo que debería tenerse en cuenta para conseguir una educación de calidad, para ayudar a formar a las nuevas generaciones. Nuevas generaciones preparadas para hacer de este mundo un mundo mejor. ¿Utopía? Posiblemente. Nadie dijo que fuera fácil.

No dejéis de leer tampoco este post de mi amiga Noni Medina, donde expresa muy bien ese cambio posible y necesario.




Yo quiero ese cambio y creo en el cambio. ¿Y tú?